El FC Barcelona superó, y con nota, la primera prueba de fuego que le presentó la vigente temporada (84-91). La visita al Barclays Center de Madrid ante el eterno rival era un indicador perfecto para calibrar el estado de un equipo totalmente renovado que afronta un mes de enero muy complicado ante rivales de enjundia. El triunfo ante el Madrid de Laso, más allá del anecdótico efecto clasificatorio, sirve para afianzar la confianza en un equipo que, en prácticamente un mes, se jugará gran parte de la temporada.

1. Mejora en ataque. En el duelo del Barclays se daban cita el mejor ataque de la liga, como es el Real Madrid (93,1%), ante la mejor defensa del campeonato como la azulgrana (68,6%). El equipo de Pascual era consciente de que la batalla iría a más de 80 puntos y, por tanto, las opciones azulgranas pasaban por mejorar el pobre rendimiento ofensivo mostrado hasta la fecha. El 71% de acierto en tiros con el que acabó el Barça son el mejor reflejo del gran día que tuvieron los jugadores azulgranas, que lograron la nada despreciable cifra de 91 puntos, la segunda más alta como visitantes en la liga esta temporada. Las buenas transiciones, el control de las pérdidas de balón, tan solo 11, la rápida circulación del balón y los ‘picks and roll’ acabaron decantando la contienda.

Lejos de ser un equipo especialista en el triple, este año son el undécimo conjunto de la ACB con un 34,81%, el equipo basó su fuerza cerca del aro con hombres como Tomic, Samuels y Doellman. “Si te meten 50 puntos, si Tomic, Samuels y Doellman hacen 15 de 17 en tiros y si recibes 30 canastas de dos es muy difícil ganar”, declaró Laso haciendo alusión a lo comentado.

2. Continuidad en el juego. Si por algo se ha caracterizado este equipo esta temporada es por sus continuos altibajos durante el encuentro y sus habituales desconexiones. Este domingo ante el Madrid, el conjunto de Pascual firmó el partido más serio de lo que va de temporada, donde solo en los últimos cinco minutos finales el equipo perdió la compostura. Con la seriedad e intensidad necesaria para competir ante el campeón de Europa, los de Pascual llegaron a tener una ventaja de 19 puntos.

El sprint final de los blancos y una cierta relajación visitante provocó que el resultado no fuese tan abultado. El carácter necesario para competir y la solidez mental que tanto había echado en falta en duelos como Laboral Kutxa, Panathinaikos o Lokomotiv fueron claves para el triunfo.

3. Aparición de secundarios. Otra de los elementos que echaba en falta este Barça era la contribución de muchos de sus jugadores. Respaldados por el buen hacer de Tomic, Doellman y Ribas, se exigía a otros jugadores del plantel que diesen un paso al frente y lo hicieron. Hasta seis jugadores azulgranas superaron los dos dígitos en la visita a Madrid. Tomic (11), JC Navarro (12), Samuels (13), Ribas (15), Satoransky (16) y Doellman (17).

Por el contrario, siguen la dinámica de la temporada hombres como Lawal, Oleson o Perperoglou, todos ellos desaparecidos este domingo. El senegalés tan solo disputó 1:30 minutos mientras que Oleson (16:42) y Perperoglou (29:53) pasaron sin pena ni gloria por el Clásico y su falta de aportación empieza a ser preocupante.

4. La eterna defensa. Si por algo se caracteriza la huella de Xavi Pascual en este Barça es por su eterna labor en el trabajo defensivo. Cumpliendo el dicho de que los partidos se ganan desde la defensa, Pascual ha conseguido que su equipo sea un muro y su entramado defensivo es el mejor del campeonato nacional. Este hecho se vio ejemplificado durante prácticamente 35 minutos en el Barclays, cuando ahogó al ataque madridista dejándolo en menos de 70 puntos.

Con inteligencia y gestionando bien las envestidas blancas, los de Pascual consiguieron desesperar a uno de los mejores equipos a nivel ofensivo de Europa. Todo ello reforzado por un gran inicio de partido, al fin tras tantas ‘pájaras’ iniciales, con el cual el equipo de Pascual se marchó con ventaja al final del primer cuarto.

5. Navarro y Satoransky. Volvió la ‘bomba’. A ratos, sin ser decisivo pero apareció la versión más añorada de Juan Carlos Navarro en su clásico número 90. Sus 12 puntos y cinco asistencias, especial mención para el buzzer beater al final del segundo cuarto, fueron la mejor muestra de que al alero catalán no le tiembla el pulso cuando tiene que echarse al equipo a la espalda, a pesar de que su efectividad ya no es la de antaño. El equipo con él en pista consiguió un +12 en los 23 minutos de calidad que disputó.

Mención aparte merece Satoransky. El base checo, que no jugó al 100% por unas molestias, realizó un máster de cómo gestionar un partido de tal enjundia. Sus 2,01 de altura y su capacidad atlética hacen de él uno de los bases más interesantes del panorama europeo siempre que consiga alcanzar una cierta regularidad. Sus 16 puntos, con 85% en tiros de dos, y sus seis asistencias reflejan su gran actuación donde dirigió a los azulgranas con inteligencia haciendo olvidar la baja de Carlos Arroyo. Su 25 de valoración final fue más que merecido.

6. Mal partido blanco. Más allá de ensalzar las virtudes azulgranas también es lícito destacar que el Real Madrid no tuvo su mejor día. La habitual apuesta ofensiva exterior que plantea Pablo Laso tiene el riesgo de que cuando no se tiene el día el equipo lo sufre en exceso. Superados en el poste bajo, el conjunto madridista solo estuvo dentro del encuentro cuando el acierto más allá del 6,75 se lo permitió.

Los 26 puntos anotados en el último cuarto sirven para maquillar un encuentro donde el Madrid llegó al descanso con 44 puntos y a los últimos diez minutos con 58, estando gran parte del encuentro en menos de un 50% de acierto en tiro. La marcha de Marcus Slaughter junto a las de Borousis y Mejri siguen muy presentes en el imaginario del aficionado blanco que no consigue encontrar dicha aportación en las nuevas incorporaciones