Humillación sin precedentes. Catástrofe sin paliativos la del equipo de Ricard Casas, que viajó a Barcelona derrotado, como su propio entrenador reconoció en la previa del encuentro, y regresa a Valladolid despedazado. El conjunto de baloncesto que representa a la ciudad de Valladolid realizó el mayor de los ridículos imaginable en el Palau Blaugrana.

Incapaz ni siquiera de dar una imagen mínimamente decente, los de Pucela se arrastraron por la cancha culé sin ningún tipo de actitud, intensidad ni voluntad competitiva. El equipo local lo aprovechó a la perfección y, con un gran nivel de acierto de los exteriores y agresividad de los interiores, machacó sin contemplaciones al títere morado, logrando la mayor victoria de cualquier equipo en la era ACB y el mejor dato de valoración. La actuación muy coral, destacando Navarro, Lorbek, Dorsey, Abrines y Tomic, que superaron los 15 de valoración.

Partido sentenciado de salida

El FC Barcelona dejó clara su enorme superioridad desde el minuto cero de partido, cuando Xavi Pascual se permitió el lujo de descartar a dos inmensos jugadores como Lampe y Papanikolau. A partir del primer minuto de juego, también se evidenció el abismo que separa a ambos conjuntos.

Tomic abusaba de Haritopoulos, incapaz por su escasa altura y envergadura de parar al jugador balcánico. Por su parte, Marcelinho Huertas destrozaba en vertiginosas transiciones a la defensa de Rowe y, en general, de un CB Valladolid poco intenso y que daba la impresión de haber llegado al Palau sin demasiadas ganas de correr hacia atrás.

Tan sólo el acierto desde la línea de tres, especialmente de la mano de Omari Johnson, mantuvo mínimamente a los pucelanos en el choque. Un espejismo. Xavi Pascual puso en liza rápidamente a los menos habituales, como Hezonja o los recién recuperados Lorbek y Oleson. Precisamente fue el primero quien inició el festival que supuso el despegue de los culés, que en un visto y no visto, sin resistencia de ningún tipo por el otro bando, se marcharon 30-16.

El segundo cuarto fue todavía mucho peor que el primero en cuanto a la imagen proyectada por el cuadro morado que hoy vestía de blanco. A la diferencia de calidad entre ambas escuadras se unió la dejadez y la falta de actitud de los de Ricard Casas.

Actitud nula de los visitantes

Se vieron situaciones que rayaron el esperpento, impensables en un equipo profesional, ya no sólo de la Liga Endesa. Contraataques dirigidos por los bases azulgranas sin oposición por parte de ningún rival. Triples tan librados por parte de los de Xavi Pascual que gozaron de segundos interminables para pensarse si los lanzaban o no. Ataques en los que los interiores locales se pasaban el balón dentro de la zona hasta en dos ocasiones maniatando al juguete vallisoletano. Alley-oops continuos. Palomeros eternos bajo la canasta del CB Valladolid… Acciones que se repitieron continuamente durante el resto del choque.

 

El colmo de lo grotesco llegó con un contraataque dirigido por Iván Martínez, en el que existía una superioridad de tres contra uno, y fue Pullen, el único jugador del Barça, quien acabó llevándose el balón. El conjunto de Ricard Casas anotó su primera canasta de ese segundo parcial cuando habían transcurrido 5 minutos y medio del mismo. Tan sólo fue capaz de meter dos más. El resultado al descanso, 55-22 a favor del FC Barcelona. La valoración, 92 a 3 para los locales. Hacen falta pocas explicaciones más. En ocasiones, los datos hablan por sí mismos y sobran los análisis.

El ingenuo aficionado vallisoletano que pensara que las cosas iban a maquillarse en la segunda mitad se equivocaba gravemente. La actual plantilla morada tiene tal falta de orgullo que carece del mínimo espíritu competitivo para tratar de contener las situaciones desfavorables. Por su parte, el Barcelona se aprovechaba de la extrema fragilidad mental de los de Pucela y arrasaba sin piedad. Los culés se pegaron un auténtico festín, tanto desde la línea de tres, con un Navarro especialmente inspirado, como en la pintura, donde Tomic y Dorsey apabullaban al blando Sinanovic y al carente de centímetros Haritopoulos. En cuanto al debut de Cvetinovic, no aportó absolutamente nada positivo al juego interior morado, aunque es lógico dado el poco tiempo que ha tenido de adaptación y a que no tiene ni altura ni corpulencia para actuar en esa posición.

Un entrenamiento para el Barça

El ataque del CB Valladolid era comandado solitariamente por Omari Johnson y algún fogonazo de Andjusic, únicos argumentos ofensivos hoy del equipo de Ricard Casas, que aprovechó la extrema relajación defensiva del Barcelona en el tercer cuarto para anotar 22 puntos. El problema es que encajó 32, gracias en gran parte a la aportación del mencionado Navarro, que hoy parecía rejuvenecido incluso en los gestos, y de Lorberk, que no pudo tener mejor partido para reencontrarse consigo mismo después de su larga lesión. Incluso el denostado Jacob Pullen tuvo sus minutos de gloria. El resultado de todo ello arrojó un escandaloso 87-44 en el electrónico del Palau cuando todavía restaban 10 minutos para la conclusión del partido.

El último período fue la manifestación plena de que lo visto sobre el parqué más famoso de la Ciudad Condal hoy se parecía más a un entrenamiento que a un encuentro de alta competición. El Barcelona alcanzó velozmente los 52 puntos de ventaja (98-46), que ya suponían la derrota más amplia de la historia del CB Valladolid –superando por un punto la cosechada hace un mes en la pista del Valencia Basket–. Y aún restaban 7 minutos para la conclusión.

El Barça, ensimismado con su propio juego, gustándose a sí mismo, intentaba pases imposibles en contraataque e incluso en ataque posicional, y erraba lanzamientos al lado de la canasta por exceso de confianza. Se pasó cuatro minutos sin anotar. Hubiera sido el momento idóneo para tratar de recortar algo la diferencia y al menos maquillar la humillación. Sin embargo, los de Casas no lo hicieron y tan solo metieron 2 puntos en esa fase. Una canasta del hasta entonces inédito Todorovic puso el 100-48 a falta de cuatro minutos.

Desde ese momento hasta la conclusión, el FC Barcelona pegó el último tirón e hizo un poco más de sangre en el desquiciante equipo de la entidad vallisoletana, hasta concluir el encuentro con la delirante renta de 59 puntos a favor. Reseñar que supone la máxima victoria de la historia de la entidad culé es decir poco. Constituye el triunfo más amplio de cualquier equipo en la era ACB. Por supuesto, también la derrota más abultada. El dato de la valoración, demoledor como un martillo de setenta toneladas. 178-12 para los de Xavi Pascual. También es la cifra más elevada de la historia de la supuesta mejor liga de Europa.

El Barcelona usó al resquebrajado CB Valladolid como sparring para comenzar a recuperarse de sus heridas recientes. Sin embargo, a los azulgranas no les debería servir como referencia este partido, ya que la realidad que separa a ambos conjuntos en la actualidad es tan descomunal que el hecho de que compitan en la misma categoría es un dato puramente formal.