Después de la semana tan intensa vivida en Vitoria, el Laboral Kutxa viaja a Chipre, donde se jugará la segunda victoria continental de la temporada 2013-2014, ante el Panathinaikos de Atenas. El cambio de pabellón se debe a los incidentes que se produjeron en el OAKA  de Atenas la pasada campaña. Por ello, la Euroleague sancionaba a los griegos a disputar los dos primeros encuentros de esta temporada lejos de su cancha. El lugar elegido ha sido el pabellón de deportes Eleftheria de Nicosia, en Chipre.

El grupo D, en el que se encuadran griegos y vitorianos, pasa por ser uno de los más igualados. Si a priori Maccabi y PAO deberían haber ganado sus primeros encuentros, ocurrió todo lo contrario, y fueron Baskonia y Lyetuvos los que se llevaron el gato al agua. Lokomotiv Kuban y el Crvena Zvezda Telekom de Belgrado, por su parte, pueden ser la sorpresa, y es que juegan el papel de “cenicientas” en la primera fase de grupos.

El Laboral Kutxa se plantea el encuentro como una buena manera de resolver los problemas surgidos esta semana: Daniel Clark se desvinculaba de la entidad vasca, mientras que Thomas Kelati y Fernando San Emeterio caían de la lista de Scariolo por lesión. Kelati, que se lesionaba en un entrenamiento para preparar el encuentro contra los griegos, estará  de baja unas 3 semanas, a causa de una rotura fibrilar en el bíceps femoral de su pierna izquierda. El capitán San Emeterio, por otro lado, regresaba a Vitoria tras un golpe en un dedo de su mano derecha.

Llega Kaukenas para resolver las bajas de última hora

El club vasco ha decidido poner solución a las ausencias que tendrá en las próximas semanas de mano de Rimantas Kaukenas, fichándolo por un mes. Kaukenas, de 36 años y 1,92, llega procedente del Zalgiris Kaunas y es un viejo conocido de la competición europea. El lituano ya está en Nicosia y podría jugar sus primeros minutos vestido de azulgrana mañana mismo.

Sergio Scariolo deberá utilizar sus piezas de la mejor manera posible para resolver el difícil puzzle que es jugar contra el PAO griego. En el partido ante Maccabi, Hamilton sumó 15 puntos y 8 rebotes, situándose como el mejor para los vascos. Heurtel, muy acertado en la dirección del equipo, dio tranquilidad al equipo y supo jugar bien sus bazas. Es de esperar, pues, que sigan siendo los referentes para Scariolo. Tibor Pleiss, que está mostrándose intratable en la pintura, será el tercer hombre con el que el técnico italiano deberá contar para dar contundencia a su juego.

En Nicosia, el Laboral Kutxa se encontrará con un rival renovado y peligroso

Panathinaikos presenta una plantilla que reúne calidad y experiencia a partes iguales. Uno por uno, cada jugador del club ateniense es un especialista en su juego, empezando por Dimitris Diamantidis, el clásico jugador griego: anárquico, rebelde y excelente en sus acciones. Michael Bramos, el killer anhelado por más de uno, y Jonas Maciulis le acompañan desde la línea exterior. Y en la pintura, hombres como Loukas Mavrokefalides, ex jugador del FC Barcelona o Gist y Lasme, versátiles como para jugar también desde fuera, pueden traer de cabeza a las torres vascas. El conjunto de Argiris Pedoulakis se completa con el eterno Antonis Fotsis y el fichaje estrella de hace 2 veranos, Roko Leni Ukic, aunque este último estará retirado de las canchas durante seis semanas por problemas en su tendón de Aquiles.

El Panathinaikos, rival maldito para Baskonia

El conjunto vasco tiene marcado al pabellón OAKA griego como uno de los feudos más difíciles en los que ha jugado. Es más, de las últimas 7 visitas que ha hecho a Atenas, los locales se han impuesto en 6 ocasiones. La única vez que el Laboral Kutxa consiguió romper la estadística fue en 2006, victoria con la que pasó a la Final Four de esa temporada.  Esta ocasión puede ser diferente, y es que disputar el partido en un escenario diferente, más frío, puede restar fuerza a la afición griega.

La segunda jornada de competición continental ya llega, y, de momento, está siendo mejor que la liguera para los de Scariolo. Por eso el Laboral Kutxa buscará seguir en la línea positiva en la que se encuentra y volver a sumar para encontrar la confianza que parece haber perdido.