Érase una vez la historia de dos equipos de baloncesto. Uno lo hizo rematadamente mal y perdió la categoría, aunque consiguió recuperarla en los despachos. En vez de despedir a su entrenador y a sus tres jugadores más importantes, optó por mantenerlos. Exactamente lo mismo que había hecho el segundo equipo un año antes –aunque en este caso únicamente respecto al técnico y a su hombre franquicia–. A ambos les fue bien, con un año de diferencia. 

Este paradójico cuento por el momento concluye con los dos equipos reencontrándose en situaciones bastante distintas. Mientras el primer equipo –Gipuzkoa Basket– disfruta de los beneficios de la primera filosofía, el segundo –CB Valladolid– finge no lamentarse por no haber sabido o podido reeditarla precisamente cuando mejor le había funcionado. Debido a ello, los primeros tienen el mismo número de victorias que el de su puesto en la tabla ACB y el otro cuenta con dos triunfos y ocupa la posición de colista. La moraleja bien podría ser más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Con la salvedad de que en esta ocasión lo conocido es bueno.

El mismo Gipuzkoa Basket con ajustes de calidad

Hace sólo un año por estas fechas, el Gipuzkoa Basket era un equipo con múltiples problemas deportivos. Como recordaba el propio Ricard Casas en la previa del encuentro, se vieron obligados a realizar numerosos cambios y, aún así, descendieron. Sin embargo, el propio técnico catalán reconocía que habían sabido mantener un bloque de jugadores que llevan varios años juntos –a las órdenes del mismo entrenador, Sito Alonso– y, con los ajustes necesarios, “han logrado un importante equilibrio que les hace estar con esas siete victorias”.

A propósito de ello, uno de esos “ajustes” –y el más importante– es Jason Robinson, perfectamente conocido por la afición pucelana pues vistió la camiseta morada durante dos temporadas. Y está realizando una temporada espectacular, hasta el punto de situarse como el cuarto hombre con mejores números globales de la Liga Endesa, segundo en anotación y tercero en triples anotados. Muy por encima del rendimiento que tuvo en tierras castellanas.

Lo curioso es que el propio entrenador morado apuntaba después que el CB Valladolid también busca llegar a ese punto “que ellos han alcanzado después de un año”. Debió darse cuenta Ricard Casas de que ese discurso implicaba dar a los pucelanos por descendidos, por lo que matizó inmediatamente sus palabras y añadió “nosotros esperamos conseguirlo al final de este año”.

Valladolid, obligado a ganar a un equipo ilusionado

La realidad es que el conjunto morado está obligado a ganar mañana, por mucho que sea un partido complicadísimo y que los vascos a priori sean favoritos. Casas, fiel a su discurso de la “autoexigencia”, asegura que “no estamos obligados, porque la obligación nos la ponemos nosotros mismos”. Luego se refirió como en otras comparecencias a esa imposibilidad de competir en algunos partidos, pero, a la pregunta de si el del sábado era uno de esos partidos, el entrenador catalán aseveró con firmeza “evidentemente contra Gipuzkoa sí tenemos que competir”.

No obstante, los donostiarras ahora mismo no pertenecen a “la liga del CB Valladolid”. Cierto que su objetivo prioritario es salvar la categoría después de una temporada tan dura como la pasada, pero, una vez metidos en la vorágine de las victorias, miran hacia la Copa del Rey con ilusión. Supondría reeditar el éxito alcanzado hace dos años, cuando los Javi Salgado, David Doblas y Raulzinho Neto, bajo la disciplina de Sito Alonso, lograron clasificarse y ponérselo bastante difícil al Baskonia en los cuartos de final de aquella edición copera.

Las claves del choque

Interrogado por las virtudes defensivas de su próximo rival, Ricard Casas destacaba en la previa que “eso viene dado por su solidez como equipo, algo que a nosotros nos falta y por eso y por nuestra irregularidad a veces defendemos mal”. Gipuzkoa Basket es la segunda mejor defensa de la competición, mientras que los morados son la peor. Si bien tampoco eso es decir demasiado, pues los pucelanos ocupan la última posición en la mayoría de las clasificaciones importantes. Otra de los aspectos destacados de los de Sito Alonso es lo bien que cuidan el balón, siendo la escuadra que menos pérdidas comete de la actual Liga ACB.

Sin embargo, tienen su punto flojo en el aspecto anotador. Es un conjunto al que le cuesta hacer puntos, especialmente cerca de canasta, prefiriendo el lanzamiento exterior como forma de producción ofensiva. Aunque al CB Valladolid le ocurre exactamente lo mismo. Otra de las cosas que menos brillan en los de San Sebastián es su segunda unidad, que baja bastante respecto de la primera, a excepción de Javi Salgado, si bien el base bilbaíno en realidad tiene el mismo protagonismo que el teórico titular, Raulzinho Neto. Aún así, las prestaciones de los reservas del Guipuzcoa son mejores que las de los suplentes morados, por lo que tampoco eso supone una ventaja.

Por lo tanto, un día más las únicas opciones de los de Pucela pasan por el estado de inspiración y de sintonía con su técnico de Nedzad Sinanovic, que en condiciones normales debería ser imparable para David Doblas –pero el pívot cántabro suele superar en intensidad ampliamente al hispano-bosnio– y por el apoyo del público local. Ambos factores fueron decisivos en la inesperada victoria que obtuvieron los morados hace una semana frente al Obradoiro. Ricard Casas insistía en la previa del próximo partido, como hizo tras aquel encuentro, sobre la importancia de la afición, señalando que “la necesitamos y su empuje tiene que ser clave”.

No obstante, se antoja que los de Pucela necesitaran más cosas para que este 2014 se convierta en un año épico. El calendario dice que arranca un nuevo año, pero la realidad de la que parten los morados es la misma. Muchas gestas, hazañas y algún que otro milagro precisará este CB Valladolid de Ricard Casas para llegar al número de triunfos necesario para mantenerse en ACB. De seguir la tendencia actual, se verá irremisiblemente en LEB. Y las malas lenguas apuntan a que este año no se podrá recuperar la categoría en los despachos, por lo que el cuento variará de final. 

VAVEL Logo
Sobre el autor
Alberto Blanco Paredes
Pucelano por los cuatro costados, me dedico a esto del Periodismo porque siempre me encantó escribir y más si era sobre algo relacionado con Valladolid. Incluso en una época de mi vida, cuando la galera no dominaba tanto mi existencia, me dio por escribir un libro. Ahora, desde el barco en el que remo sin descanso, intento engañar a la triste lógica relatando las victorias del Club Baloncesto Valladolid y del Real Valladolid. E incluso, desafiando por completo a la razón, trato de seguir escribiendo libros...