Sin apenas descanso, los blancos afrontaban el tercer partido de la semana, a menos de 48 horas del segundo duelo frente al Maccabi. Vuelta a una competición doméstica que se encuentra en su recta final y peligrosa visita de un Monbus que está cerrando una gran temporada. Desde el primer instante del duelo Rudy salió totalmente enchufado y concatenando varias canastas de calidad. Gracias a su empuje los merengues pusieron un parcial inicial de 9-2 en el electrónico y Moncho Fernández tuvo que pedir el primer tiempo muerto. La sangría fue frenada por los triples de Benjamin Dewar, pero el Madrid dominaba el ritmo del partido.

El marcador se frenó en los últimos minutos con errores y pérdidas en ambos bandos, momento en que entraba pista el killer Corbacho. El escolta patrio es el rey de los triples en ACB (enchufa 3.5 por partido). Rudy y Darden reajustaron marcas para defenderlo de cerca, lo que provocó cambios en la zona 3-2. El propio Rudy seguía con su idilio anotador y sumaba desde la línea de libres aprovechando el bonus de los compostelanos. Final del primer cuarto con 19-10 en el Palacio. Mayor acierto y brillo de los blancos en las jugadas individuales.

El Blusens vuelve a la lucha

El segundo cuarto comenzaba con un gorro estratosférico de Tremmel Darden. El alero todavía se está adaptando al grupo y se vuelca en facetas defensivas, pero su progresión puede ser clave cara a los play-off. Dentro del carrusel de cambios pisaba la cancha Espartaco Reyes, el capitán a punto de convertirse en el 2º máximo reboteador ACB de toda la historia, sólo superado por el inmeso Granger Hall. De manera saneada el Madrid superaba la barrera psicológica de los diez puntos, y mantenía un ritmo equilibrado en el balance ataque-defensa.

Los gallegos tuvieron una ligera recuperación con parcial de 0-5, pero la vuelta a pista de Mirotic abría de nuevo el grifo anotador de los merengues. Muchas miradas puestas en el gigante tunecino Mejri (supuesto próximo fichaje del Madrid), que aún permanecía apagado. Muchos fallos en las transiciones y apagón general en la velocidad del duelo, mientras Slaughter se cargaba ya con la tercera personal. La excesiva relajación local hizo que los gallegos se pusieran a cuatro puntos. Laso les miró con ira y gritó: "no hay ninguna sensación de rebote". Mal segundo cuarto de un empanado Madrid y a vestuarios con 29-25. Partido abierto.

Horrendo cuarto

Tras la reanudación caras nuevas en el Madrid. El Chacho y Begic hacían acto de aparición, siendo en este caso la tercera unidad después de disputar muchos minutos contra el Maccabi. Los compostelanos seguían pegados en el marcador, y Mejri comenzaba a calentarse dando todo un recital de pinchos de merluza, anchoas y patata (4 tapones), demostrando que es un gran intimidador. Tiempo muerto y ambos entrenadores buscando como aguantar o romper el duelo. Muy bajos porcentajes de tiro en ambos conjuntos (apenas llegaban al 36%) y arreones puntuales en el marcador basados en jugadas individuales.

Ritmo muy parado, en un partido al que le estaba faltando chispa. Los aros se habían convertido en agujeros de golf y nadie era capaz de embocar con sentido. Dentro del despropósito el Monbus seguía acercándose cual hormiguita, aprovechando la desidia merengue. Final del tercer cuarto con un bajísimo resultado de 41-38, más propio de un partido de balonmano. Tétrico cuarto del Madrid y no mucho mejor del rival, pero partido aún vivo en el Palacio. Jugadores como Rudy no jugaron ni un minuto, reservando energías.

Final de infarto

El triple de Hummel empataba el partido. Laso está reservando armas de cara al partido del martes en La Mano de Elías, pero ante el negro panorama volvió a meter en pista a Rudy. El escolta balear respondía con puntos, pero Corbacho acertaba desde la larga distancia. El partido volvía a cobrar vida y los tiradores de ambos conjuntos despertaban de la comatosa siesta del anterior parcial. Algo más acertados, ambos conjuntos bailaron en un chotis de anotación . La nueva canasta de Hummel hizo que los compostelanos se pusieron por vez primera por delante en el marcador 53-54. Apenas cuatro minutos para el final, y el mal partido de los blancos estaba dando opciones reales a los visitantes.

En los momentos de la verdad Rudy decidió percutir la canasta buscando meter y forzar faltas, imbuído por su pasado NBA. Pero Dewar seguía haciendo daño desde el perímetro. En respuesta salió metralleta Carroll, que falló el primero, pero tras rebote ofensivo le volvió en la misma posición demostrando que no perdona. Todo en un pañuelo y minuto final del reactivado duelo. Rudy seguía forzando personales, pero luchaba contra el enorme porcentaje de libres del Monbus (12/12), que equilibraba la balanza en el carrusel final desde la línea. Nueve segundos y el Blusens un punto arriba. Rudy entró cual poseso, pero no pitaron falta sino pasos. El triplazo final de Rudy estaba fuera de tiempo y los gallegos ganaban 61-64. Agónico final, derrota del Madrid pero aún siguen líderes en solitario.

Protagonistas

Dentro del errático panorama general destacar sobremanera a Robert Hummel (19 puntos, 7 rebotes, 5 faltas recibidas para 25 de valoración). El de Valparaíso estuvo muy afilado dentro de la desidia generalizada y apareció para enchufar el ataque y rebotear en defensa. Una actuación de calidad que se potenció en su enorme último cuarto. Buen partido de su compatriota Ben Dewar (14 puntos) y Levon Kendall (7 puntos, 10 rebotes), que cada uno en sus facetas estuvieron serios y se lucraron adecuadamente de la huelga madridista durante varios minutos.

Por los blancos tres hombres mantuvieron el ritmo del partido, dentro del cansancio y apatía general. Nikola Mirotic (12 puntos, 6 rebotes, 5 robos para 20 de valoración) tiró del equipo en momentos puntuales, pero no encontró el modo killer para cerrar el duelo. El que estuvo a punto de enchufar una canasta memorable fue Rudy Fernández (14 puntos, 2 asistencias, 2 robos), que se pasó todo el tercer cuarto descansando y en el último intentó reaccionar. Para cerrar, Jaycee Carroll (13 puntos, 3/5 en triples) que siempre apunta desde lejos.

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Sobre el autor
Carlos de la Rosa Llano
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Derecho por la UNED. Redactor jefe del Real Madrid de baloncesto en VAVEL, corrector y editor de la revista literaria El Mar de Tinta, experiencia previa en grandes empresas como Cadena SER y RNE. Doctorando especializado en Redacción periodística, Abogado, Master en Derecho Privado, miembro del ICAM y la Asociación de la Prensa de Madrid desde hace 10 años.