Aun siendo una persona con una personalidad férrea y una fe ciega en las creencias propias, es necesario que el estilo que se defiende se vea reforzado desde la victoria y el éxito con relativa continuidad. Este hecho se ve aún más pronunciado cuando se opta por introducir alguna variación importante que afecte al completo desarrollo de la hoja de ruta marcada. En este punto se encuentra el FC Barcelona Lassa, que tras un verano de plena reconstrucción y habiendo ganado de manera convincente la Supercopa, abre fuego este domingo en Liga Endesa y la próxima semana en Euroliga.

Analizando con la calma, el desasosiego y el distanciamiento del suceso ocurrido aconsejables para cualquier juicio crítico, el éxito azulgrana durante el pasado fin de semana en Málaga invita al optimismo. Más por sensaciones, potencial y margen de mejora que por la victoria en sí, este nuevo Barça mostró que tiene mimbres para volver a competir. Con una plantilla que abarca todos los perfiles posibles y con jugadores complementarios en todas las posiciones, Xavi Pascual tiene a su disposición un amplio abanico táctico que debe ir moldeando y ajustando durante la primera mitad de la temporada para llegar al final de la misma con una identidad ya plenamente definida y en condiciones de competir de tú a tú contra los mejores.

La Supercopa Endesa, analizada en clave blaugrana, deja muchas certezas, varias gratas sorpresas y una duda que debe disiparse para no hacer tambalear el futuro más próximo.
En el apartado de confirmaciones, el primer torneo ACB arrojó el acierto de la dirección deportiva a la hora de rescatar la fórmula de los polos opuestos en el juego interior. Con mucho trabajo de adaptación aún por delante, Shane Lawal mostró su gran utilidad para, como pareja de Doellman, liberar al americano del trabajo sucio del rebote y la intimidación, permitiendo así que veamos la versión MVP del de Cincinatti. Con este regreso al perfil Dorsey, y a espensas de la inclusión de Samardo Samuels y con la aportación puntual de Diagné, esta nueva combinación promete grandes ratos de diversión.

Otra gran alegría que recibió el aficionado blaugrana fue Carlos Arroyo. Su juego eléctrico, su magnífica visión de juego y su maestría a la hora de ejecutar el 2vs2, hicieron las delicias de los espectadores. Con el puertorriqueño el Barça gana un base capaz de activar a jugadores incapaces de generar y desequilibrar por sí solos (Lawal o Perperoglou, por ejemplo). Si las lesiones le respetan, el Palau Blaugrana enloquecerá con el showtime del borícua.

Aunque, sin duda, la mayor de las certezas es Pau Ribas. Adaptado desde el minuto 0, el ex-jugador de Valencia Basket ha demostrado en apenas tres partidos como azulgrana que va a ser un jugador vital. Con una defensa incansable, una dirección óptima y una enorme facilidad para anotar, el fichaje de Ribas se confirma como el mejor del año y el escolta de Badalona está llamado a ser, junto a Tomic, el puntal de este equipo.

En otro escalón, y sin ser esperado, entró en escena Stratos Perperoglou. El fichaje del alero griego fue el más criticado pues se veía como un muro para la confirmación de Abrines y la proyección de Eriksson. Si la gestión de estos roles es el óptimo por parte del entrenador, Perperoglou se confirmará como un perfil necesario para la plantilla. Con veteranía e intensidad defensiva, Stratos frenó a Kuzminskas, gran estrella rival. A esta pelea en el barro, el alero sumó un elevado porcentaje desde el triple que le confirma como un rol player ofensivo, con función de abrir el campo y castigar las ayudas rivales con su acierto.

En este cajón de gratitud no esperada, al menos para el gran público y de manera inmediata, aparece Aleksandar Vezenkov. Sin que su hoja estadística fuera destacable, el joven ala-pívot búlgaro demostró su enorme potencial. Gran muñeca, buenos fundamentos, capacidad de juego al posteo e innato gen reboteador, Vezenkov empezó a meterse al aficionado blaugrana en el bolsillo. Sin avistarse aún su techo, sólo su cabeza puede frenarle en una carrera que debe estar llena de éxitos a ambos lados del Atlántico.​

DSC_0467

El (único) punto negativo que se pudo observar el pasado fin de semana fue la escasa contribución de Ante Tomic. Saliendo desde el banquillo, sin apenas recibir balones en poste bajo y siendo un mero espectador del recital ofensivo desde el triple, el pívot croata pasó sin pena ni gloria por el Martín Carpena. Esta situación debe ser atajada de inmediato por el cuerpo técnico, pues el FC Barcelona Lassa no puede permitirse el lujo de no hacer girar su sistema alrededor del mejor pívot de Europa.

Con la tarea pendiente de afrontar qué rol se le adjudica y/o acepta Juan Carlos Navarro, sin duda una de las decisiones más importantes y delicadas del curso, la afición blaugrana tiene motivos para ilusionarse con volver a ver a su equipo compitiendo al más alto nivel y soñar con teñir de azulgrana el continente europeo. Los títulos fuertes comienzan en los próximos días y el FC Barcelona Lassa tiene armamento para no renunciar a nada y luchar por las cotas más altas.