Jaume Ponsarnau fue el pasado 1 de diciembre el primer entrenador destituido en los 14 años de historia en el club guipuzcoano. El catalán, que cumplía su segundo año en San Sebastián a pesar de no haber logrado el objetivo de la permanencia un año antes, acabó una etapa que duró una campaña completa y ocho jornadas del segundo año. Un ciclo que comenzó con ilusión de ser competitivos y finalizó con un descenso sobre la pista y un arranque penoso sin conocer la victoria.

Los resultados en las ocho primeras jornadas sentenciaro al extécnico de RETAbet Gipuzkoa Basket, que reconoció n más de una ocasión que todavía no habían llegado al nivel competitivo que requería la Liga Endesa. Las abultadas derrotas en las primeras jornadas y el no poder hacer frente a rivales directos en casa en las últimas semanas lastraron a los donostiarras al último puesto de la claficicación sin saborear el triunfo en los primeros meses del campeonato.

Apenas una semana antes de ser destituido rebajaron los diez puntos de diferencia en un encuentro ante Baloncesto Sevilla (68-76). Ponsarnau fue uno de los principales responsables en la confección del equipo, que desde el verano se veía que había sido bastante floja. Sin embargo, no era el único responsable, aunque sí que fue el único destituido por parte del club. El de Tárrega se marchó con un balance de 10 victorias y 32 derrotas en el cuadro guipuzcoano, muchas de ellas tras haber vencido en un sólo choque ante Iberostar Tenerife en 18 partidos desde finales de la temporada 2014/2015 y el comienzo de la campaña presente.

El técnico contaba con una plantilla a la que le faltaban puntos, rebotes y muchas más características, algo que se arregló con la llegada de fichajes en las siguientes semanas, aunque se demostró que no era suficiente. El nuevo descenso también tiene parte de su culpa, aunque todo lo malo que sucedió en los primeros meses para llevar a cabo la destitución no tuvo un único punto en el que se centrara solamente al entrenador, pero fue así.