El partido en el Príncipe Felipe empezaba de la mejor manera posible para el CAI: Stefansson anotaba la primera canasta y Aguilar seguía en la senda de triples que empezó en Bilbao. Aun así, y después de llegar a los 7 puntos, los ataques maños se volvían espesos. Con paciencia para atacar y capturando sus rebotes, el CAI no acababa de rematar el buen inicio, así que La Bruixa d’Or Manresa aprovechaba para endosar un 0 a 6 liderado por DeVries. El equipo aragonés, que no se mostraba dispuesto a ceder ante ningún rival, y menos con la cuarta posición en juego, contestaba con un 10 a 0. Toppert, que anotaba 2 triples seguidos, se convertía en protagonista del partido.

Abós daba confianza a todos sus jugadores completando la ronda de rotaciones, y hacía entrar a Albert Fontet, que volvía después de su lesión en el tobillo. La seguridad de los hombres maños se reflejaba en los tiros desde fuera: sin que les temblase el pulso, hasta 4 jugadores ya habían anotado desde más allá de la botella, y la poca defensa manresana ayudaba a sentirse cómodos en ataque.

El Manresa se encuentra con una sólida pared maña

La Bruixa d’Or, por su parte, no encontraba la manera de superar la barrera defensiva que proponía el CAI, con múltiples ayudas que impedían las penetraciones, y la cuál obligaba a los catalanes a lanzar desde lejos. Gracias a su acierto en los rebotes ofensivos, el conjunto de Ponsarnau conseguía mantenerse vivo en el partido, pero la diferencia empezaba a ensancharse a partir del segundo cuarto, al que se llegaba con un 29-15.

Rudez, Roll y Fontet cogían el relevo a Toppert y Norel, y muy acertados en ataque, seguían manteniendo el más 10 en el marcador. Tras dos muy buenas defensas, que acababan con sendos tapones de Jones y Fontet, el CAI no aprovechaba el momento para acabar de hundir al Manresa, y Asselin anotaba desde 6,75 para volver a entrar en el partido.

Hanga y Roll se baten en un bonito duelo

Adam Hanga, desapercibido hasta el momento, volvía para demostrar su valía, y con 7 puntos consecutivos, no daba por perdida la lucha de su equipo. Por parte del CAI, Michael Roll se erigía en el líder de la tarde, y guiaba a su equipo a la máxima diferencia en el resultado, 46 a 26. En los maños, los cambios apenas se notaban, el conjunto estaba actuando a las mil maravillas, y la solidez, una de las armas de los rojillos, se hacía patente.

En el mejor momento del equipo, una acción desafortunada de Norel sumía en silencio al Príncipe Felipe. Un mal gesto en la rodilla del holandés lo obligaba a retirarse y a no volver a la pista en todo lo que restaba de encuentro. Jones, escudero de Norel, tomaba las riendas del poste bajo y luchaba por coger todos los rebotes y provocar tiros libres que seguían sumando al contador maño. Un último tiro de Salva Arco ponía fin a la primera mitad, dejando el marcador en 46 a 29.

El tercer cuarto daba inicio con un intercambio de canastas que se decantaba para La Bruixa d’Or con un 0 a 8. Abós pedía a sus jugadores más firmeza a la hora de parar las penetraciones de Manresa, así que la maquinaria defensiva maña volvía a ponerse en marcha. Jones, que ya había acabado el segundo cuarto muy fuerte y Aguilar y Stefansson, muy atentos a los balones sueltos, conseguían recuperar oportunidades para atacar. Y no fallaban: el nazarí, desde 6,75, y Roll, que seguía haciendo méritos para ser el mejor del encuentro, ponían el 63 a 37.

La hora de los secundarios

Abós aprovechaba el momento para que Adrián García, Javi Marín y Fontet, que ya había participado del buen juego del equipo, tuvieran minutos y dieran descanso a sus compañeros. Entre los 3 seguían ampliando la ventaja del CAI, y un Manresa que no encontraba la manera de atacar a los maños se basaba en acciones puntuales de Hanga, Creus y DeVries para seguir dando guerra en Zaragoza.

El último cuarto, que empezaba con  una renta de 26 puntos para los maños, seguía brindando un excelente  juego rojillo. Rudez y Aguilar hacían correr a su equipo, y Jones, que bordaba una brillante defensa, facilitaba la exhibición de sus compañeros.

Jaume Ponsarnau optaba por ofrecer un ataque en el que todos sus jugadores se movieran alrededor de la línea de triple, y los 1c1 de sus hombres más potentes, como Arco, Aleksandrov y Asselin, daban oxígeno al cuadro manresano. El Príncipe Felipe era una fiesta, el juego de su equipo bien lo valía, y la marea roja aparecía en cada acción.

Al final, el contundente 89 a 62 deba muestra del buen inicio que marcaron los maños. A falta de 2 jornadas, el conjunto de Abós aun sigue con opciones de quedar cuarto y participar en las competiciones europeas, lo que pondría el broche a la mejor temporada de su historia. La Bruixa d’Or, que con esta derrota se hunde más en la tabla, ya certificaba hace dos semanas el descenso a la LEB Oro y luchará por acabar las dos jornadas que restan con victoria.

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Sobre el autor
Maria Cerezuela
Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, aquí intento unir, lo mejor que puedo, mis 2 pasiones: el baloncesto y el periodismo.