Los sirios huyen de tierra patria. Es la actualidad, es la realidad. Están escapando del horror de una guerra que ellos no eligieron. Y necesitan ayuda. Toda es poca.

El Ayuntamiento de Madrid es uno de los pocos que ya ha dado luz verde a ayudas oficiales desde su organismo para tratar de salvaguardar los derechos humanos de los refugiados sirios. Con él, todo el aparato que abarca el espectro del ayuntamiento y, por supuesto, la solidaridad de los ciudadanos. El Club Estudiantes y su Fundación, seña de identidad de la ciudad por aunar baloncesto y educación, colaborará con la agravada situación que Europa padece a día de hoy.

Estudiantes es un club intrínsecamente ligado a esta clase de problemas socioculturales. La Demencia, su grupo de animación más conocido y reconocido, es activo y crítico con la situación política en Oriente Próximo y Oriente Medio. Los dementes están identificados, en este sentido, con la situación sin resolver del pueblo de Palestina. El problema sirio, si bien no descansa sobre los mismos cimientos que el palestino-israelí, debe ser atajado igualmente. Por eso y por más no podía quedar sin respuesta colegial.

En los últimos tiempos se viene tratando la expresión “economía de guerra” para referirse a la situación financiera del club. Un recurso literario, sin duda, pero que choca de lleno con la verdadera economía de guerra: la de los refugiados sirios. Una economía que sí debe ser sufragada ipso facto. El Club Estudiantes, una S.A.D. que se aferra a los valores como reducto de su esencia más pura, decide ayudar una vez a los más necesitados en uno de los protocolos de emergencia más importantes de este siglo.

Cada uno aporta lo que puede. En el caso de Estudiantes serán dos iniciativas: un partido solidario y una escuela de baloncesto. El partido solidario, en el que el club está trabajando para hacerlo coincidir con el debut en ACB de la primera plantilla masculina (10/11 de octubre 2015 en e BarclayCard Center de Madrid ante Laboral Kutxa Baskonia), iría acompañado de una ‘fila cero’ donde cada uno podrá donar lo que estime oportuno para ayudar a los inmigrantes sirios. Por otra parte, la Fundación y la cantera del club del Ramiro de Maeztu pondrán en marcha una escuela de baloncesto que contará con la supervisión y colaboración del propio ayuntamiento de la capital de España.