No existe el equipo perfecto, pero durante casi 20 minutos Unicaja se acercó hoy a ese calificativo. Los de Joan Plaza no dieron opción a un Iberostar Tenerife al que, a base de un acierto demoledor y de una intensidad defensiva desbordante, lograron someter en menos de medio partido. Canasta tras canasta, casi sin fallo, los malagueños fueron poco a poco distanciándose, y funcionando como un mecanismo de máxima precisión en su aro, anularon casi por completo la ofensiva aurinegra. Fue, dentro de los límites humanos, un equipo casi perfecto.

Seguramente el mejor exponente de lo que fue Unicaja en la primera mitad fue Caleb Green. El norteamericano convertía en canasta prácticamente cada balón que tocase con sus manos, ya estuviese dentro de la zona o en el perímetro, lo que le hizo sumar 17 puntos en el primer cuarto y 27 cuando se llegó al descanso. Si los porcentajes de los de Joan Plaza eran ya demoledores, los suyos parecían de otro planeta: 4/6 en tiros de dos, 4/5 en triples y 7/7 en tiros libres, todo ello en apenas 13 minutos. Imparable. El +25 que reflejaba el marcador a mediados del segundo periodo lo decía todo.

A ratos parecía que Unicaja era incapaz de fallar aunque quisiera

Y ante toda esta máquina de hacer baloncesto, un Iberostar Tenerife desbordado. Anímicamente el equipo se fue hundiendo poco a poco, y se notó. Por muy bien que se hicieran las defensas, por muchos malos tiros que se forzaran, Unicaja acababa anotando, y eso fue poco a poco minando la moral a la hora de atacar. Se fallaban tiros y pases relativamente sencillos, se tomaban decisiones precipitadas, y había cierto temor a tirar ante la enorme intensidad y dureza de la defensa andaluza. Aún así, los de Alejandro Martínez no se rindieron y llegaron a ponerse a 12 puntos de su rival, pero eso no hizo más que volver a despertar a la bestia. No era el día para enfrentarse a ellos.

Al final, todo quedó en un 71-89 y gracias. El Iberostar sumó su tercera derrota consecutiva, y acaba la jornada 11º a tres victorias de unos puestos de playoffs que parece que empiezan complicarse. Ahora que lo peor ya ha pasado (Madrid, Barça y Unicaja), toca iniciar una remontada que de consumarse rozaría tintes épicos. Sin apenas margen de error, es hora de que la plantilla decida si quieren conformarse con seguir un año más en la élite o si ha llegado la hora de dar un salto de calidad más. Quedan nueve jornadas para conocer el resultado.