El RETAbet Gipuzkoa Basket ha reventado la lucha por la permanencia. Los guipuzcoanos lograron derrotar contra todo pronóstico y lejos de casa al ICL Manresa (78-80) en un choque en el que, al contrario que en muchas ocasiones, nunca se dieron por vencidos. Ni con desventajas que superaban los diez puntos ni cuando peor iban las cosas. A pesar de haber descendido y de no tener nada en juego, los visitantes apelaron al orgullo del del propio club y lograron vencer el choque con un invitado sorpresa: Mikel Motos. El palmeo del donostiarra a falta de dos segundos del final decidió el duelo en el Nou Congost la tarde del domingo.

Los donostiarras volvieron a ser un equipo que compite de tú a tú ante rivales de la misma Liga. Los manresanos, que hicieron una gran segunda vuelta, han naufragado en los dos encuentros de esta campaña ante los de Porfi Fisac, lo que demuestra que la plantilla hubiera sido capaz de competir hasta los últimos instantes por la salvación en caso de haberse hecho las cosas bien en verano. Sin embargo, no fue así, aunque el encuentro en tierras catalanas demostró que el GBC quiere terminar la temporada de la mejor manera posible y no dejar pasar los últimos partidos que restan.

Después de ir a remolque durante mucha parte del partido, el RETAbet Gipuzkoa Basket logró llegar vivo a los instantes finales. Y ahí apareció Mikel Motos, que anotó la canasta decisiva en un rebote ofensivo tras un fallo de Pedro Llompart. En ese palmeo iba todo el orgullo del equipo guipuzcoano, que aprovechó los nervios y las dudas de los locales para lograr el sexto triunfo de la campaña. Insuficiente a todas luces, aunque una nota positiva a final de temporada que esperan rematar con un triunfo ante el Movistar Estudiantes el domingo (12:30 horas). Los donostiarras serán jueces de la permanencia, aunque lo único que desean es finalizar la campaña con la séptima victoria en el Donostia Arena 2016.