La historia se repite y como en Londres 2013, Barça y CSKA se cruzan un domingo por la tarde en un pabellón inhabitual, en un horario extraño y con más ganas de coger el chárter de vuelta a casa que de disputar un encuentro con poso de fracaso.

Ambos tienen motivos para la depresión: el CSKA -presupuesto más alto del baloncesto europeo (38 millones de euros) y con 5 de los 10 jugadores mejor pagados del continente en sus filas- se ha vuelto a quedar a las puertas de la final mostrando una preocupante falta de coraje y serenidad para rematar un partido que tenían solventado. El Barça, por su parte, podía contar con caer frente al Real Madrid pero nunca con sufrir una humillación de ese calibre. Vientos de cambio en Moscú y Barcelona

El Barcelona disputaba el 3er y 4º puesto por tercer año consecutivo

Así las cosas, un tercer y cuarto puesto se torna incómodo e insustancial. Xavi Pascual movió un par de piezas del equipo: Pullen y Lorbek (3 millones de euros cobra el esloveno) fuera, entran las promesas Todorovic y Hezonja. Un poco de sangre nueva y una novedad en la rotación con Maciej Lampe en pista más de veinte minutos. Bien aprovechados por el siempre cuestionado '4' polaco.

Navarro también hizo acto de presencia ante los moscovitas (20 puntos con 8/11 en tiros). Después del ejercicio de dimisión colectiva del viernes noche y ante un equipo más hundido si cabe, los barcelonistas dominaron de forma apabullante el rebote (39 a 19) para generar infinidad de segundas jugadas y machacar desde el perímetro (10/17 en triples) ante la mirada extraviada de un Ettore Messina que parece haber perdido su ángel.

Cómoda victoria pues en un partido que nadie deseaba jugar. Al vestuario y a ver la final desde la barrera, un año más, para perpetuar una estadística preocupante: 14 presencias en Final Four, dos títulos. 

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Sobre el autor
Eden Martínez Tovar
Licenciado en Comunicación Audiovisual y Máster en Guión de TV. Escribo en VAVEL desde el pasado junio. Me estrené pronosticando que Harden sería clave en las Finales de la NBA. Me equivoqué, como tantas otras veces.