Ricard Casas ya restaba importancia antes del choque a las posibilidades clasificatorias del equipo. El técnico era muy consciente, a diferencia de lo que sucedía en la cúpula directiva del CB Valladolid, de que evitar la última posición era un reto casi imposible. Tras la derrota frente a UCAM Murcia, sería más que un milagro que los de Pucela acabaran la Liga Endesa sin ser colistas.

Casas está resignado a que ya no hay posibilidades clasificatorias, aunque no lo diga abiertamente. “Hay otras cosas importantes, como competir y ofrecer buena imagen, cosa que estamos haciendo aunque hayamos hecho cosas mal, más allá de las posibilidades”, afirmó.

Pese a su aparente calma, el entrenador morado no podía ocultar su malestar por el resultado, que podría haber sido bien distinto de haber sabido combatir durante la segunda parte la subida de intensidad defensiva de los murcianos. “Hemos empezado a hacer mal lo que estábamos haciendo bien, en parte por mérito del rival, pero también por nosotros, permitiendo pérdidas y contraataques fáciles”, analizó el técnico morado. “Se ha invertido la tónica de la primera parte, donde habíamos tenido mucha capacidad, movilidad y juego de equipo”, se lamentó.

En opinión de Ricard Casas, el motivo de que sucediera tal metamorfosis en su equipo se debió a “las situaciones con jugadores que no están ajustados a los sistemas de juego, y menos en los momentos difíciles, demostrando una capacidad baja de dinámica táctica ofensiva”. Se refería a Armon Johnson y a Lamont Mack, los mismos que han sido ensalzados por el técnico en las últimas semanas como artífices de que el conjunto morado hubiese encontrado la senda correcta en cuanto a intensidad, actitud y trabajo. Sin embargo, hoy justificó la derrota en el poco tiempo de adaptación que llevan.

Casas siguió por ese camino para explicar que “ha habido problemas en el timing de recepción cuando Murcia ha empujado”. Incluso descargó de influencia a la actuación arbitral por una presunta permisibilidad de los colegiados cuando los visitantes aumentaron su nivel defensivo. “Ha sido más nuestra propia responsabilidad a la hora de no retener el balón por estos problemas tácticos que estoy comentando”.

Al entrenador del CB Valladolid no le gustó demasiado que le preguntaran por su posible responsabilidad cuando el equipo morado estaba 18 puntos arriba y no se rompió definitivamente el encuentro. “No tenemos la capacidad de pasar de 18 a 30, ya nos gustaría, si no ha habido más intensidad es porque no la tenemos y las rotaciones han estado bien hechas, porque los partidos no se ganan en 20 minutos”, zanjó.

Nicola y el mal comienzo de Murcia

El entrenador de UCAM Murcia, Marcelo Nicola, se mostró crítico con la actuación de sus pupilos en la primera mitad y con su puesta en escena. “No hemos sido nosotros, es el primer día que no aprendemos la lección y salimos al campo despistados, sin intensidad”. El técnico de los murcianos no encontraba la explicación en los supuestos nervios o la presión por la victoria. “Simplemente ha sido un comienzo equivocado”, aseguró.

También rechazó tajantemente el extremo contrario, una presunta relajación de sus hombres por la condición de colista prácticamente descendido del rival. “Hoy no había que mentalizar a nadie, porque sabíamos que nos jugábamos mucho, que podíamos sacar una victoria a Manresa y al propio Valladolid, si eso no es motivación suficiente que venga Dios y lo vea”, declaró.

Sin embargo, Nicola valoró el esfuerzo y la recuperación de la identidad de su equipo en el segundo tramo del choque. “Hemos vuelto a disfrutar, a tirar cuando teníamos que hacerlo, incluso con pocos segundos de posesión, que es nuestro estilo, respetando nuestra manera de jugar y metiendo el ansia al Valladolid”, consideró el coach argentino.