El FC Barcelona Lassa afronta un mes de enero muy complicado con un calendario repleto de encuentros de alto nivel, ante rivales como Khimki, Laboral Kutxa, CSKA, Valencia o Real Madrid, entre otros. Todo ello lo deberá hacer con la ausencia del base puertorriqueño Carlos Arroyo, que en el entrenamiento del lunes sufrió una rotura fibrilar en el sóleo y estará de baja entre tres y cuatro semanas.

La ausencia de Arroyo no es algo nuevo para Xavi Pascual. El técnico azulgrana planteó los últimos tres encuentros, ante Real Madrid, Olympiacos y Estudiantes, sin el base de 36 años a raíz de una sobrecarga en el gemelo. El gran momento de forma de Tomas Satoransky, el mejor de los azulgranas en este último mes, y la buena respuesta de Pau Ribas y Juan Carlos Navarro cuando han asumido el rol de uno son algunos de los argumentos que tiene el técnico para afrontar con optimismo los encuentros venideros.

Sin encontrar la regularidad

Desde su llegada, el paso de Arroyo por el Barça ha estado marcado por la irregularidad. Combinando detalles de calidad y buenos minutos con desapariciones en más de un encuentro, el ex jugador de Utah Jazz, entre otros clubes de la NBA, no ha acabado de encontrar la línea a seguir. En Liga Endesa, Arroyo promedia 5.8 puntos y 2.7 asistencias disputando una media de 17 minutos por encuentro.

Por su parte, Xavi Pascual siempre se ha mostrado como un firme defensor de su juego y ha reiterado en más de una ocasión la importancia que tiene el puertorriqueño para el equipo. 

Oleson y Diagné, dudas

Para el duelo fundamental de este jueves ante el Khimki, el Barça está pendiente de la enfermería. El estado de Moussa Diagne, con un proceso vírico, y de Brad Oleson, con molestias en el dedo del pie, son las principales dudas que presenta el cuadro azulgrana.