La facilidad con la que el ICL Manresa se impuso el domingo al Iberostar Tenerife hace más que evidente que los aurinegros no ofrecieron su mejor versión en el Nou Congost. La diferencia entre ambos conjuntos llegó a ser de casi 30 puntos en algunos tramos del partido, pues el cuadro chicharrero se vio desbordado por momentos tanto en ataque como en defensa. No obstante, el principal problema, causa de todos los demás, es que los de Vidorreta en ningún momento se parecieron a sí mismos.

Los tinerfeños son un equipo bastante reconocible. Incluso luciendo otra camiseta, su forma de jugar, con defensas agresivas, buscando robar el balón, transiciones rápidas y ataques con circulaciones de balón muy cuidadas, haría que cualquier aficionado pudiese reconocerlos. Sin embargo, estas señas de identidad desaparecieron el domingo, lo que hizo que los aurinegros no fuesen competitivos en ningún momento.

El Iberostar perdió las señas de identidad que lo convierten en un equipo competitivo

El Manresa fue en parte responsable de esta desaparición, pues arriesgó con una defensa que invitó al Iberostar a tirar y obtuvo los resultados deseados. Los de Vidorreta no tuvieron el día en el tiro exterior, así como sí lo tuvieron ante Laboral Kutxa, lo que condicionó su ataque, dio más libertad a los de Navarro para jugar con ayudas, y provocó un atasco ofensivo que se tradujo en 26 puntos anotados al descanso. El impresionante acierto de los catalanes en el tiro de tres, radicalmente opuesto al de los canarios, hizo el resto.

También fue trascendental la figura de Dejan Musli. Mientras que en la visita de Baskonia al Santiago Martín, Joseph Jones hizo un gran partido defendiendo a Bourousis, el pívot serbio fue una auténtica pesadilla para el juego interior canarista. Anotó con mucha facilidad, y, sobre todo, ganó a todos sus defensores en la lucha por el rebote, uno de los grandes aliados del Iberostar para anotar en transición o tras segundas opciones. Sin él, se cerró otro de los grifos de anotación del Iberostar, lo que supuso una losa demasiado pesada para levantarla.

Son problemas totalmente subsanables y que no suponen ni mucho menos una crisis de juego, pero deben ser solucionados cuanto antes, pues los aurinegros disputarán el domingo uno de los choques más importantes de la temporada. El Fuenlabrada, séptimo clasificado, visitará el Santiago Martín en un duelo más que decisivo de cara a los playoffs. No solo la victoria estará en juego, también lo estará el basketaverge particular, que podría marcar el destino de ambos equipos en la postemporada. Si los canaristas recuperan su versión de los últimos encuentros en el Santiago Martín, será una gran mañana de domingo para sus intereses.