El hecho de disputar dos partidos en apenas cuatro días no fue ni mucho menos motivo para que las gradas del Santiago Martín se despoblasen, sino más bien todo lo contrario. Tanto el jueves como el domingo, la afición se volcó con el equipo, que afrontaba dos choques decisivos de cara a entrar en los playoffs. Ambos acabaron con un resultado totalmente opuesto, pero esto no hizo que la hinchada dejase de apoyar a los suyos incluso tras la derrota.

El del jueves era un partido especial. El pabellón estuvo cerca de llenarse después de que 4.897 espectadores acudieran para apoyar a los suyos en la visita del eterno rival, el Herbalife Gran Canaria, que se presentaba además como un rival directo en la pelea por el octavo puesto. No había motivos para no apoyar al equipo, y todos los presentes parecieron ser conscientes de ello.

De principio a fin, los jugadores se vieron alentados por tambores, palmas y voces, que no cesaron en ningún momento. De hecho, cuando el partido se puso muy cuesta arriba fue cuando más calor desprendió el pabellón, que terminó de enloquecer con el triple de Richotti en el último minuto que acabó dando el triunfo a los suyos. La fiesta fue total, y así lo reflejó el club en su cuenta de Youtube:

Ante el Valencia la afluencia fue, tal y como se esperaba, menor, pero aún así alcanzó la respetable cifra de 3806. No obstante, los aficionados no pudieron acabar el choque tan contentos como tras el derbi, pues los aurinegros cayeron derrotados ante uno de los mejores equipos de España y vieron esfumarse sus opciones de entrar en los playoffs. Aún así, la grada despidió a los suyos con una sonora ovación que fue el reflejo de todo lo que la plantilla ha hecho disfrutar a sus seguidores y el reconocimiento al duro trabajo. El domingo, ante Fuenlabrada, el Santiago Martín despedirá el presente curso, y, pese a que los madrileños llegan con urgencias y llenos de presión, no cabe duda de que los de Alejandro Martínez tratarán de dar una última alegría a los suyos.