En tu mano el balón, en el marcador menos de tres segundos y en la grada casi 7.500 almas al borde de un ataque al corazón. La pelota sale de tu muñeca y se escucha una atronadora ovación que hace sentir una sensación de éxtasis a todos los asistentes, siempre que sea tu propia afición. Una victoria sobre la bocina es una de esas cosas que todo jugador o aficionado al baloncesto sueña. No hay nada mejor que saborear la gloria tras un partido tenso e igualado. Y si es a tu máximo rival, hay que imaginarse el nivel de adrenalina al que debe de llegar el propio cuerpo. Justin Doellman ha sido el artífice de una victoria así contra el Real Madrid en su propia cancha, y por eso, los merengues llegan a Barcelona con ganas de revancha.

El portador del dorsal número cinco en el conjunto azulgrana está cuajando una gran temporada y está siendo uno de los protagonistas del equipo de Xavi Pascual. A pesar de los altibajos vividos, se ha convertido en una de las referencias ofensivas de este Barça y ha aparecido en los momentos que más se le necesitaba. Cierto es que su llegada a Barcelona no fue la más cómoda del mundo. Le costó bastante adaptarse al juego y a la ciudad, y durante sus primeras apariciones no recordó al elegante tirador que encandiló a la Fonteta.  

En cambio, en esta campaña 2015-16 ha vuelto la mejor versión de Capitán América, y ha vuelto para quedarse. Haciendo hasta el momento unas actuaciones mucho más regulares que las del año pasado, ha sido el artífice de dos canastas sobre la bocina que han dado la victoria al FC Barcelona Lassa. Ha tenido la capacidad de coger el balón cuando todos estaban nerviosos y, con su sangre fría, encestarlos para convertirse en el héroe del partido. Sus dos víctimas, el conjunto entrenado por Pablo Laso y el todopoderoso CSKA de Moscú de Teodosic y Nando de Colo