El Obradoiro arrancó la segunda vuelta de una forma inmejorable. Logró la séptima victoria de la temporada, tercera de forma consecutiva, ante un rival muy correoso y ordenado, que en ningún momento dio su brazo a torcer. Amparado en la figura de Mike Muscala, el Río Natura Monbus llega al parón copero en el mejor momento de la temporada, y firma su mejor racha histórica de triunfos, igualando los tres con los que arrancó el curso pasado.

Ha madurado el Obradoiro. El equipo ya domina sus nervios en situaciones complejas, y sabe gobernar los partidos con mano de hierro. Le resulta indiferente ganar de 40 a un rival directo, como medirse en duelos ajustados ante equipos nobles de la clasificación. Crece el Obradoiro, y sonríe el público, que ve como, por fin, el trabajo da sus frutos. Es capaz de correr, y de jugar pausado. De intercambiar golpes y llevar el partido a altas puntuaciones, así como de cerrar el grifo y minimizar las virtudes de su rival. No se amilana, ni se deja intimidar por la situación, por muchas adversidades que traten de azotar el navegar tranquilo del navío gallego por la clasificación. Nadie es capaz de hundir al Obradoiro, de hacerle dudar siquiera.

Éxtasis de Muscala, desenfreno anotador

Lo intentó hacer de inicio el Iberostar Tenerife. Guiados por su faro, intercambió canastas con el Río Natura en los primeros compases. Blagota Sekulic volvió a cuajar una sobresaliente actuación, y con 22 puntos y 28 de valoración, avanza firme hacia el galardón de máximo anotador, y MVP de la Liga al final de temporada. No esperaba una respuesta tan descomunal como la que ofreció Mike Muscala. El jugador americano, sin fallo en la primera parte (8 de 8 en tiros de dos) estuvo sublime, con 14 puntos en el primer cuarto, que finalizó con un marcador muy apretado (23-20).

Aceleró más el Obradoiro en ataque. Incrementó el voltaje y fundió al equipo de La Laguna. Los hombres de banquillo de Moncho Fernández pasaron por encima de los aurinegros, que tuvieron que encomendarse a Nico Richotti y Saúl Blanco (12 puntos en la primera mitad) para achicar agua. Entraron en escena nuevos gladiadores que aumentaron las distancias en el marcador. Oriol Junyent, con una nueva lección de temple, bailó en la pintura, siempre superior a sus parejas. También Micky Stobart, firmó una actuación heroica. El pívot balear, lesionado durante la semana, con un esguince en el tobillo, acudió al rescate de los suyos, cuando sus compañeros se vieron ahogados por las faltas. Micky batalló durante los nueve minutos que disputó, y con una acción magistral, encontró el premio de la canasta. El público le despidió con una cerrada ovación, premiando así el derroche del "11" del Obradoiro.

La dureza arbitral crispó los ánimos de una afición que decidió tirar de ironía. Corría el minuto siete del segundo cuarto, cuando los jugadores obradoiristas habían sido castigados con 9 faltas en este parcial, por una única de los aurinegros. Celebró como una victoria la caliente hinchada local cuando señalaron falta personal del argentino Richotti. Mientras, apareció Ben Dewar, con dos triples que llevaron hasta los nueve puntos, la diferencia con la que ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios.

El Obradoiro templa el partido

Ya en el segundo tiempo, optó Moncho Fernández por variar el registro. El Obradoiro cambió de compás, bailó a un ritmo más lento, aguantando el balón, estirando las posesiones, sin reducir la fiabilidad. Con tiros tan selectivos como precisos, amenazó el Río Natura con escaparse en el marcador. También en la retaguardia, dio un paso adelante el equipo gallego, y ahogó las vías de anotación tinerfeñas. Destacó la actuación del Gran Capitán, que con 10 puntos, y 7 rebotes, firmó un 15 de valoración. Desde la línea de tiros libres encontraron los de Alejandro Martínez el flotador al que aferrarse. Al final del tercer cuarto, la ventaja había crecido hasta los 13 puntos (67-54).

Veía muy cerca la victoria la parroquia santiaguesa, sólo inquietada por los problemas de personales de sus hombres interiores. Oriol Junyent, Muscala y Delas tuvieron que lidiar durante los últimos 10 minutos, con cuatro faltas. Al catalán y al croata, pronto les señalaron la quinta. Se sostuvo el Obradoiro en la exhuberancia de Muscala (25 puntos, 32 de valoración), y en la casta de Pavel Pumprla. El checo, que acumuló minutos jugando de falso cuatro, estuvo pletórico en la lucha por el rebote, con cuatro capturas ofensivas, que terminaron de ahogar la esperanza visitante. Pleno de acierto en el tiro exterior, Pavel firmó, por segunda semana consecutiva, destacables guarismos, con 16 puntos, y 19 de valoración.

Entró en ebullición el argentino Juanpi Gutiérrez, perdido durante toda la mañana, acertado en los momentos calientes, con 8 puntos en el último cuarto. También Richotti apeló a la épica, pero sus 14 puntos resultaron infructuosos en la procura de un triunfo que nunca llegó. Cae pues, por cuarta jornada consecutiva, el equipo tinerfeño, incapaz de vencer desde el 4 de enero.

La victoria se quedó en Sar, poque ha madurado el Obradoiro. El trabajo bien hecho siempre da sus frutos, y en Santiago es tiempo de recolección. El Río Natura Monbus ha capeado el temporal, y se atreve a mirar hacia arriba, siempre aplicando el principio de prudencia. Tres victorias le separan ya del Estudiantes, y el engranaje afronta el parón perfectamente lubricado. El Obradoiro es, ante todo, un equipo, una piña, de jugadores que no se esconden cuando se les requiere. Una nueva actuación coral perfecta, para el séptimo triunfo de la victoria. Toca saborear bien las mieles del triunfo en la capital gallega, antes de la visita al Nou Congost de Manresa, después de la disputa de la Copa del Rey.

En ella estará, precisamente, el Iberostar Tenerife, que tratará de cicatrizar sus heridas, en un duelo de vértigo. El FC Barcelona les espera en los cuartos de final del torneo del KO. Una prueba exigente, un desafío ilusionante, y la gloria como recompensa si se logra el hito. Los laguneros afrontarán el partido con mucho que ganar, en busca de hacer saltar la banca. Pero ante todo, será una semana para disfrutar del merecido premio tras una primera vuelta impecable. Después, y ya con ánimos renovados, tocará volver a centrarse en la competición doméstica, en casa, ante el CAI Zaragoza.