Se viene un clásico, se acerca uno de esos partidos especiales en los que el mundo del baloncesto español -o del deporte en el que se enfrenten Real Madrid y Barcelona-, se detiene para centrar sus miradas en un choque de fuerzas de máximo nivel. Será la tercera vez esta temporada en la que se encuentren ambos conjuntos, esta vez, tras los partidos de Supercopa y Liga, lo harán bajo el abrigo de la Euroliga, competición que albergará un euroclásico entre dos equipos que aspiran a estar en la tan ansiada Final Four que albergará el mismo pabellón que reunirá este jueves a madrileños y barceloneses.

A levantarse del tropiezo ante el Maccabi

Una derrota en cinco partidos del Top 16 habla muy positivamente de este Real Madrid, que apenas ha cedido ante uno de sus bestias negras, Maccabi Electra. Era la reedición de la última final de la Euroliga, y los hebreos volvieron a derrotar al aún líder del grupo E de la fase previa a los cuartos de final, en el que era el primer revés del año en el Top 16. Un tropezón ajustado (90-86) que, en ningún caso, mancha el historial casi impoluto del Real Madrid en esta ronda de la competición europea.

Panathinaikos, ALBA Berlín, Galatasaray y Crvena Zvedza fueron las primeras víctimas de los de Pablo Laso en el Top 16, y ahora los blancos buscan lograr su quinta victoria que los reafirme en el liderato ante su más acérrimo rival. El balance de los blancos en toda la Euroliga, si también se cuenta la fase regular, es aún mejor: 12 victorias y 3 derrotas en 15 encuentros.

Únicamente Anadolu Efes (75-73), Unics Kazan (75-85) y Maccabi Electra (90-86) han sido capaces de imponerse a los blancos en la actual campaña en Europa. Los rusos, además, fueron los únicos en lograrlo en su feudo, un pabellón que en unos meses acogerá la gran final a cuatro en la que todos quieren estar.

No perder la concentración

Semana intensa para empezar el mes de febrero la que vivirá el Barça. El pasado domingo derrotó con solvencia a la Bruixa d'Or tras haber ganado, también en casa, al Zalgiris Kaunas con una gran exhibición de Ante Tomic, MVP de la pasada jornada de la Euroliga. El pasado martes, se firmaba la renovación de Xavi Pascual como técnico hasta 2017, una de las mejores noticias que podían recibir los azulgrana.

Un total de 513 han sido los partidos que ha dirigido Xavi Pascual, 300 de los cuales en Liga Endesa (233 triunfos) y 170 de Euroliga (135 victorias). Su porcentaje de victorias gira alrededor el 80%. A su favor, otra estadística: desde que llegó al banquillo del Barcelona, su equipo ha conseguido algún título cada temporada.

Con Abrines ya plenamente recuperado de la gripe que le hizo ser duda ante la Bruixa d'Or, los de Pascual afrontan una miniserie de cuatro partidos (Real Madrid, Iberostar Tenerife, Galatasaray y Fiatc Joventut) en diez días antes de afrontar la Copa del Rey. Las bajas de Navarro y Oleson, sin embargo, aportan preocupación a un equipo que ha perdido siete de los últimos nueve partidos lejos del Palau.

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Pugna por el liderato

Balance de 4-1 para los de Laso, y de 3-2 para los de Pascual. Así llegan los dos equipos a esta sexta jornada del Top 16 de la Euroliga. Primero y tercero, respectivamente, de un grupo E en el que ambos conjuntos aún tienen mucho que decir. Los dos están en la zona alta del grupo, pero aún es pronto para cantar victoria y verse en la ronda de cuartos. Tras esta jornada, quedarán otras ocho para dictaminar sentencia, por lo que parece pronto para atreverse a avecinar que éste va a ser un partido determinante.

Sí será, eso es seguro, un duelo importante que sirva para medir cómo llegan ambos conjuntos, una especie de termómetro que sirva para calibrar sus fuerzas a pocos días para la Copa del Rey. Ambos son serios candidatos a estar en la Final Four del próximo mes de mayo, y el clásico es un duelo que se podría repetir entonces, pero para eso aún queda demasiado tiempo. En cualquier caso, se aproxima el tramo decisivo de la temporada, y los grandes deben ajustar piezas para llegar al máximo nivel para afrontar estas citas. Su capacidad anotadora en este Top 16 (420 puntos de los blancos, máximos anotadores, por 399 de los azulgrana, terceros máximos realizadores) da muestra de lo enchufados que llegan ambos a la cita.

