Parece mentira que un mismo equipo cambie de forma tan radical en apenas dos semanas con tan sólo mover una pieza del puzzle, y vaya pieza. Con Scott Roth el balance fue de 3 victorias y 14 derrotas. Un bagaje muy pobre que llevó a los hispalenses a la deriva, no sólo en los resultados, también en el juego y en las sensaciones.

Con la llegada Luis Casimiro, el conjunto de Kansas City ha creado una identidad propia, instaurando una confianza en hombres jóvenes como Balvin y Radicevic y también jugadores veteranos han dado un paso adelante, el ejemplo más claro el del capitán Berni Rodríguez. Sigue faltando la aportación del reciente fichaje Kirk Penney, aún sin estar a tope, y  del lesionado Álex Urtasun, quien arrastra problemas en un tobillo.

Con todo ello, Baloncesto Sevilla había encadenado 4 victorias consecutivas, 2 en Eurocup y otras 2 en ACB, teniendo una cita importante en la mañana de hoy en el Príncipe Felipe de Zaragoza.

Mal comienzo por parte visitante

Horrible resultaría la puesta en escena sevillana (9-0 y 13-3). Un arranque de partido que requería un obligado giro de 180 grados para no perder a las primeras de cambios las opciones de volver a casa con la satisfacción del deber cumplido. Con Byars en pista, en sustitución del desacertado Penney, los de Casimiro comenzaba a carburar. Sobre todo, tras un triple de Berni Rodríguez (17-11). Al final del primer acto, 19-11 para el equipo que mejor estaba haciendo las cosas en el Príncipe Felipe. 

Poco a poco, se mejoró en la circulación de balón y anotando en la pintura hasta igualar el marcador a 23, gracias en parte a Hernán-Gómez y a Radicevic. Los anteriores, partiendo desde el banco, protagonistas del remontable 38-31 con todavía dos cuartos por delante. Y eso que Penney no paraba de fallar lanzamientos a canasta (0 de 6 a mitad de camino).

Un triple de Berni Rodríguez (43-42) parecía ser ese golpe de efecto que necesitaba Baloncesto Sevilla para meterle el miedo en el cuerpo a los de Ruiz Lorente. A 10 minutos para el final, un apretadísimo 49-48. Una renta remontable para un Baloncesto Sevilla que necesitaba como agua de mayo los puntos de su banquillo para volver a casa con la satisfacción del deber cumplido. 

Reacción sevillana

Hernangómez y Woodside adelantaban a los suyos tras muchos minutos por detrás en el marcador (49-52). El pívot madrileño se fue a la caseta tras cometer su quinta falta personal. El equipo sevillano jugaba los minutos finales con Radicevic, Woodside y Berni en el 'backcourt', era la decisión de un Luis Casimiro consciente de la oportunidad que se le presentaba a orillas del Ebro para acabar la semana fuera de los puestos de descenso.

Un triple de Landry y una falta en ataque de Radicevic le daban a los definitivos 90 segundos un carácter tan emocionante como imprevisibles. En ellos, los fallos de Porzingis y Woodside desde los 4.60 le daban vida a los locales a 13 segundos para el final (73-74 y posesión para CAI Zaragoza). Llompart no los desaprovecha para mandar el encuentro a la prórroga.

Trabajado final

En el tiempo de desempate, Radicevic devolvía la ilusión a los suyos con un triple a 34 segundos para el final tras (82-84). El base, tras un fallo de los locales, parecía certificar el triunfo de Baloncesto Sevilla, hasta que una falta de Oriola permitía empatar a Jelovac (85-85). Otra prórroga al canto. Ya con ambos conjuntos con la reserva encendida y tras haber dejado escapar Baloncesto Sevilla en dos ocasiones la opción de desnivelar la balanza a su favor, Radicevic y Byars no permitían que el vestuario hispalense le volviera a dar vida a un rival que terminaría entregando la cuchara tras un choque de esos que tardan en olvidarse. Y eso que los locales tuvieron en sus manos una bola para una tercera prórroga. Habría sido ya demasiado para un conjunto que sin apenas aportación de su banquillo (Urtasun vio todo el partido desde el banco) vuelva a casa con un 97-99 de los que deben servir para encarar el futuro con mucho mayor positivismo.