El Barça 2015-2016 empieza andar y lo hace con un plan ‘renove’ total dentro de una plantilla que es consciente que el tiempo va en contra y los títulos no pueden esperar más tras un año en blanco. Desde la base, el pilar del edificio en construcción, encontramos el estreno de una pareja inédita que deberá dirigir el juego azulgrana. Tomas Satoransky, que cumplirá su segundo año en el Palau, y Carlos Arroyo son los nombres propios que deberán suplir una posición que ha generado muchas dudas en las últimas temporadas. Tras cuatro años con Marcelinho Huertas, la marcha del brasileño a los Lakers ha supuesto el nacimiento de una nueva etapa.

El primero, Satoransky es un perfil de base diferente al modelo europeo, ya que sus más de dos metros y su potencia física le convierten en un jugador difícil de defender. Gran pasador con buena visión de juego, su velocidad le permite jugarse canastas en el poste bajo y, su altura, le convierte en un aceptable reboteador. En las últimas temporadas, el ex de Sevilla ha mejorado sus prestaciones defensivas, mejorando en el aspecto de las recuperaciones y sin rehusar el cuerpo a cuerpo.

A sus 24 años son muchas las dudas que surgen sobre el futuro del checo. La NBA parece un destino más que probable para el base que, tras la marcha de Marcelinho Huertas, deberá asumir más responsabilidad en el conjunto azulgrana. La temporada pasada tuvo un porcentaje del 63% en tiros de dos y de un 48% en triples en los 619 minutos que disputó en la Liga Endesa.

Tras cuatro temporadas Marcelinho deja el Palau. Fuente: VAvel

Experiencia contrastada

Por otro lado, aparece la novedad en la posición de base. Se trata de Carlos Arroyo, uno de los clásicos del básquet europeo de la última década, que llega a la Ciudad Condal con ganas de demostrar que todavía le queda cuerda. Con un máster en partidos importantes, su saber estar en la pista y su jerarquía deben ser puntos clave para el esquema de Xavi Pascual.

Siete equipos NBA avalan al puertorriqueño que ha militado nueve temporadas en Estados Unidos. Toronto, Denver, Utah, Detroit, Orlando, Miami y Boston son los conjuntos que han contado con la presencia del base. Arroyo es un anotador nato, que no le tiembla el pulso en los instantes finales y que le gusta ser protagonista del juego. Con una excelente lectura del juego, sus asistencias se hacen esenciales para cualquiera de sus compañeros. Por el contrario, sus 36 años generan ciertas dudas en el aficionado azulgrana que espera que Arroyo no acumule tantas lesiones como en sus últimas campañas.

El Palau está impaciente por ver en acción a estos dos jugadores, que están llamados a ser los encargados de traer el espectáculo. La dirección de la orquestra de Xavi Pascual recaerá en dos jugadores talentosos que deberán dejar de lado sus desatinos para liderar este nuevo Barça.