Una larga rivalidad

Un capítulo más del clásico, el gran partido del baloncesto español, cuya rivalidad se extiende a muchos años atrás. Se conocen bien, pues el pasado mes de diciembre ya se vieron las caras en Barcelona. Entonces, fueron los de Pascual los que se llevaron la victoria. Unos meses antes, en la Supercopa, el triunfo había sido para los blancos.

El último precedente en la Euroliga supone un amargo recuerdo para los catalanes, que cayeron derrotados por un contundente 62-100 en las semifinales de la Final Four en Turquía, cruel forma de dejarles fuera de la gran final, la máxima diferencia en una semifinal de este torneo. Será un duelo especial para hombres como Ante Tomic o Macej Lampe, en cuyas carreras el blanco estuvo presente, y ahora afrontan el clásico desde el costado culé.

Será el partido número 21 entre Real Madrid y Barcelona en la Euroliga, si bien ambos han jugado muchos más en liga y otras competiciones. El Barça ha ganado 12 de los 20 partidos disputados, por lo que el balance en esta competición es ligeramente favorable a los de Pascual, si bien los blancos se han llevado los dos últimos precedentes, en 2013 y 2014. Ambos, por cierto, en sendas semifinales de la Final Four. Tras ambos encuentros, por cierto, los blancos cayeron en la final.

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Los colegiados, con cámaras en las camisetas

El de este jueves será un clásico, si puede, más singular que el resto. Por primera vez en un encuentro de Euroliga, los árbitros de esta competición vestirán unas camisetas con unas minicámaras integradas en el pecho, una prueba para que, no dentro de demasiado tiempo, los mismos jugadores puedan usarlas y disponer así de imágenes desde el interior de las acciones del partido.

El sistema integra una lente óptica en el pecho y unos sensores que se distribuyen por la camiseta. Además, el sistema comprende un micrófono y una microcámara con una autonomía de 90 minutos, todo ello integrado en un microarnés que pesa 270 grados. En la espalda, un chip recogerá la información que registren los sensores, y enviará de forma inalámbrica los datos a un ordenador remoto. Hace pocos días ya la probaron algunos jugadores del Barcelona en algunos entrenamientos, y los tests dieron resultados satisfactorios, por lo que no se descarta su implantación en breve.

No será la primera vez que la Euroliga haga uso de un elemento de última tecnología, pues el curso pasado ya hizo pruebas con las Google glasses (las gafas de Google), que ofrecían imágenes subjetivas e información del jugador que las llevaba. "El objetivo de la Euroliga es adoptar tecnología de vanguardia y ofrecer a los espectadores herramientas para disfrutar del baloncesto", afirmó el presidente de la Euroliga Jordi Bertomeu.

Jugadores a seguir

Felipe Reyes: pasan los años en el Real Madrid, pero una cosa sigue igual, el peso más que notable del pívot cordobés, que a sus 34 años se mantiene como uno de los hombres con más importancia en el conjunto blanco. Sus datos en la Euroliga hablan por sí sólos: es el decimoquinto máximo anotador de la competición con 180 puntos en 15 encuentros (12 p. / partido), y el séptimo máximo jugador que más rebotes consigue (99 en total, media de 6,6 r. / partido). La pasada semana, además, se coronó como el jugador que más rebotes obtuvo en la historia de la Euroliga, con un total de 1.288, por delante del turco Mirsad Turkan.

Mario Hezonja: protagonista ante la Bruixa d'Or el pasado fin de semana al anotar ocho triples en ocho intentos, el escorta reivindicó su figura de cara a contar con más protagonismo en los partidos importantes en el tramo final de la temporada. Xavi Pascual le está dando minutos tras la plaga de lesiones que ha vivido el equipo en las posiciones exteriores, y él las está tratando de aprovechar al máximo. No parece ser el jugador en el que se centren las miradas en el clásico, pero sí que puede aportar valor añadido a su equipo siendo un revulsivo.