Los inicios siempre son difíciles y buscar el encaje de las piezas de un equipo nunca es fácil. El CAI Zaragoza ofrece un buen ejemplo de ello, pues, poco más de dos meses después de empezar la temporada 2014-2015, ha vivido una verdadera montaña rusa de estados. El equipo maño, que poco a poco va explotando sus bazas y empieza a conocerse y a saber dónde puede encontrar su mejor baloncesto, encara la última jornada de Eurocup con los deberes hechos.

Las cinco derrotas en las siete primeras jornadas de competición europea arrojaban muchas dudas a la efectividad del CAI, cuestionado sobre si podría mantener el nivel exigido por la doble cita semanal. Además, la manera de perder, de dos puntos en cuatro de las cinco derrotas, hacía pensar en lo peor, en la eliminación de los maños de la Eurocup. Aun así, el partido ante Strasbourg marcó un punto de inflexión en el camino para el equipo de Joaquín Ruiz: a punto de ganar al líder del grupo A, las buenas sensaciones servían al equipo para sumar con triunfo sus dos siguientes partidos, ante Telekom Baskets Bonn y Grissin Bon Reggio Emilia, y conseguía, así, su primer objetivo de la temporada, entrar, de pleno, en el Last 32.

El CAI podría pasar como cuarto o como tercero, pero ya tiene asegurada su plaza en el Last 32, un sitio que hace tres jornadas parecía quedársele muy lejos

Las posibilidades para los maños de cara a la segunda fase son diversas, ya que la posición en la que entre dependerá de los resultados que se den mañana. Si Paris Levallois le ganara a Strabourg, el CAI se quedaría cuarto, ganara o perdiese en Zaragoza. Por lo contrario, si fuera Strasbourg el que se impusiera en el duelo francés, CAI podría pasar como tercero si ganara a Brose Baskets Bamberg o si perdiera y Telekom Baskets Bonn se impusiera a Grissin Bon Reggio Emilia. El average, en este caso, favorecería los intereses maños, que conseguirían una mejor posición.

Brose Baskets Bamberg es el último escollo antes del Last 32 para los aragoneses. El partido de ida, quizás el peor del CAI, no haría pensar que tener que recuperar el average particular más difícil privaría a los de Joaquín Ruiz de pasar de fase. Josh Duncan (21 puntos, 3/3 en triples y 4/5 en tiros de dos puntos, 24 de valoración) y Bradley Wanamaker (12 puntos, 10 asistencias y 22 de valoración) se encargaban de sentenciar a un CAI que sufrió, en demasía, las bajas de Stefan Jelovac y Rasko Katic. Chris Goulding, que valoró 27 puntos, anotó 25 puntos y acabó el partido con unos excelentes porcentajes de tiro exterior.

Juego colectivo para sumar

El juego del CAI Zaragoza empieza a destacar por dos rasgos diferenciales: el primero se centra en la circulación de balón que los de Ruiz practican, en el que la paciencia y lectura en su baloncesto son clave. La capacidad de asistir de sus directores de juego, por otro lado, se convierte en la segunda piedra angular en la que se basa el juego maño. Pedro Llompart es el máximo referente en este aspecto del juego, y es que con su media de siete asistencias por partido y las 13 que repartía la pasada jornada, en Italia, se ha convertido en el tercer máximo asistente de la Eurocup.

De esta manera, la figura de Janis Strelniekis y el mismo Wanamaker, que aglutinan la gran parte de puntos de Brose Baskets Bamberg puede chocar, de frente, con un CAI que va más allá en su propuesta y que confía, ante todo, en sumar desde el grupo para crecer día a día.

Reencontrarse con su afición, poder mirar hacia adelante, sin pensar en qué resultado debe darse para conseguir su objetivo, llenar el Príncipe Felipe con la çultima cita europea antes de Navidad… Estas son las metas que, a día de hoy, tiene el CAI Zaragoza. Distintas e ilusionantes a partes iguales, los maños siguen abogando por sumar, poco a poco, en un camino que se antoja largo. Y esto sólo acaba de empezar.