El Gipuzkoa Basket creció ante uno de los mejores rivales que se puede enfrentar en la Liga Endesa pero no pudo en casa ante el Real Madrid al caer por 76-90 en un encuentro que se determinó al comienzo del tercer cuarto. Los de casa lo intentaron de todas las maneras pero la calidad, en gran parte de las ocasiones, acaba imponiéndose como sucedió en San Sebastián para dar la segunda victoria al equipo dirigido por Pablo Laso, que se fue con victoria en su reencuentro ante el anteriorer equipo que entrenó hace varias temporadas. 

El encuentro arrancó con un gran triple de Hanley que, para comenzar, ya ponía en pie a los aficionados, aunque Sergio Llull daba la primera ventaja a los blancos con cinco puntos de forma conecutiva. Dani Díez, que se enfrentaba a su exequipo, no se cortaba y anotaba desde larga distancia para volver a ponerse por delante en el electrónico (12-9). El carácter donostiarra dominaba el encuentro en los primeros minutos y un nuevo triple de Dean daba la máxima ventaja local (20-14). Sin embargo, a partir de entonces, un 3-14 de parcial catapultó a los visitantes a conseguir una ventaja considerable al final del cuarto (23-28).

El Gipuzkoa Basket compitió a gran nivel en la primera mitad

El segundo cuarto supuso un nuevo buen arranque del equipo guipuzcoano, que con una buena defensa y la figura emergente de Julen Olaizola volvía a estar cerca en el marcador (27-29) sin dejar escapar a un Real Madrid que encontraba serias dificultades a la hora de producir ofensivamente. Al final la calidad aparece y Rudy, que había fallado un par de lanzamientos, encestó un triple para mantener a los suyos en una situación cómoda en el marcador (31-40). En los últimos compases los de casa reducían la diferencia pero un lanzamiento de Sergio Rodríguez a un segundo del final puso el 37-46 en el partido al llegar al descanso.

El Gipuzkoa Basket compitió bien en el primer tiempo y sólo un mal final del primer periodo lo alejó de tener ventaja en el encuentro. Liderados por Dean y Hanley pusieron contra las cuerdas a los madridistas, que conforme pasaban los minutos ponían de manifiesto el nivel superior del que disponían para ponerse por delante y, de la misma manera, distanciarse poco a poco. La doble Sergio (Rodríguez y Llull) superaban los diez puntos y eran los líderes de Pablo Laso.

El Real Madrid sentenció el partido al comienzo del tercer cuarto

El retorno de los vestuarios demostró que los visitantes están varios escalones por encima de los donostiarras. Los locales intentaban que la diferencia no sobresaliera, pero dos triples de Rivers y Llull dieron la puntilla al encuentro en el ecuador del periodo con una ventaja insalvable (43-61). Los donostiarras no se rendían y de tres en tres intentaban maquillar el resultado con Dani Díez y Jordan como anotadores. La defensa llegaba y con ello el ataque se volvía productivo hasta llegar a ponerse a diez puntos (56-66), pero un triplazo de Sergio Rodríguez cerraba el tercer periodo con más de diez puntos de ventaja para los madridistas.

Nada más arrancar el tercer cuarto, la diferencia volvió a reducirse pero una vez más Sergio Rodríguez disipó las dudas del partido con un triple sólo que encestó y subió los doce puntos de diferencia (62-74). Los blancos volvieron a estar fuertes en defensa para cerrar el encuentro con varias canastas seguidas que elevaban la diferencia para ellos (64-81). Los últimos minutos no supusieron una gran diferencia en el electrónico, que acabó con un marcador favorable a los madrileños por 76-90 para conseguir la decimocuarta victoria ante los guipuzcoanos en sus enfrentamientos.

El Real Madrid consiguió la segunda victoria de la temporada en un partido en el que sufrió pero demostró ser superior a su rival cuando quiso para ganarlo. Sergio Llull, que volvió a destacar en San Sebastián, y Sergio Rodríguez anotaron desde fuera para ser secundados por un buen partido de Carroll. En el Gipuzkoa Basket destacaron Hanley, Dean y Díez, pero poco pudieron hacer ante un equipo que aspira a ganarlo todo esta campaña para sufrir su segunda derrota consecutiva en este arranque. Los de Jaume Ponsarnau, a pesar de caer, crecieron, como quería el técnico, para llegar pronto a su mejor nivel.