Plácido debut en el Top-16 de un Barcelona que se examinaba ante el Palau tras el fiasco consumado en el Clásico ACB ante el Real Madrid. Su rival, un Efes que apenas presentó batalla desde el salto inicial y que nunca creyó en una posible victoria en tierras catalanas. Pese al nulo nivel del rival turco, los culés sacaron con nota, sobre todo los primeros dieciocho minutos y se mostraron dominadores en las dos canastas, principalmente en la ofensiva. 

Una primera mitad perfecta

Joey Dorsey, que se está convirtiendo en el 'ojito derecho' del Palau, Juan Carlos Navarro y un Papanikolau que recordó al de Olimpiakos fueron lo más destacado de los primeros veinte mintuos que, como siempre, también contó con lunares y es que Marcelinho Huertas se mostró perdido en la dirección del juego y con un Lampe que pese a jugar sólo tres minutos, dejó muchas dudas en su implicación e intensidad. 

Desde el salto inicial el partido estuvo sentenciado. Efes nunca fue rival para el FC Barcelona, un equipo herido en su orgullo tras la debacle del Palacio y que salió a sentenciar cuanto antes el primer envite de tan terrible grupo europeo. Con Navarro y Oleson acertados desde la larga distancia, Papanikolau imponía un elevado ritmo en ataque y ejerció de base mejor que el propio Marcelinho Huertas, al que le costó una barbaridad superar la presión a toda pista del equipo turco.

El 25-16 con el que acabó el primer cuarto ya fue una muestra de lo que sería el resto del partido. Además, esa renta se incrementó ya que Efes apenas anotó dos puntos en los primeros cinco minutos del segundo periodo.

Maquillaje turco

El ritmo del tercer cuarto fue totalmente opuesto al de los primeros veinte minutos. Faltas, pérdidas e imprecisiones marcaron un pésimo cuarto de los azulgranas con unos muy discretos y fallones Tomic y Huertas que fueron relevados por Dorsey, amo y señor bajo los aros, y Sada. A falta de acierto interior, Navarro. El escolta estuvo sensacional con cinco puntos consecutivos que cortaron de raíz la reacción turca. 

Los últimos diez minutos fueron un trámite, del que apenas importaba los rebotes que cogería Dorsey, los puntos de Navarro y la diferencia final para el basket average. Mención aparte merece el pívot estadounidense. Dorsey mandó como nunca bajo los aros y con su habitual entrega se ganó a los más de 4500 espectadores que se acercaron al Palau. 

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