Ser el equipo que menos faltas hace de toda la categoría es una de esas cuestiones que pocos saben si hay que tomarse bien o mal. Puede ser bueno porque demuestra que es posible defender bien sin cargarse de faltas. Y puede ser malo porque denota falta de intensidad en el propio aro. Es difícil de decir, pero lo que está claro es que, más haya de ser un factor positivo o negativo, es un reflejo de cómo le gusta jugar al Iberostar Tenerife, que lidera actualmente esta clasificación con solo 19,08 sanciones por partido (incluidas personales y técnicas).

Lejos de ser un equipo al que le guste cerrarse en torno a su aro y tratar de impedir con dureza que el rival penetre hacia él, los de Alejandro Martínez se caracterizan por apretar las líneas de pase en busca de robos de balón, lo que da menos pie a cometer faltas personales. No obstante, pese a este dato, no son pocas las veces en que los aurinegros se han visto envueltos en situaciones polémicas de este sentido a lo largo de los partidos. Los dos últimos encuentros en el Santiago Martín son un claro ejemplo de ello.

Ante Unicaja, desde los primeros minutos, la grada del Santiago Martín comenzó a increpar a los colegiados a causa de un supuesto doble rasero a la hora de señalar faltas a ambos equipos. Unicaja llevó a cabo una defensa muy dura e intensa, que le permitió frenar a los canaristas, aunque, a juicio de los aficionados y del propio cuerpo técnico chicharrero, no fuese de forma estrictamente reglamentaria. Las protestas no llegaron solo desde la grada, pues los propios jugadores se quejaron en varias ocasiones y el propio Alejandro Martínez vio cómo le era señalada una falta técnica por protestar una falta pitada a los suyos muy similar a una que escasos segundos antes no se había indicado a los malagueños.

Algo parecido ocurrió en el anterior duelo en el pabellón lagunero, en el que Estudiantes puso en apuros a los tinerfeños hasta los instantes finales. A lo largo del segundo y el tercer cuarto hubo varias decisiones muy criticadas por el público, y de hecho al descanso los colegiados abandonaron el parquet tras una sonora pitada.

Resulta cuanto menos extraño, pues, que a pesar de que se le sancionan muy pocas faltas, la plantilla del Iberostar suele tener momentos de bastante crispación con el colectivo arbitral. No obstante, quizás sea mejor quedarse con el hecho de que los aurinegros encabezan la clasificación, al fin y al cabo, no está de más saberse el equipo menos castigado.