Txus Vidorreta atendió a los medios de comunicación tras la victoria del Iberostar en Miribilla por 64-67, y comenzó, como es habitual, con su visión del encuentro: "Ha sido un partido raro. Ellos han empezado muy bien y nosotros muy mal, con cinco pérdidas en los primeros cinco minutos, y se nos han ido por 13 puntos muy pronto. Hemos reaccionado bien con las rotaciones y nos hemos acercado a siete puntos que pudieron ser cinco al final del primer cuarto. Desde entonces hemos controlado bien el ritmo del partido, hemos trabajado muy bien en defensa y hemos conseguido cambiar la tendencia antes del descanso, aunque un pequeño parcial desfavorable volvió a ampliar el marcador".

"En el tercer cuarto hemos estado a trancas y barrancas" continuó, porque, aunque atrás hemos estado correctos, no hemos encontrado la manera de anotar. A pesar de que estábamos muy cerca, la sensación era de que no íbamos a ganar, lo que me hizo pedir un tiempo muerto para ponerles las pilas y decirles que esto también consiste en jugar con corazón. A partir de ahí el equipo pegó un pequeño cambio, los triples de Beirán abrieron la lata y nuestro trabajo en defensa nos dio buenos resultados. Luego llegó la hora de la verdad, donde si no metes no ganas, y hemos tenido a un Davin White inspirado que nos ha resueto el partido. Le hemos dicho que, entrasen o no, tenía que tirar, y al final ha anotado casi todos sus puntos en sus últimos tiros para darnos una victoria meritoria y cambiar una tendencia de muchos finales igualados que habíamos perdido".

"Pedí un tiempo muerto porque la sensación era de que íbamos a perder"

Al iniciarse el turno de preguntas, se le preguntó sobre los cambios tácticos que había llevado a cabo y sobre el cambio de mentalidad que se había visto en sus jugadores tras uno de los tiempos muertos: "Les he intentado motivar durante dos tiempos muertos, pero ahí es imprescindible contar con el apoyo de los jugados. No quiero otorgarme el mérito, pero sí es cierto que he estado serio y les he hablado de cosas fundamentales que están dentro del baloncesto. Nos iban ganando porque estaban poniendo mucho más corazón. Tácticamente, hemos probado un par de cosas a nivel defensivo que nos han ido bien, pero ha tenido que ver con la mentalidad de un equipo que iba hacia arriba y de otro que se ha visto en un partido que tenía que ganar y que se le ha ido complicando".

Uno de los principales cambios del equipo en ese momento, fue el porcentaje de acierto desde la línea de 6,75: "La racha estaba siendo malísimo. Fallábamos de tres, de dos, debajo del aro... Creo que los dos triples de Beirán han sido los que le han devuelto la confianza al equipo y nos han vuelto a poner a solo seis puntos, y en ese momento viendo cómo estaba el equipo supe que quien podía terminar de rematar el partido era Davin White, que está jugando con mucha alegría".

"Los dos triples de Beirán han devuelto la confianza al equipo"

Valoró también las dudas con las que llegaba el equipo a Miribilla y en qué medida quedan despejadas tras el triunfo: "Teníamos dudas, porque se nos fue el partido contra Gipuzkoa por dos puntos la misma semana que Estudiantes ganó aquí al Bilbao, y la clasificación se ajustaba más por abajo. Hicimos un buen partido en Sevilla pero se nos volvió a escapar por fallos propios, y ante Valencia competimos bien pero ellos ahora mismo están a otro nivel. Creo que esta victoria es muy importante a nivel clasificatorio, porque podríamos habernos quedado con cuatro derrotas consecutivas a la espera de recibir al Barcelona, y aunque creo que en esta liga se puede ganar a cualquiera, no siempre se puede dar una sorpresa".

Por último, habló de cómo se sintió en su regreso a la cancha del Bilbao Basket, equipo al que entrenó durante seis temporadas: "No tengo calificativos. Todos los años el público de Miribilla se porta muy bien conmigo. Creo que ya lo he dicho todo. Intentaré seguir viniendo y regalando los partidos igualados que me suelo cuando vengo aquí" concluyó.