Otra derrota más. Decimosegunda esta temporada. Una vez más sin competir. El RETAbet Gipuzkoa Basket, que parecía haber dejado atrás los primeros meses de temporada y había dado un paso adelante para ganar ante el Iberostar Tenerife (72-74) y competir ante el Laboral Kutxa (83-91) volvió a las andadadas en el Pabellón Príncipe Felipe. Enfrente, un CAI Zaragoza que llegaba en un momento delicado, al igual que los guipuzcoanos, y ante la oportunidad de ponerse a un triunfo de la permanencia si se conseguía la victoria, pero no fue así. Los visitantes ni comparecieron en tierras aragonesas para acabar cayendo por un claro 80-59 en un festín del conjunto caísta. 

Los donostiarras volvieron a mostrar su peor cara en un choque en el que los locales arrollaron desde los primeros instantes. Al contrario que en las dos anteriores jornadas, donde, a pesar de ir por detrás lucharon hasta el final, los de Porfi Fisac sólo dieron señales al final del primer cuarto. En ese momento recuperaron algo del terreno perdido y llegaron a ponerse a seis puntos (23-17), aunque sólo fue un espejismo. Nada que hacer ante un equipo muy superior y menos si no se tiene la valentía, como dijo el propio técnico, para llegar a engancharse al duelo una vez más.

Partido sin historia para el RETAbet Gipuzkoa Basket, que volvió a mostrarse como en las diez primeras jornadas de temporada. Un equipo con un juego muy triste y sin capacidad para competir, volviendo a caer por más de veinte puntos (21 en este caso) aunque podía haber sido peor. La sensación de superioridad del CAI Zaragoza fue tal que, con más de treinta puntos de diferencia, los locales se dejaron ir y los visitantes pudieron maquillar algo el resultado, pero las sensaciones volvieron a ser nefastas, de las que se producían hace poco más de tres jornadas.

Además, la victoria del Movistar Estudiantes hace que el penúltimo puesto se encuentre a dos triunfos (la permanencia a tres) y cada vez queda menos tiempo para reaccionar. Una vez más, Jordi Grimau fue el máximo anotador (15 puntos) y evidenció que no existe un líder claro en el cuadro guipuzcoano. En busca de la identidad, las incorporaciones siguen adaptándose poco a poco a la espera de que puedan estar, en un tono mucho más favorable, el domingo (18:00 horas) ante el ICL Manresa. Una nueva final para los donostiarras ante una de las revelaciones del campeonato con seis triunfos. Las victorias tienen que llegar al Donostia Arena 2016, pero para ello hay que seguir dando pasos hacia delante. En esta ocasión, fue más que un paso atrás. Toca reaccionar.