Uno de los encuentros clave para el CAI Zaragoza empezaba con una pausa impropia de lo que exigía la cita. Ambos equipos, jugando posesiones largas y dudando en qué opción escoger para sumar, marcaban un ritmo algo lento. Al equipo maño, además, se le añadía el contratiempo de las dos faltas con las que Stefan Jelovac se marchaba al banquillo. Sería Marcus Landry, tras los dos primeros puntos de Rasko Katic, el que desatascara a CAI, que se encontraba, poco a poco, más cómodo en el Príncipe Felipe. Landry y Katic volvían a conectarse y daban vda a un CAI que despejaba las dudas mostradas al inicio del encuentro.

Para el Laboral Kutxa, eran Davis Bertans y Tornike Shengelia los que mantenían a los suyos en tensión. Haciendo buena su superoridad física ante Marcus Landry, Shengelia respondía a las acciones de Katic en la pintura, igual que estaba haciendo el croata. La dirección de juego que ofrecía Mike James, además, aportaban la efectividad necesaria para no alejarse en el marcador.

Pocas defensas en el Príncipe Felipe

Tanto maños como vascos parecían apostar por un esquema de juego parecido: afanándose en bordar sus ataques, la defensa quedaba en un segundo plano, lo que llevaba a conseguir una anotación muy alta para los minutos que se habían disputado. El 18-14 a falta de dos minutos para concluir el primer cuarto daba fe de ello, en un período con pocas pausas. Las rotaciones en las filas mañas, en las que entraban Pere Tomàs, Chris Goulding y Kevin Lisch, daban buenos resultados, aunque seguía siendo el trabajo ofensivo el que marcaba el devenir del partido. Mirza Begic, por su parte, tomaría el relevo anotador de James, y las acciones de Basknonia pasaban, casi siempre, por sus manos.

El trabajo grupal, y una mejor versión defensiva del CAI cerrarían el primer período. Desde la recuperación y una mejor circulación de balón, el CAI iba sumando sensaciones, y acababa los primeros diez minutos con el 29-25 . Mike James la referencia de Laboral Kutxa, ponía punto y final con un tiro lejanísimo que ponía el 29-25 en el electrónico.

El segundo cuarto ofrecía un intercambio de puntos que, por el momento, favorecía a CAI. El ritmo era eléctrico, sin un segundo de calma, en las que las acciones individuales sumaban puntos y emoción a partes iguales. Fabien Causeur a un lado y Henk Norel a otro tiraban de calidad para no perderle la cara a un partido bonito, alegre.

El alto ritmo de juego traía consigo, también, errores de definición y de lectura. Tanto CAI como Baskonia vivían de los fallos de su rival, y castigar estos errores era la mejor baza para el equipo de Joaquín Ruiz, que mantenía una diferencia de entre cuatro y seis puntos durante gran parte del cuarto. Laboral Kutxa debería aumentar su nivel defensivo para evitar que los rojillos sumaran en todas sus acciones, y podía penalizar a CAI buscando el juego interior. Katic, Jelovac y Landry ya habían cometido dos faltas cada uno, y forzar la tercera de alguno de ellos sería una baza importante. Y dicho y hecho: en menos de un minuto tras su regreso a la cancha y a punto de finalizar la primera mitad, a Jelovac le señalaban la tercera falta, una baja notable para Joaquín Ruiz.

La falta de contundencia en defensa, tanto de CAI como de Baskonia, permitía que el partido quedara abierto a lo largo de los 40 minutos, sin un dominador claro

Aunque había mejorado su exigencia defensiva, CAI cedía cinco puntos en menos de treinta segundos, lo que le hacía desperdiciar una ventaja que había sido de +10. Sasha Vujacic, que se estrenaba desde el triple, y Begic, que sumaba a placer, pondrían el 51-46, y Llompart, casi desde el suelo, cerraba la primera mitad por 53-46.

La segunda mitad empezaba con un Baskonia más fallón en ataque, echando de menos el acierto que cosechaba en los primeros dos cuartos, y el -10 era una renta con la que tendría que luchar para llevarse el triunfo de Zaragoza. Begic, la referencia ofensiva para los vascos, ofrecía su mejor versión, pero el problema de Baskonia residía en su defensa, excesivamente floja. El CAI seguía sumando a placer y era capaz de buscar alternativas en ataque que surtían buen efecto: Robinson, a lado y lado de la pista, se mostraba intratable en este período, y aportaba seguridad a los suyos, que dominaban el partido por 66-55 a tres minutos para el último asalto.

Adams, el revulsivo inesperado

Uno de los últimos fichajes de la disciplina baskonista, Darius Adams, revolucionaba el juego de los suyos. Muy activo en defensa, robaba desde atrás y lideraba un pequeño parcial de 0-4, pero la falta de continuidad de su equipo no ayudaba a mantener este alto nivel defensivo y lo que era más importante, poder recortar diferencias.

San Emeterio y Shengelia reaparecían en el Príncipe Felipe para firmar una remontada que le permitía marcharse al último cuarto con opciones de llevarse la victoria. Un triple de Goulding cerraba el minuto 30, el 75-68 reinaba en la capital aragonesa, y el cuarto período se presentaba como la mejor opción para seguir disfrutando de un partido muy atractivo.

Las defensas no acababan de ser lo sólidas que deberían ser, y es que tanto maños como vascos seguían encontrando opciones claras de sumar. Aun así, eran los errores en el tiro exterior de Baskonia lo que más favorecía a CAI, que veía cómo transcurrían los minutos con una ventaja de siete puntos. Jelovac, emulando a lo que ya hizo Mike James en la primera mitad, sumaba un 3+1 con el que ponía el 83-72 en el marcador a poco más de seis minutos para el final.

Jelovac aparece tarde pero de forma segura

Las acciones de Laboral Kutxa pasaban por las manos de Begic, que demostraba el peso que tiene en el conjunto de Ibon Navarro. El pívot bosnio, efectivo y seguro en la pintura, seguía sumando sin problemas, y aliándose con San Emeterio mantenían encendidas las opciones vascas. Los dos triples del capitán hacían que Baskonia no se desconectara del partido, pero su falta de solidez en defensa volvía a ser su principal enemigo.

Los maños, sabiéndose más fiables en ataque, bailaban con una ventaja cómoda de nueve puntos, pero insuficiente para relajarse en el Príncipe Felipe. Jelovac, que firmaba uno de sus mejores cuartos en lo que va de temporada, acudía al rescate de los suyos, con un gancho casi imposible, pero la respuesta de Baskonia, sencilla y eficiente, un triple de James, dejaba el 97-91 a 54 segundos para el final. Los vascos se resistían a ceder y aumentaba su nivel defensivo.

Al coraje de San Emeterio, el CAI contestaría con seguridad y carácter, convirtiendo cada balón en clave, como si fuera el último, y sabiendo leer el partido en todo momento, acababa imponiéndose a Laboral Kutxa por 105 a 94. Las actuaciones de Jelovac (16 puntos y 19 de valoración), y Landry (11 puntos, 7 rebotes y 21 de valoración), claves de un triunfo que acerca, cada vez más, al CAI hacia la Copa del Rey. Los maños quedan séptimos en la tabla, con un balance de 8-4, mientras que Baskonia, fuera de playoff y con un 6-8 deberá luchar y jugar con la calculadora para viajar a Gran Canaria a por el título copero.