Un mes después el Iberostar Tenerife vuelve a conocer la victoria. Hacía falta, tanto para no empezar a quedarse demasiado abajo en la clasificación como para retomar la confianza que se había perdido con los últimos resultados. Hoy la victoria supuso además dejar fuera de la Copa al UCAM Murcia, que sufrió una de las mejores defensas de los de Alejandro Martínez en lo que va de competición.

No se trata del simple hecho de que los murcianos sean el equipo que menos puntos le hace a los aurinegros desde la visita del Gipuzkoa al Santiago Martín. Hoy la intensidad que mostró el cuadro canarista a la hora de defender recordó a aquel Iberostar que asombraba a propios y extraños en el inicio de temporada y que tan buenos resultados obtuvo. Quizás los 72 puntos encajados no reflejen muy bien lo que se vio en la cancha, pero otro dato lo hace a la perfección: los robos.

El Iberostar provocó 22 pérdidas del Murcia, 14 de ellos mediante robos14 balones fueron concretamente los que los chicharreros arrebataron a un UCAM Murcia que perdió por su cuenta otros ocho más. Se cerraban líneas de pase, los bloqueos se pasaban prácticamente pegados al atacante, se presionaba de forma casi asfixiante al jugador que tenía el balón... Hoy el mecanismo defensivo de los de Alejandro Martínez funcionó a la perfección, y se notó.

Quizás el único "pero" que se pueda poner fue la excesiva concesión que se hizo en el rebote defensivo. Hasta 12 rebotes capturó el equipo murciano en el aro canarista, lo que, especialmente en el final del partido, les permitió anotar canastas sencillas después de que la defensa hubiese forzado un mal tiro, y les llegó a meter de lleno en un partido que tenían casi perdido. No es un problema nuevo, ni mucho menos, pero si se termina de pulir la isla podrá volver a ver a ese equipo que tanto la ilusionó.

Se destaca mucho el juego rápido y veloz del Iberostar en campo ofensivo, pero pocas veces se recuerda que ser intensos en defensa para robar y correr es imprescindible para ello. Hoy se dio un paso para volver a ser aquel equipo que a todos gustaba. Si se sigue así, el Tenerife volverá a recuperar su juego alegre, y si el juego de los aurinegros es alegre también lo será la grada del Santiago Martín.