Sin tiempo para saborear el gran triunfo conseguido ante el Real Madrid, el Barça debía ponerse el mono de faena para abrir el grupo de la muerte ante un clásico como Olympiacos. Sin la frescura del domingo y ante una de las mejores defensas de Europa, el conjunto de Pascual sufrió de su propia medicina y acabó sucumbiendo en el primer duelo clave del Top 16 (74-62).

El inicio de encuentro estuvo marcado por los errores de ambos conjuntos que protagonizaron un partido lento y trabado, un hecho que sin duda benefició a los griegos. Sin opciones de correr, con un atasco ofensivo considerable y cediendo segundas oportunidades, el Barça se dio de bruces con la realidad ante un Olympiacos que, sin estar acertado, aprovechaba la mínima opción para hacer su particular partido. Tras un parcial de 7-1 que frenó Ribas, el primer cuarto acabó con empate a 14.

Los siguientes ocho minutos siguieron la misma tónica. Cediendo en el rebote defensivo y con Tomic cargado con dos faltas, el conjunto azulgrana se encontró con el problema de no tener un cinco claro. Jugando muy lejos del aro, con porcentajes muy bajos y errando en el lanzamiento desde la línea de personal, solo un 30% de acierto, el Barça fue perdiendo consistencia con el paso de los minutos frente a un Olympiacos que se encomendó al siempre incombustible Vassilis Spanoulis, 11 puntos y siete asistencias. El mago de Larissa, el diferencial en el rebote de 23-9 y los buenos minutos de James y Hackett, con triple sobre la bocina incluido, impulsaron la máxima ventaja del encuentro hasta dejar el 39-26 al descanso.

SIN REACCIÓN

La charla de Pascual en el vestuario no surgió efecto. La brecha griega seguía aumentándose mientras sobre la pista se vivía un gran duelo entre Milutinov y Tomic. Por el pívot croata pasaron gran parte de las opciones azulgranas, acabó con 16 puntos, pero la gran defensa que sufrió y la poca participación ofensiva del resto de jugadores, faltos de confianza donde nadie quería jugarse el lanzamiento, acabó por romper el duelo. Las concesiones se pagan caro y el saber estar de Olympiacos, lejos de grandes números en ataque con un 52% de acierto, se fue imponiendo y un triple final de los griegos, otro más, situó el 56-40 a falta de diez minutos.

El último cuarto fue un quiero y no puedo azulgrana. El Barça claudicó fruto de una nula circulación de balón, el abuso de tiros forzados y con una vorágine de errores de la que no hubo manera de salir. Y en ese contexto fue el momento de pensar en el basket average, un elemento clave en un grupo tan igualado. El orgullo final azulgrana escenificado en Satoransky y Ribas, 12 y ocho puntos respectivamente, consiguió reducir la diferencia que acabó siendo de 12 puntos, un mal menor visto lo visto en el Pireo (74-62).

FACTOR PALAU

El Barça afrontará el próximo jueves (20:45) su primer matchball de este Top 16 con la visita del Khimki al Palau. El conjunto ruso ha derrotado en esta primera jornada al CSKA de Moscú por 91-89 en un duelo donde Alexey Shved con 28 puntos y Tyrese Rice con 22 han resultado clave para sobreponerse al buen hacer de Milos Teodosic (18) y Nando de Colo (22). Cabe recordar que el Khimki accedió como segundo del grupo ‘A’. Por su parte, Olympiacos visitará la pista del Laboral Kutxa en un duelo entre dos de los seis conjuntos que han conseguido derrotar al Barça esta temporada. 

La igualdad entre los conjunto de este grupo, denominado de la muerte, hace que cada encuentro sea una final y el factor Palau volverá a ser clave para que el Barça pueda estar en los cuartos de final. Todo ello con un calendario que cuenta con las próximas salidas a Rusia ante CSKA y, de nuevo, a la capital ante el Real Madrid.