El titular de esta previa se refiere únicamente a uno de los dos conjuntos en liza, el CB Valladolid. Dada la tendencia del equipo morado, necesita que se produzca algo milagroso para poder vencer a Obradoiro (Río Natura Monbus). El equipo de Ricard Casas ha perdido toda credibilidad -si es que alguna vez la tuvo- y por ello tiene que aliarse con elementos extraños para encontrar la senda adecuada. Por sí mismo, ha quedado demostrado que carece de armas. Es colista, merced a un tristísimo balance de una victoria y diez derrotas.

De esta situación horrenda que acredita al actual CB Valladolid como uno de los peores equipos que jamás ha disputado la ACB, tratará de aprovecharse el conjunto gallego que, dirigido por Moncho Fernández, lleva dos temporadas mostrándose como un equipo aguerrido, combativo y muy difícil de batir.

Obradoiro quiere dar el salto

Sin embargo, los de Santiago de Compostela quieren más. Desean instalarse en la zona noble de la clasificación. Han logrado cuatro victorias que les sitúan dentro del grupo de equipos que no tienen riesgo inminente de caer en los puestos de descenso y a tan sólo un triunfo de las posiciones de play-offs. Ricard Casas destacaba en la previa del encuentro sobre el Río Natura Monbus que son un “buen equipo que, pese a los cambios con respecto al año pasado, mantiene una línea concreta y mucho equilibrio entre el juego interior y el exterior”.

El Obra ha tenido un principio de temporada algo irregular y de momento le está costando alcanzar el excelente estado de forma con el que concluyó la pasada campaña. Ha cambiado bastante su plantilla, aunque sigue contando con Alberto Corbacho como principal artillero desde la línea de tres (es segundo de la competición en ese apartado), con Oriol Junyent como referencia interior desde el banquillo, con el alero internacional checo Pavel Pumprla y con Rafa Luz y Benjamin Dewar, los cuales dan competitividad a la segunda unidad de los gallegos. Por el contrario, ha perdido a hombres importantes, principalmente a Salah Mejri, a Levon Kendall y a Andrés Rodríguez.

Para compensar estas bajas, ha realizado varias incorporaciones de calidad, sobre todo a Mike Muscala, un pívot de calidad y con carácter, además de un excelente reboteador (ocupa el primer puesto en la clasificación de rechaces defensivos). El estadounidense está siendo una de las revelaciones de la presente Liga Endesa, como lo demuestra el hecho de que sea sexto en el ranking de valoraciones. También hay que destacar al base griego Xhantopoulos, buen pasador, solvente defensor e inteligente a la hora de llevar el tempo de los partidos.

Viney, una nueva fuga en el CB Valladolid

Precisamente dos perfiles de jugador de los que carece por completo el CB Valladolid, cuyo base titular, Jason Rowe, hasta ahora sólo ha demostrado ser un anotador individualista y cuyo playmaker reserva, Viljhalmsson, por el momento no ha mostrado tener un nivel suficiente para la competición ACB. En cuanto a la posición de pívot, Haritopoulos es un cuatro reconvertido a cinco que lucha lo indecible pero que no tiene centímetros para ocupar esa posición, mientras que su relevo y techo de la competición, Sinanovic, está completamente desconectado y además su entrenador no confía en él.

Por si todo esto fuera poco, el conjunto morado contará con un elemento menos en el partido contra ObradoiroDrew Viney. Al parecer, el alero estadounidense se había planteado superar a su compatriota Luther Head en la lista de jugadores cuyo paso por Pucela ha sido más efímero. Se ha quedado cerca de conseguirlo. Según la versión oficial del club, Viney no ha alegado ningún motivo y es un jugador “mentalmente débil”. Simplemente se ha ido y ha sido reemplazado en un tiempo propio de “urgencias 24 horas” por Melvin Sanders, aunque el jugador no llegará a tiempo para disputar minutos en el encuentro de mañana. Otro caso de fuga más por enajenación mental.

Lo más significativo es que estas cosas solo pasan en el conjunto morado. Mucha gente comienza a pensar que hay algo más detrás de estas marchas –tercera de la temporada, tras las de Head y Porta, si bien es verdad que en el caso del base argentino no se utilizó el discurso de la “debilidad mental”–. Esas causas ocultas se centrarían en la mala relación que algunos jugadores mantienen con Ricard Casas, incapaz hasta la fecha de motivar ni de crear espíritu colectivo en un vestuario sin armonía con el técnico –y sin tampoco demasiado feeling entre algunos de sus integrantes–, por mucho que se quiera dar la imagen de que no es así.

Diferencia abismal entre ambos conjuntos

El actual CB Valladolid ha firmado el peor arranque de la historia de la entidad y va camino de ser el líder negativo de la ACB desde que se fundó la competición. El conjunto morado al que dirige Ricard Casas es último en bastantes estadísticas globales de la Liga Endesa y sus números en la más relevante, la de la valoración, son absolutamente bochornosos. 52,82 puntos, 23 puntos menos que su rival, el Río Natura Monbus, y eso que los gallegos tampoco están para tirar cohetes –son terceros por la cola en este apartado–. Pese a ello, la confianza de la directiva pucelana, encabezada por Juan Vela Felipe Martín, en su entrenador es máxima.

Por el otro bando, el Obradoiro es el séptimo equipo que más rebotea –una faceta del juego en la que flojea especialmente el conjunto vallisoletano– y el tercero que más machaca en la canasta rival, datos que hablan del poderío de los de Moncho Fernández en el juego interior, frente a la endeblez de los de Casas. También están bien colocados en el ranking de asistencias –séptimos, con 15,18 repartidas por encuentro– y cuentan con una defensa relativamente sólida –encajan 76,73 puntos de media por choque.

Con este panorama, sólo los extraordinariamente optimistas creerían en un triunfo de la escuadra pucelana frente a la compostelana. El propio Ricard Casas manifestaba en la previa que “lo prioritario es dar una imagen de esfuerzo ante nuestra afición”. Sin decirlo expresamente, descartaba prácticamente cualquier posibilidad de vencer al Obra. No obstante, hay ocasiones –muy pocas– en las que se han producido milagros extraordinarios en el deporte profesional, de modo que no puede descartarse de modo absoluto. Quién sabe si Papá Noel no habrá dejado algún superpoder en los calcetines que a buen seguro dejaron colgados Felipe Martín Juan Vela el día de Nochebuena de las cestas de Pisuerga.