Fracaso. No se puede calificar de otra manera la temporada de RETAbet Gipuzkoa Basket. Fracaso absoluto del cuadro guipuzcoano, que a falta de tres jornadas ya ha descendido a LEB Oro y, si nada cambia, lo hará como colista de la Liga Endesa, lugar que ocupa desde la primera jornada de la campaña tras la derrota en el estreno fuera de casa ante el Herbalife Gran Canaria. Los de Porfi Fisac consumaron su descenso en Badalona, donde cayeron ante el FIATC Joventut por la mínima (90-88). El triunfo conseguido el sábado por parte del Obradoiro y la derrota de los guipuzcoanos dejó a los visitantes con el descenso de categoría, algo que se veía desde hace varias semanas.

Se trata del tercer descenso en cuatro años del conjunto donostiarra. Un descenso anunciado desde hace mucho tiempo. La confección de plantilla en verano, con jugadores que ni llegaron a debutar (Ivan Johnson) o que después se negaban a jugar (Travis Wear), hacían ver que sería un año muy complicado en San Sebastián. Y así fue. Tanto que el club decidió, por primera vez en la historia, destituir al técnico Jaume Ponsarnau para la llegada de Porfi Fisac. Junto al segoviano llegaron Danny Agbelese y Marcus Landry, que dieron un punto más al equipo, aunque fue insuficiente. En los dos primeros meses se ganaron tres partidos, pero desde entonces el equipo volvió a la deriva.

El RETAbet Gipuzkoa Basket ha ganado sólo dos de los últimos 16 partidos. En total, cinco victorias en 31 partidos (hasta ahora). Números de descenso absoluto que se han merecido los guipuzcoanos desde las primeras jornadas. Todavía restan tres choques para que concluya la temporada, pero desde la cúpula del club ya pueden comenzar a trabajar en un verano que se prevé largo y en el que habrá que hacer una gran reflexión. Con el Ourense con plaza garantizada, en principio, en ACB, puede ser que, después de varios veranos salvándose contra las cuerdas, llegue el turno de descenso, también en los despachos, por parte del GBC, que se está hundiendo día tras día.

La directiva del club donostiarra debe tener en cuenta todos los ámbitos: el deportivo, el económico y el social. En el primero, el descenso y el fracaso, un año más, está sentenciado. En lo económico, los numerosos fichajes han vuelto a abrir lagunas a pesar de encontrar patrocinador tras varias temporadas. Por último, lo social es lo más preocupante. Cada vez son menos los espectadores que se trasladan al Donostia Arena 2016. La indiferencia, con un equipo que no ha transmitido prácticamente nada en toda la temporada, es total por parte de los aficionados, que han ido perdiendo la fe año tras año. Es hora de reflexionar en el Gipuzkoa Basket y ver qué es lo más adecuado para el futuro, donde la decisión que tomen en verano tendrá una trascendencia vital para el devenir del club.