Iberostar Tenerife y Movistar Estudiantes aceptaron el reto. No quisieron afrontar aquel partido como si de un juego de mínimos se tratara. A pesar del mal estado de sendos conjuntos, la realidad es que canarios y madrileños ofrecieron un choque de pura adrenalina.

Darío Brizuela lideró la remontada y acabó siendo el MVP del encuentro

La cuarta jornada de la Liga Endesa congregó a los dos primeros anillos del Santiago Martín para ayudar a un malavenido Iberostar Tenerife. Los aficionados lo sabían, aquel enfrentamiento era una final adelantada. La realidad es que los planetas parecían haberse alineado en pos de su primera victoria liguera, sin embargo el rival, herido por su propia navaja, acabó sacando petróleo.

Sin Vladimir Stimac, quien esta semana abandonó al Movistar Estudiantes para atender la llamada del Estrella Roja, y sin Nacho Martín, jugador pensado para liderar la transición del cuadro peninsular; Juan Alberto Hernangómez fue el encargado de iniciar las contingencias. Sus dos metros, seis centímetros les hicieron volar de par en par junto al representativo canario, como el que quería aclarar que aquello no era una empresa de derrotados.

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Movistar Estudiantes e Iberostar Tenerife calcaron sus defectos

Xavi Rey, Davin White, Javier Beirán, Tim Abromatis y Nico Richotti se vistieron de elegidos. Al otro lado del ring: Graham, Brizuela, Salgado, Thomas y Bircevic.

El marcador se inauguró con solemnidad. Fue gracias al acierto de Nicolás Richotti. Desde el perímetro, el italo-argenitno rozó con miel las cucharas de los laguneros gracias a una avanzadilla que, a la postre, se vio recortada por Zach Graham desde la personal. Aquello no fue suficiente. Durante el tercer minuto, el escolta enterró la excelente salida del Iberostar por mediación de un mate tierra-aire que pasó a dígitos con el 5-5 del electrónico.

Una pugna por el mínimo común múltiplo

Fue un primer tramo de poder a poder. O de blandura a blandura. A base de intensidad desacertada, tanto madrileños como canarios desesperaron a quienes pusieron su atención en el Santiago Martín. El graderío disfrutó por pura adrenalina. Al borde del octavo minuto, Darío Brizuela logró desde el triple un 12-12 que marcó la pauta de los compases finales. Jugaron al pase, se intercambiaron la batuta, y fue eso, y la espectacularidad desde el perímetro, lo que les dejó con un justo (y ajustado) 21-22 al término de la primera actuación.

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Solo Javier Beirán repitió titularidad en el segundo cuarto

Un constante y recíproco quiero y no puedo. A las salas de máquinas les fataron engranajes. Se leyó un segundo cuarto divertido. Lo fue, y no una historia de drama y asesinatos, porque ambos equipos se miraron en el mismo espejo y tras él, vieron calcados reflejos.

Solo Beirán repitió titularidad al comienzo del segundo acto. A él se le sumaron San Miguel, O'Leary, Hanley y Carter. El canterano peninsular, Jaime Fernández, abrió las hostilidades. Fueron unos minutos, los del segundo cuarto, que no hicieron justicia a la categoría.

Xavi Rey se hizo dueño del ataque canario, el pívot fue el único que marcó la diferencia en pos de un partido que, sin embargo, se marchó 34-36 en contra de los intereses del Canarias. El Movistar distribuyó sus esfuerzos con corrección, fue por eso que los de Ocampo acabaron menos viciados que sus rivales.

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La tabla de estadísticas evidenció un denominador común mínimo muy poco alentador. Los de Alejandro Martínez se fueron al descanso con dos rebotes menos que los madrileños (18 frente a 20), con una recuperación menos (siete frente a ocho) y con un 38% de acierto desde la línea de tres, frente al 100% del Movistar (cuatro de cuatro).

Ave fenix calcinado

La actitud de los laguneros multiplicó la demostrada durante el primer tiempo. El Canarias salió con todo en el tercer cuarto. Levantaron al respetable gracias a la gran actuación, en esencia, de un Rodrigo San Miguel más beato que nunca.

San Miguel y Beirán construyeron el espejismo

Fue una asistencia del propio Hanley la que permitió que Rey se convirtiera en soberano anotando el, otra vez ajustado marcador, 44-42 en el 25'. Sin creerlo, los de Martínez habían pasado de balada (de la mala) a rock and roll. En el 27', San Miguel levitó sobre el Santiago Martín para llevar a los suyos, anotando dos triples seguidos, a una diferencia de más cinco: 53-48.

Todos se apuntaron a la buena, en el 28' el Iberostar firmó su máxima diferencia gracias al tiro desde el perímetro de Tim Abromatis, previa recuperación de Javi Beirán (que se disfrazó de peón y presidente a la vez): 60-50. El partido se fue al cuarto acto con un 63-52 y con un parcial de 29-16, gracias a un sobrenatural contraataque de Will Hanley.

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San Miguel, Xavi Rey, Ian O'Leary, Will Hanley y Carter Kerry fueron los últimos cinco iniciales del Iberostar ante el Estudiantes. Los madrileños firmaron un contundente 2-8 en los dos primeros minutos, situación que obligó a Martinez la solicitud de tiempo muerto.

Stefan Birevic fue expulsado por cinco faltas

A la postre, O'Leary recuperó un balón que valió su propia canasta para el 67-62 en el 36'. Stefan Birevic, eliminado con cinco faltas, provocó que el cuadro tinerfeño respirara desde la personal con un colchón de cuatro puntos amenazado constantemente por las decisiones arbitrales: 70-66.

Al borde del final, Brizuela se hizo con la avanzadilla, imponiendo su buena dinámica sobre el positivo resultado que, hasta entonces, tenía el Iberostar. En el 38', recortó distancias desde la línea personal y acto seguido, previa pérdida de Richotti, marcó el 70-72 de tres. Martínez respondió incluyendo a Abromaitis y, poco después, O'Leary redujo a uno la diferencia entre sendos representativos.

Brizuela anotó un triple, libre de marca, en pos del 71-75, a falta de 40 segundos para el final. Richotti recortó desde la personal para el 73-75. El Iberostar creía haber esquinado al Movistar sin embargo, los canarios, en su última posesión, no materializaron en dígitos un intento de Abromaitis que entró, pero fuera de tiempo.