El veterano jugador egarense está cuajando una temporada excelente y este premio es la guinda del pastel, la matrícula de honor a su brillante curso. A sus 34 años, y tras haber pasado por Manresa, Madrid (Estudiantes) y Valencia, es ahora el tiempo en que está disfrutando más jugando al baloncesto y, consecuentemente, está rayando a un nivel elevadísimo.
En este mes de abril de ensueño, en el que ha sido galardonado con esta condecoración individual –su primer premio de este calibre-, ha logrado una media de 25,75 puntos de valoración de media. Además, en dos encuentros sobrepasó los treinta puntos de valoración. La segunda –o eterna- juventud del jugador del FIATC Joventut es un hecho.
Y es que el base de la Penya se ha convertido en la extensión de Salva Maldonado en la pista y ha respondido con exhibiciones para el recuerdo a la total confianza que le transmite su entrenador. Ha cogido los galones y las riendas del equipo y ha vuelto a enamorar a una afición, huérfana de ídolos, que vuelve a soñar con los playoffs. El carácter ganador, la inacabable fuente de recursos que ostenta y la innegable técnica y espíritu de superación del catalán han sido las causas de este merecido premio.