Ambiente infernal en el Zalgirio Arena de Kaunas para comenzar la Euroliga 2013/14. Partido tenso y con ambiente cargado que comenzó con un buen intercambio de canastas y mucho respeto por ambos conjuntos. Posesiones largas y en su mayoría estáticas, que se enfrentaban a zonas 3-2. Estrategia clavada y paralela de los dos técnicos que depararon unos minutos iniciales muy igualados y plagados de alternancias en el marcador.

Rudy era el punto de mira de todas las iras locales, pero comenzó el partido muy concentrado, absorbiendo defensas de dos a uno y doblando al hombre libre sin cebarse en guerras personales. Cuarto de baja anotación y muchas faltas que frenaron el ritmo del partido. El incombustible Jasikevicius salió desde banquillo lituano para hacer daño, como siempre en las grandes citas. Por el Madrid el balear Llull tomaba los mandos y el parcial culminaba con 13-16.

Aciertos blancos y errores bálticos

Como siempre el Chacho le dio un salto de calidad al partido según se incorporaba a pista. Su hiperactividad con el manejo del balón y clarividencia desde la larga distancia propició que los merengues se pusieran ocho puntos arriba, forzando el inmediato tiempo muerto de Ilias Zouros. Desde la segunda unidad Carroll y Darden se estaban entendiendo a la perfección y rompiendo la defensa báltica con solvencia. El Zalgiris estaba cometiendo una cantidad infame de pérdidas de balón (18 en apenas 14 minutos), y los blancos se lucraban.

El playmaker canario estaba dando todo un clinic de cómo leer el juego de contraataque y el Madrid rompía la barrera psicológica de los diez puntos. Los merengues se estaban haciendo fuertes en el uno contra uno, y con los efervescentes aficionados lituanos bastante más acallados, comenzaron a dominar claramente el encuentro. Los de Laso practicaban un sistema espartano: agotando posesión en ataque y defendiendo cual perros en defensa. Gracias a ello llegaron al descanso con una jugosa ventaja de 24-35.

Dominando el partido

Tras la reanudación el Zalgiris se puso las pilas con un parcial de 6-0, pero los blancos supieron aguantar la coyuntura y mantuvieron las diferencias gracias a buenas selecciones de tiro que forzaron inteligentes faltas. Rudy mantenía una actuación muy inteligente, quedándose en segundo plano para que los aficionados bálticos no se vinieran arriba en su contra, pero apareciendo puntualmente e inoculando veneno desde la media distancia. Un triple desde la esquina de Bourousis ponía a los de Laso 20 puntos arriba (34-54). Ello dejaba una doble lectura: el Madrid concentrado es imparable y el gigante heleno una incorporación absolutamente magnífica.

Los blancos supieron gestionar con inteligencia el tercer parcial y mantener las abultadas diferencias. Siempre agotando las posesiones a no ser que vieran la oportunidad de atacar con ventaja, jugando a las cuatro esquinas y el pase extra con paciencia. Todo ello minimizó la cantidad de errores y propició que el Zalgiris se fuera diluyendo cual azucarillo, al mismo tiempo que sus aficionados perdían intensidad. Con 44-64 terminaba el cuarto, y el partido estaba visto para sentencia salvo debacle final.

Rudy silenció los pitos

Pese a las evidentes diferencias en el electrónico, los lituanos volvieron a conectar un buen parcial al comienzo del último cuarto. Las distancias eran aún más que holgadas, pero eso no impidió que Laso pidiera un inmediato tiempo muerto y se desgallitara recriminando a los suyos la indolencia en las marcas. Al mínimo indicio de relajación el vitoriano entra en cólera y mueve al banquillo. En este caso entró Mirotic que llevaba minutos descansando, y el portento hispano-montenegrino volvió a poner las cosas en su sitio. Buena aportación también de Tremmel Darden, un hombre que pasa desapercibido pero aporta cuando es necesario.

El Madrid no permitió reacción alguna y el partido fue más plácido de lo esperado. Gran trabajo de los merengues que demostraron la calidad y amplitud de su plantilla, reforzada por veteranos de mil batallas como Bourousis, que da mucha seguridad en el balance ataque-defensa. Importante triunfo (63-83) que permite a los de Laso comenzar la Euroliga con una trabajada victoria. Los blancos repartieron muy bien el juego (20 asistencias), mientras que los lituanos sufrieron serias electrocuciones en el pase (27 pérdidas de balón).

El mejor del partido fue Rudy Fernández (11 puntos, 6 rebotes, 9 asistencias, 3 robos para 21 de valoración). Un auténtico hombre orquesta que desconcertó a sus rivales a base de calidad y esta vez decidió abrir el juego en vez de absorberlo. Inmenso Nikola Mirotic (18 puntos, 5 rebotes, 2 robos para 27 de valoración) todo un experto en amargarle la fiesta a los lituanos, y Sergio Llull (17 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias). También importante el factor Bourousis, que más allá de los números da una consistencia maravillosa al equipo.