Aroma de buen baloncesto el que nos deja este intersante partido. El CAI Zaragoza consiguió batir a un potencial rival directo en su propia cancha, el Bilbao Basket. Se sabía que este partido iba a servir como termómetro de a que nivel están estos dos eequipos a comienzos de esta liga y ya se tiene la respuesta.

Un gran CAI, manejado con destreza por el gran fichaje de la temporada, Giorgio Shermadini, todo un campeón de Euroliga con Olympiacos, y ayudado por las buenas manos de Roll (11 puntos), Sanikidze (11) o Joseph Jones (17) es un equipo que funciona muy bien, tanto atrás como adelante, con equilibrio y que no le tembló el pulso a lo largo del encuentro cuando el Bilbao Basket apretaba. Por el otro lado, los de Rafa Pueyo han demostrado que les queda mucho por mejorar, sobre todo en el aspecto defensivo y que todavía el grupo no responde al 100%.

La igualdad de esos equipos se hizo patente en el primer cuarto. Buenos minutos de ambos, con respuestas desde la línea de tres. Hervelle y Pilepic abrían la lata para los de casa pero dos triples sin defender del CAI Zaragoza ponían las primeras ventajas para los de Jose Luis Abos. Los “hombres de negro” conseguían codearse con los maños gracias a su buen acierto individual pero las pérdidas evitaban que la superioridad sobre el papel se viera reflejada en la pista. Y es ahí donde el partido se comenzó a romper.

Mumbrú, tirando del carro de atrás a delante, llegaba a conseguir que su equipo igualase el encuentro (59-59).

El segundo cuarto el aluvión de triples del CAI (la mayoría en situaciones de ventaja por culpa de mala defensa) cada vez costaba más de frenar. Ni Germán Gabriel, ni Carmichael (solo 5 minutos en pista) conseguían poner orden en la pintura y desde fuera, Grimau y Raul López no tenían su día. De esta manera, los maños cosechaban ventajas de hasta diez puntos (34-44).

Reacción bilbaina

Pero los de negro no habían dicho su última palabra. Tras el descanso, la arenga de Pueyo tuvo su efecto y con intensidad y corazón, de la mano de su público supieron responder e igualar el partido. Hervelle y Grimau gozaban de sus mejores minutos, sobre todo gracias al talento de un inspirado Mumbrú que tirando del carro de atrás a delante, llegaba a conseguir que su equipo igualase el encuentro (59-59), pero ahí la raza del CAI Zaragoza salió para poner un pie por delante y remar para devolver lo perdido.

En tres minutos ya iban seis arriba. Y es que al Bilbao Basket no le salía nada. Con la esperanza de conseguir igualdad para los diez minutos finales y jugarse el partido a un cuarto, los aros del Bilbao Arena decidieron que por ahí no se colaba ningún balón. Tan solo el CAI tuvo que dejarse llevar en el último cuarto para que a cinco minutos del final ya nadie dudase de quien se iba a llevar la victoria.