Cuando un equipo está inmerso en una racha tan negativa como lo está el CB Valladolid, hay derrotas que duelen más que otras. Ésta es una de ellas, ya que el equipo de Ricard Casas compitió durante la mayoría del choque para caer de manera estrepitosa en un último cuarto para olvidar.

Primeros minutos de tanteo

De inicio, el ambiente en el pabellón era frío a pesar de la buena entrada, y eso parecían notarlo los jugadores de ambos conjuntos ya que tardaron en coger el ritmo al partido. Jason Rowe e Iván Martinez contestaban con jugadas de calidad al acierto de tiros de media distancia de los guipuzcuanos.  Dos buenas defensas permitían a los locales abrir una pequeña brecha de 5 puntos a los seis minutos de juego, lo que impulsó a Casas a dar descanso a Rowe mediado el cuarto. Esto tuvo unas consecuencias nefastas para los morados,  ya que los graves fallos en ataque del CB Valladolid y el acierto de Raulzinho Neto dieron un parcial de 0-7 al Gipuzkoa basket, obligando a Ricard Casas a pedir el primer tiempo muerto del partido transcurridos los ocho minutos de juego con 13 – 15 en el electrónico. Resultado con el que se llegó al final de los primeros diez minutos. Parecía que los dos equipos se estaban tanteando, alternando intensidad defensiva con desacierto atacante.

A Ricard Casas no pareció importarle el parcial encajado en el primer cuarto sin Rowe ni Martínez en pista, ya que comenzó el segundo cuarto nuevamente sin ellos en el quinteto inicial. Un triple del veterano Cortaberría abría el festival anotador de este periodo e hizo reaccionar al Valladolid, que liderados por la conexión serbia Cvetanovic-Andjusic consiguió igualar nuevamente el choque. Por primera vez en muchos partidos los aficionados de Pisuerga atisbaban a ver un mínimo juego de equipo.

Máxima igualdad

La igualdad dominaba el encuentro en este segundo cuarto y se dio paso a una fase de intercambio de canastas, en donde los locales se aprovechaban de la inspiración de Rowe y Cvetanovic y los visitantes de la falta de altura local y de las dificultades de Martínez para defender a un Robinson cada vez más enchufado. Andjusic se quiso sumar a la fiesta con dos triples consecutivos, a los que respondió Javi Salgado con otro gran triple a la salida de bloqueo. La igualdad era máxima, pero el desacierto de Ramsdell (0 de 3 en triples en este cuarto) permitía anotar la última canasta del cuarto a Jason Rowe para dejar el marcador en un apretado 36-34 al descanso. Las sensaciones eran buenas en el combinado de Pisuerga, ofreciendo un juego en equipo vistoso y alegre y esmerándose en defensa. Por parte visitante, el desacierto del tiro exterior parecía un bache difícil de superar en el día de hoy.

Pero al comienzo del tercer cuarto el Gipuzkoa Basket dar la vuelta a esta mala racha y tras el descanso anotó nada más y nada menos que tres triples en sus tres primeros ataques. Además, intensificó la defensa y el CB Valladolid comenzaba a tener dificultades en ataque. Transcurridos tres minutos de cuarto, la ventaja visitante era de cuatro puntos, 43-47.

Inexplicablemente, dos pérdidas de balón permitieron al Valladolid empatar de nuevo el partido y demostrar que su mentalidad en el encuentro de hoy era más fuerte que en choques anteriores. Mediado el cuarto el marcador indicaba un 47-49 que reflejaba la igualdad que reinaba en el choque. Ricard Casas continuó apostando en este cuarto por mantener en pista a Haritopoulos, a pesar de los problemas que tenía con la defensa de David Doblas. Esto, unido a la ausencia de Rowe en estos minutos para darle un merecido descanso, hizo que de nuevo los visitantes adquirieran una mínima ventaja de cuatro puntos a falta de tres minutos.

Pero los donostiarras no terminaban de romper el coche y la pareja serbia del CB Valladolid mantenía en el partido a su equipo. La intensidad de los morados subió al final del choque y tras una gran defensa a Javi Salgado. Andjusic empataba de nuevo a 55 a falta de treinta segundos.  Un canastón de Jason Robinson ponía el 55 – 57 con el que se llegaría al último cuarto.

Desastroso último cuarto local

Para el período decisivo Casas apostó por seguir jugando sin su pívot titular y sin Jason Rowe y confiar en la inspiración de sus balcánicos, que seguían sin defraudar. Pero jugar sin el americano los primeros minutos fue un lastre demasiado pesado que  el equipo de San Sebastían supo aprovechar para ponerse cinco puntos arriba a falta de ocho minutos de la conclusión del encuentro. A pesar de que la fe de los castellanos era superior en la jornada de hoy a la de otros días, un triple de Robinson, convertido ya a estas alturas de partido en el mejor de los suyos, ponía la diferencia en más seis para los vascos, lo que obligaba a Casas a pedir un tiempo muerto y apostar por los centímetros de Sinanovic en la pintura. De poco sirvió, ya que el pivot hispano-bosnio tuvo una actuación blanda que desesperó a la parroquia pucelana.

Tras varios ataques desastrosos, un triple de Salgado establecía la máxima diferencia visitante (61-71), a falta de 4.23 para el final. El partido se había ido para los locales, y Javi Salgado con otro espectacular triple lo certificó en el siguiente ataque. De ahí hasta el final del choque sólo hubo unos minutos de la basura en los que el Valladolid se marchó del partido para no volver, factor que los guipuzcuanos aprovecharon para aumentar de manera excesiva la diferencia hasta el marcador final de , que no refleja el desarrollo igualado del partido.

Con esta victoria, el Gipuzkoa Basket consigue su octavo triunfo y mantiene intactas sus aspiraciones de clasificarse para la copa del rey. Por su parte, el CB Valladolid sigue anclado en el último puesto de la clasificación, después de una derrota dolorosa tras un choque igualado. El enfermo sigue en la UVI, a pesar de haber mostrado signos muy leves de recuperación.