Se supone que es el lanzamiento más fácil del baloncesto, pero para muchos acaba convirtiéndose en un auténtico suplicio. El tiro libre, ese lanzamiento cuya pérdida no parece especialmente relevante por valer solo un punto, pero que acaba suponiendo una sangría que a la larga se hecha de menos. No siempre es así, pero desde luego esa última frase define muy bien la situación del Iberostar Tenerife en los últimos partidos.

Los aurinegros, ya de por sí uno de los peores equipos en este apartado con un 72,5% de acierto, han cerrado una semana fatídica en la que han errado hasta 28 de los 82 lanzamientos desde el 4,60 de los que han dispuesto, lo que hace que, sumando los partidos ante Gipuzkoa, Gran Canaria y Valencia, el porcentaje de acierto sea un paupérrimo 65%. Esto, que ya visto así parece bastante grave, empeora en un análisis más pormenorizado de la catástrofe partido por partido.

Gipuzkoa: a 4,60 metros de la victoria

El choque en tierras vascas fue sin duda en el que más se echó falta el acierto desde la línea de personal. En un partido que se jugó con un tanteo tan bajo (69-69 al final de los 40 minutos reglamentarios), los siete lanzamientos que perdonaron los de Alejandro Martínez en sus 20 intentos son un elemento muy significativo, pero no cabe duda de que el más crucial de esos siete fue el último. Con los locales ganando por un solo punto a falta de cinco segundos, Nico Richotti recibió una falta, y, aunque convirtió su primer lanzamiento y envió el partido a la prórroga, no pudo hacer lo mismo con el segundo, y desperdició así la oportunidad de dar el triunfo a los suyos (o al menos acercarlo, Gipuzkoa podría haber anotado en el tiempo restante).

El San Sebastián, Richotti perdonó un tiro libre que habría dado el triunfo a los suyos. Jared Jordan no hizo lo mismo.

Muy diferente fue la situación en el bando opuesto, pues los de Ponsarnau acabaron el choque con un 15/18 desde el tiro libre, y de hecho fue un lanzamiento de personal de Jared Jordan lo que les permitió ganar el partido por un solo punto de diferencia. Además, el 10/10 de Jordi Grimau en estos tiros fue uno de los motivos de que los vascos se mantuvieran en el partido cuando peor lo estaban pasando, y a la postre supuso uno de los elementos clave de cara a la victoria. De esta forma, ya en el primer partido de la semana los tiros libres empezaron a ser un calvario para el cuadro chicharrero.