Nuevo duelo de un Madrid líder frente a un equipo manresano con mucha tradición en la liga. Los blancos se están mostrando imparables, y los precedentes entre los dos conjuntos no podían ser más favorables para los locales (llevan 24 victorias consecutivas frente a los catalanes). A ello se sumaba que los de Borja Comenge llegaban con importantes bajas como la de Monroe y la más reciente del escolta Salva Arco. Con esas premisas comenzó un duelo dominado por el Madrid desde los compases iniciales. Mirotic desde el perímetro y Mejri (hoy titular) en la pintura, estaban destrozando a sus respectivas marcas.

Los blancos estaban robando muchos balones (Llull ya sumaba 3), lo que implementaba el ritmo del partido. Sin embargo, cuando parecía que las distancias podrían ser ya definitivas apareció el cañonero Dominique Waters para darle un respiro a La Bruixa. Frenético intercambio de canastas donde los ataques estaban dominando claramente sobre unas apagadas defensas. Los manresanos vivían en el borde de la navaja, metiendo canastas sobre la bocina (como el triplazo de Creus) que no les eliminaba definitivamente del duelo, pero siendo netamente inferiores. Final de un entretenido primer cuarto con 25-16.

Robando en defensa, matando en ataque

La maquinaria pesada blanca comenzó a carburar a mayor velocidad con la entrada de las primeras rotaciones. Chacho, Carroll y Slaughter salieron como motos, recrudeciendo sobremanera la intensidad defensiva, demostrando su calidad robando balonces y lanzando venenosas contras. En un abrir y cerrar de ojos la ventaja llegaba a +20 para los locales. Absolutamente superados por la potencia de fuego rival, a los manresanos les comenzó a quemar el balón en las manos, seleccionando mal los tiros y teniendo manos de mantequilla en los pases.

Sergio Rodríguez entró en erupción desde la larga distancia y a base de quiebros y muñeca caliente les hizo un roto a todos los defensores del equipo catalán. A ello se sumaba la supersónica conexión Llull-Carroll, que se estaban encontrando con frecuencia para correr la pista a la velocidad del sonido y rematar numerosas jugadas. La orgía blanca para cerrar la primera mitad culminó con un triple de Felipe Reyes a falta de 0.6 décimas de segundo. Espartaco hizo magia y enchufó de manera acrobática sobre la bocina. Conclusión: 54-28 (+26) y un tremendo repaso en todas las facetas del juego.

Show-time para cerrar el festín

Con todo prácticamente sentenciado, Laso puso en pista a la tercera unidad comandada por Draper. La excelente plantilla blanca y el gusto del entrenador vitoriano por jugar con rotaciones como su fuera un puzzle, permitió que Ioannis Bourousis (habitual titular) disputara sus primeros minutos. Llull seguía en estado de gracia en los mandos de la nave, y seguía rompiendo las defensas a base de velocidad y precisión. Carrusel de canastas blancas, con los manresanos totalmente entregados y las diferencias que superaban las barrera de los 30 puntos. Jugadas de fantasía como el no looking pass de Rudy para un Mirotic que se estaba dando un auténtico festín de puntos. La paliza llegaba al 88-47 y todavía quedaban diez minutos. Espectacular apisonadora blanca.

El último parcial le volvió a sobrar a los merengues, que se están acostumbrando a destrozar a todos sus rivales con tal contundencia que los partidos se hacen largos. Además, no se llegaba a la relajación, puesto que Laso seguía rotando y exigiendo competitividad a todos los hombres que salían a pista. Los guarismos eran ya alienígenas con una ventaja que llegó a rondar los 50 puntos. Final de la tremenda exhibición blanca con un insultante marcador de 111-63. El Madrid más líder de la Liga Endesa con unas actuaciones cada vez más rotundas, que están amenazando todos los récords de la ACB.

MVP Mirotic y resto de protagonistas

Esta vez no hay la menor duda de que Nikola Mirotic (28 puntos, 10 rebotes, 2 robos para 38 de valoración) fue el Alfa&Omega del duelo. Un partido absolutamente excelso del genio hispano-Montenegrino que estuvo incisivo en la anotación y disfrutó de grandes porcentajes de tiro (11/14 en tiros de campo, 3/3 en libres), al mismo tiempo que colaboró intensamente en el rebote y la intimidación en la zona. El ala-pívot está incontestable tanto en España como en Europa.

Sergio Llull (14 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 3 robos) fue el auténtico motor del equipo gracias a transiciones frenéticas, canastas circenses y un correcto manejo del tempo del encuentro. Magnifico trabajo del Aeroplano de Mahón. Sergio Rodríguez (15 puntos, 9 asistencias, 3 robos) tampoco se quedó corto y se apuntó al festival del buen juego con su clarividente acierto desde la larga distancia. Rudy Fernández (9 puntos, 3 rebotes, 7 asistencias, 2 robos) volvió a demostrar su genial polivalencia y dio asistencias brillantes, demostrando que su rol en el equipo varía en relación a sus necesidades. Para rematar Carroll (14 puntos) entrando puntualmente en juego para inocular veneno.

Por la apalizada Bruixa d'Or destacar al base estadounidense Dominique Waters (17 puntos) que fue de los pocos en llegar a una anotación digna. Eriksson (11 puntos) y Kouguere (9 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias, 4 robos) también destacaron. Este último demostró que a su temprana edad sabe hacer de todo, y es un diamante en bruto.