Una fiesta turca. Así se puede definir lo vivido antes, durante y después del encuentro por el Pinar Karsiyaka y todo gracias a que el Barça de Xavi Pascual volvió a hacer gala de las carencias de la temporada pasada. La regresión azulgrana acabó traduciéndose en la primera derrota de un conjunto que fue un espejismo de lo que se vio en la Supercopa y que muestra que todavía queda mucho trabajo por delante (71-62).

La visita a Esmirna significaba la primera oportunidad de ver al renovado conjunto azulgrana en una pista caliente y en un duelo de máxima exigencia física. El margen de haber conseguido, contra pronóstico, el primer título del curso se esfumó, a la primera de cambio, tras un partido donde el Barça no supo imponer su ley en Europa y dejó a la vista muchas carencias por pulir. Por su parte, los turcos debutaban en la Euroliga y lo hicieron con un triunfo que quedará marcado en su historia. La alegría y festejos posteriores quedaron totalmente justificados para un equipo que no acabó de creerse lo logrado hasta minutos después de que sonará la bocina. 

Sin nada extraordinario pero con un equipo muy trabajado y aguerrido, el Pinar Karsiyaka encontró en Colton Iverson, con 16 puntos, y Kenny Gabriel, con 12, sus pilares fundamentales con los cual penalizar al cuadro azulgrana, en el que destacó Doellman con 14 puntos y Perperoglou con 11. Desde el inicio se pudo vislumbrar la igualdad entre ambos conjuntos y los primeros problemas azulgranas en ataque. Los de Xavi Pascual, que contaron con la vuelta de Samardo Samuels, no supieron resolver la defensa física y agresiva que planteaban los otomanos. Esta circunstancia fue en aumento y acabó provocando que los de Pascual solo anotaran nueve puntos en los últimos diez dejando un desfavorable 29-27 al descanso.

La reanudación dictó sentencia

Creyendo en el triunfo y viendo el nivel que mostraba su equipo, la grada local empezó a crear un ambiente ensordecer que empequeñeció al conjunto azulgrana. Superados por la situación y sin reaccionar, los de Xavi Pascual se dejaron en la reanudación cualquier opción de victoria. La falta de acierto exterior, solo un 20% de acierto en triples, unido al gran trabajo del Pinar tanto en defensa como en ataque generó la máxima renda y dejaba el electrónico en un claro 54-38.

Sin nada que perder y sabiendo de la necesidad de arriesgar, el Barça intentó acercarse en el marcador durante el último cuarto para llegar con opciones pero solo fue un espejismo. Los turcos sufrieron vértigo cuando se vieron 16 arriba y su intento de especular por poco le cuesta un disgusto pero hoy no era el día. Obcecados con los triples y sin una dirección de juego correcta, ni Satoransky ni Arroyo supieron marcar los tiempos, el Barça fue cavando su propia tumba hasta acabar cediendo frente al impetú local. 

A pesar de la recuperación, el conjunto azulgrana no consiguió generar nunca  una sensación positiva y acabó sucumbiendo en su primera prueba europea. Al final, fiesta local y decepción azulgrana en una temporada que no ha hecho más que empezar. 

En la próxima jornada, el FC Barcelona recibirá la visita del Zielona Gora en un encuentro donde ya si que no habrá margen de error y donde el Palau esperará ver el primer triunfo de la temporada en Europa. Los polacos se presentan en el grupo C como la 'cenicienta' pero habra que ver de lo que son capaces de mostrar en citas de importancia.