El Madrid, ya clasificado para el Top 16, visitaba la cancha de los italianos en busca de ratificar matemáticamente el primer puesto del Grupo B. Los de Laso contaban con la baja de Ioannis Bourousis (precisamente, ex del Armani) tras fracturarse el pómulo esta misma semana. En frente, un Milán que todavía se está jugando las castañas, y que también contaba con la baja en la pintura de Samardo Samuels. Comienzo muy igualado con intercambio de canastas, donde los locales dominaban en la zona mientras que los merengues veían aro desde el perímetro.

Los blancos comenzaron a volcar el juego en los uno contra uno, consiguiendo jugosas faltas personales de tiro. Con Bourousis en el dique seco, la rotación interior del Madrid se redujo, por lo que Mejri fue titular y tanto Felipe Reyes como Marcus Slaughter salieron a cancha antes de lo habitual. Aprovechando varios errores en el pase del Armani, los pupilos de Laso abrieron una pequeña diferencia. Con el triple sobre la bocina y a tabla al más puro estilo bonilla de Melli se cerraba el primer parcial 19-23.

Calentando el rodillo

Ambos conjuntos se mostraban espesos en las transiciones y eran muy pocas las jugadas elaboradas. A cambio, se iba sumando gracias a la calidad individual de los jugadores, y en esa guerra de golpes, el Madrid siempre suele salir ganando. Un triple marca de la casa de Nikola Mirotic ponía al Madrid diez puntos arriba (21-31) y exigía el primer tiempo muerto de Luca Banchi. Para hacer más sangre, entraba en escena el asesino mormón, Jaycee Carroll, que salió desde el banquillo para hacer lo que mejor sabe: masacrar desde la larga distancia.

Los italianos se veían claramente superados y querían volver al partido por la vía rápida, por lo que seleccionaron mal los tiros y lanzaron de manera precipitada. La empanada de anchoas del Armani era reseñable, mientras que los meregues seguían en modo killer, con un Sergio Rodríguez excelso desde el 6.75. Las diferencias ya rozaban los 20 puntos con una facilidad sorprendente. Los italianos tuvieron un breve conato de reacción gracias a la calidad de Melli y Gentile, dos exponentes de la nueva ola azzurra, pero fue un relativo espejismo y la primera mitad culminó con un contundente 34-48.

Manteniendo las distancias

Comienzo de la segunda parte y Dontaye Draper a los mandos de la nave, como suele ser habitual. El Armani subsistía gracias al dominio en los rebotes ofensivos (8-2), lo que le permitía preciosas segundas oportunidades. A cambio, el Madrid estaba intimidando en las transiciones rápidas, anotando rápido en ataque, mientras que Salah Mejri daba un recital de tapones. El partido aún no estaba decidido, pero se mantenían las amplias diferencias mientras los minutos iban transcurriendo.

Se sucedieron varias posesiones con mucho desacierto. El marcador se quedó clavado hasta que Mejri lo desatascó con un buen movimiento en la zona. Con los dos equipos ya en el bonus de personales, se sucedió un carrusel de libres. El Madrid no estaba acertado en ataque, pero seguía defendiendo cual chicle, con un alto grado de concentración de todos los jugadores. Final de un igualado tercer cuarto con 46-63.

Final y destacados

En el último parcial, los italianos lanzaron su última y desesperada carga final. Seguían dominando los rebotes ofensivos y Laso tuvo que pedir tiempo muerto para incidir en esa faceta: "Tenemos que ir a los rebotes largos", les dijo sin tapujos. Gentile y compañía tiraron de casta para acercarse algo en el marcador, pero sólo rebajaron la barrera psicológica de los diez puntos en el último minuto, dando algo de maquillaje al resultado. Final del partido con 71-78 y el Madrid matemáticamente primero del Grupo B. Magnífico e inmaculado arranque blanco (8-0) en la competición europea.

Gran partido de Rudy Fernández (16 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 7 faltas recibidas para 26 de valoración), que estuvo afilado en los tiros de campo al mismo tiempo que revolucionaba a los rivales y defendía con intensidad. El excelso escolta mallorquín siempre da un paso adelante cuando el equipo lo necesita. Destacar la intensidad de Salah Mejri (10 puntos, 7 rebotes, 4 tapones), que aprovechó su kilométrica envergadura para dar un recital de pinchos de merluza dignos del mejor chef. En segundo plano, Sergio Rodríguez (10 puntos, 3 asistencias), que no estuvo superlativo, pero volvió a cambiar el ritmo del partido.

Por el EA7 Armani Milan, destacar claramente a Gentile (14 puntos, 4 asistencias), Chiotti (8 puntos, 8 rebotes), C.J. Wallace (10 puntos, 7 rebotes) y Lawal (10 puntos). Los cuatro dieron algo de vida a su equipo, pero se mostraron insuficientes para responder ante tanta potencia de fuego.