La Liga Endesa se está convirtiendo en las últimas jornadas en una sucesión de partidos sin ningún interés competitivo, donde lo único valioso es el espectáculo de ver un partido de baloncesto del máximo nivel. O a veces ni eso. Si está enfrente el CB Valladolid, las papeletas para que el encuentro carezca de emoción por el resultado final están totalmente vendidas y el consiguiente premio prácticamente asegurado.

En el Fernando Martín de Fuenlabrada se volvió a ver el mismo argumento repetido tantas veces esta temporada en los partidos del equipo dirigido por Ricard Casas. Los pucelanos plantan cara hasta donde les permiten sus limitadas posibilidades, hay un momento, ya con el encuentro avanzado, en el que se caen mentalmente, se quedan sin opciones de disputar el triunfo y acaban perdiendo con relativa claridad. En realidad, este el guión establecido en los buenos partidos, pues en los malos los morados ni siquiera han competido.

Como un filme infumable se repitió tal sinopsis en el pabellón fuenlabreño, dentro de un choque donde el equipo local jugó sin apenas intensidad defensiva. El Fuenla se valió de su acierto, especialmente desde la larga distancia (16 triples) para fulminar al cuadro morado, que fue un auténtico fiasco a la hora de cerrar su canasta, como en casi todos los partidos de la presente campaña. Temporada tan desastrosa y llena de hitos negativos que la única buena noticia para los de Pucela es que sólo resta una jornada para su conclusión.

Partido sin intensidad defensiva

Tanto el conjunto fuenlabreño como el vallisoletano firmaron un primer cuarto de una calidad realmente pobre. El resultado (12-13) y el número de pérdidas (6-7) al final de esos primeros diez minutos lo decían absolutamente todo. El frío ambiente en el pabellón Fernando Martín tampoco contribuía mucho al espectáculo. Al nulo interés del encuentro se sumaba la consecución del título liguero por parte del Atlético de Madrid para explicar la baja asistencia de público.

El segundo cuarto no mejoró demasiado en intensidad, aunque por lo menos sí lo hizo en cuanto al acierto ofensivo de ambos equipos. El parcial se saldó con 25-27 a favor de los pucelanos y dentro de él hubo dos rachas perfectamente diferenciadas. Una primera en la que los locales se entonaron desde la línea de 6,75 y cogieron una renta de 9 puntos (26-17) y una segunda en la que el nivel defensivo de los locales bajó a límites realmente preocupantes y los vallisoletanos encontraron en los puntos de Armon Johnson, Lamont Mack y Haritopoulos el revulsivo ideal para irse al descanso con tres puntos de ventaja (37-40).

El trío de jugadores morados mencionado sumaba 31 de los 40 puntos obtenidos por el cuadro dirigido por Ricard Casas, que además había conseguido estabilizar su número de pérdidas –8, las mismas que el conjunto madrileño– y dominar ligeramente el rebote (17-18), una de las facetas donde más se notan las debilidades del equipo morado.

Otro tercer cuarto horrible del CB Valladolid

El regreso a pista no pudo ser más negativo para los pucelanos. El tercer cuarto supuso el desplome morado, lo cual prácticamente les dejó sin opciones de competir por la victoria. Algo que les viene sucediendo desde hace ya varios partidos. La película repetida. Una vez más la defensa perimetral fue un auténtico desastre y el Fuenlabrada se puso las botas. Especialmente Carlos Cabezas, que anotó 5 de los 7 triples que lograron los locales en ese tercer período.

El cuadro fuenlabreño consiguió 33 puntos en ese tercer acto, lo cual dice absolutamente todo de la endeblez defensiva morada. La renta local de 13 puntos (70-57) al llegar al último descanso inter cuartos podría haber sido mayor de no haber sido por los puntos de Armon Johnson, la mayoría conseguidos en acciones individuales. El base norteamericano fue de largo el mejor del equipo vallisoletano (23 puntos, 30 de valoración).

Con el partido prácticamente sentenciado, el CB Valladolid tiró en el último cuarto de orgullo y luchó por remontar. Pero el encuentro ya estaba muy cuesta arriba. Pese al buen hacer de Drenovac y Héctor Manzano y a que los pucelanos se llegaron a acercar a una distancia peligrosa para los locales (80-77), el cuadro dirigido por Luis Casimiro se puso serio de nuevo. Con un James Feldeine muy inspirado, volvieron a despegarse y alcanzaron los 14 puntos de ventaja a falta de poco más de un minuto. El partido finalizó con el resultado de 91-81 y varios canteranos del Baloncesto Fuenlabrada en pista. Ricard Casas dio 34 segundos a Antonio Izquierdo y, por cuarto partido consecutivo, ni uno sólo a Marcos Suka-Umu.

El CB Valladolid cierra la liga como visitante sin haber logrado ni una sola victoria de los 17 desplazamientos efectuados, un hito realmente doloroso. En la última jornada el equipo dirigido por Ricard Casas podría también apuntarse otro registro negativo histórico, el de ser el equipo con menos victorias en una misma temporada ACB. Algo que sucederá si pierde frente al Gran Canaria.

Por su parte, el Fuenlabrada se despide con un buen sabor de boca de su afición, en una temporada algo irregular, pero donde el equipo consiguió el único objetivo, que era la salvación deportiva, y además de manera holgada. La parroquia fuenlabreña aplaudió a los suyos al término del encuentro y ovacionó especialmente a Andy Panko y a James Feldeine