El Gipuzkoa Basket es lo que requiere el deporte para triunfar y lograr victorias: un equipo. El conjunto donostiarra, después de caer la semana pasada en casa ante el UCAM Murcia en los últimos instantes, volvió a demostrar su gran estado de forma para conseguir un nuevo triunfo, el sexto de la temporada, ante un rival directo como el Baloncesto Sevilla en tierras andaluzas. El partido, dominado de principio a fin, tiene un valor doble a sólo una jornada de acabar la primera vuelta y conseguir la sexta victoria de la temporada, dos por arriba del descenso.

Jaume Ponsarnau ha conseguido que la plantilla guipuzcoana sea un conjunto competitivo en todas las facetas del juego, siendo duro en defensa y dejando al rival en baja anotación, el equipo sevillano apenas llegó a los 61 puntos, para jugar con criterio y lograr los puntos necesarios para ganar. Todos los jugadores aportaron en un nuevo triunfo, donde hasta seis integrantes superaron los diez puntos de valoración para un total de 98 por 59 del rival. Un dato que demuestra que, cuando se juega en equipo, las victorias están mucho más cerca en llegar.

A pesar de insistencia local en recortar diferencias, el GBC se mostró sólido y no concedió rebajar la ventaja psicológica de los diez puntos en ningún momento. La anotación de Dean, más de diez puntos anotados desde que se quedó en 9 ante el Laboral Kutxa, la fortaleza en el rebote de Dani Díez, un nuevo doble-doble con 13 rebotes y la generosidad de Jordan y Doblas con 7 y 5 asistencias guió la segunda victoria fuera de casa. Un equipo con todas las letras que sigue, a pesar de las bajas como Jordi Grimau o Mikel Motos, al pie del cañón para mejorar cada jornada y seguir creciendo.

Ser un equipo, la mejor virtud del Gipuzkoa Basket En un partido muy importante para el devenir de la temporada, el Gipuzkoa Basket volvió a salir victorioso, como hace pocas jornadas en Fuenlabrada, con una amplia ventaja que dispara las buenas vibraciones que traen los donostiarras desde hace semanas. El equipo de Jaume Ponsarnau tiene la oportunidad de cerrar una gran primera vuelta la próxima semana ante el CAI Zaragoza después de un mal comienzo en la Liga Endesa. Ahora, llegando a estar cerca del máximo nivel, es un equipo difícil de tumbar, difícil de superar y difícil al que enfrentar por tener el arma más importante, el arma de ser un equipo.