Clásico por todo lo alto en un abarrotado Palacio de los Deportes. Un Madrid invicto y con récord absoluto de victorias consecutivas a comienzo de temporada (24-0), recibía a un Barcelona que no está en su mejor momento, pero ha recuperado a hombres importantes como Lorbek y Olesson, y siempre se crece contra los blancos. Con esas premisas arrancó el duelo con un buen intercambio de canastas, demostrando ambos conjuntos su amplia potencia de fuego. Paulatinamente las defensas fueron ajustándose en las marcas y meter cada punto costaba un mundo.

Xavi Pascual fue el primero en mover el banquillo poniendo en pista a Dorsey y Lorbek. En la zona se estaban repartiendo de todo menos caramelos, mucha intensidad en cada emparejamiento individual y concentración en los rebotes. Los blaugranas llegaron al bonus de personales cuando aún restaban tres minutos, y los blancos se lucraron desde la línea de libres. Dos triples consecutivos de Darden y Rudy abrieron la primera diferencia del duelo, entre los vítores del Palacio. El escolta balear estaba en estado de gracia y todo le entrada. En unos minutos llevaba más valoración que todo el Barcelona junto. Final del cuarto con 23-18.

El Madrid golpea primero

Las rotaciones en ambos conjuntos demostraba lo excelso de ambas plantillas y cambiaba permanentemente el panorama en la pista. Con Sergio Rodríguez manejando la nave y Carroll enchufando desde el perímetro sin piedad los merengues se acercaban a la barrera psicológica de los diez puntos, mientras que los catalanes seguían teniendo problemas de faltas. Pero los culés nunca se rinden y la muñeca caliente de Brad Oleson les volvía a acercar en el marcador. Dos triples consecutivos del capitán Felipe Reyes levantó a los aficionados de sus asientos, que cantaron su nombre mientras Xavi Pascual pedía un inevitable tiempo.

El Madrid comenzaba a dominar claramente el encuentro. Mucho más intenso en la pintura, con Slaughter robando una cantidad ingente de rebotes ofensivos y permitiendo preciosas segundas oportunidades que sus compañeros no estaban perdonando. Al Barcelona no le estaba entrando nada y Pullen se precipitaba en los tiros desde la larga distancia. Los blancos tomaban una buena ventaja y tras canasta sobre la bocina de Huertas se marchaban a vestuarios ganando 48-36. Los merengues estaba dominando en los porcentajes de tiro (13/21 en tiros de campo para 62 %), pero todavía mucho partido.

Se mantiene la diferencia

Tras la reanudación el Barcelona salió totalmente concentrado, encontrando aro con facilidad gracias a jugadas de pick&roll y grandes selecciones de tiro. Con ello bajaron la diferencia de los diez puntos y obligaban a los blancos a llegar tarde en las ayudas defensivas y cargarse de personales. El parcial era de 5-12 y los merengues parecían algo perdidos en la pista, con poca intensidad y perdiendo balones en el ataque. Partido muy trabado con los dos equipos en bonus de personales cuando aún restaba un mundo para que finalizase el cuarto. Navarro aparecía muy puntualmente, pero haciendo daño desde el perímetro.

Los blancos salieron de ese ritmo cadencioso que tan poco les conviene gracias a un nuevo arreón de Rudy Fernández, que concatenó varias canastas de mérito. Basado en velocidad y contraataque le saltaron las tuercas a un Barça mucho más estático y la máxima llegó a +17 (devolviendo un parcial de 15-3). Nuevo tiempo muerto de un Xavi Pascual que no conseguía meterle mano a los merengues. Las malas noticias se les estaban acumulando a los culés, puesto que el Chacho salía a pista para clavarla desde el 6.75, pero Papanikolau respondía con dos triples que daban algo de aire a los suyos. Final del tercer cuarto 76-65.

Inexorable victoria

El último parcial amanecía con un canastón impresionante de Sergio Rodríguez que bailó a Lorbek con su magnífico juego de balón cargando al esloveno con la cuarta falta. El Barcelona seguía plantando cara y no permitía que los blancos rompieran definitivamente el duelo (llegó a firmar un parcial de 2-9), pero los minutos iban transcurriendo y sus posibilidades reduciéndose. Impresionante el duelo en ambas zonas entre Carroll y Oleson, ambos se tienen muchas ganas y saltan chispas cada vez que se miden. Un triple desde la esquina de Mirotic volvía a elevar las diferencias a +12  otro tiempo muerto de Pascual.

El partido todavía tuvo algo de emoción en los compases finales, puesto que los madridistas concatenaron varios ataques precipitados y no vieron aro. Ello sumado a que Navarro estaba forzando buenas faltas de tiro, daban morbo al final. Pero este Madrid no falla y a sus grandes estrellas como Mirotic no les tiembla la mano en los momentos de la verdad. El triple de Bourousis cerraba definitivamente el duelo. El Madrid vencía 98-84 un duelo claramente dominado durante tres cuartos y ratifica el liderato de la Liga con una marca de 13-0, dejando a los blaugranas a cuatro partidos.

Protagonistas

Partido coral de los merengues, que demuestra porqué lleva una racha tan imperial. Pero entre toda la plantilla destacar la actuación de seis hombres. Rudy Fernández (18 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 6 faltas recibidas, 19 de valoración) volvió a ser un auténtico hombre orquesta y percutió contra la defensa catalana como una furia. Nikola Mirotic (14 puntos, 6 rebotes para 20 de valoración) siempre aporta potenciando sus actuaciones con unos porcentajes de tiro inmaculados. Sergio Rodríguez (15 puntos, 6 asistencias, 3 robos para 17 de valoración) dio otro recital en el manejo de balón y volvió locos a sus defensores.

En la zona destacar el trabajo titánico de Felipe Reyes (12 puntos, 4 rebotes, 2/2 en triples) y Ioannis Bourousis (13 puntos, 5 rebotes), dos pilares absolutamente férreos y fundamentales, que desdibujaron la rotación blaugrana y cerraron la pintura en los momentos decisivos. El juego interior blanco es ahora el que domina en la Liga.

Por el siempre combativo FC Barcelona subrayar una vez más el partido de Juan Carlos Navarro (17 puntos, 3 asistencias, 3/6 en triples para 21 de valoración). El eterno capitán siempre responde en sus citas contra el eterno rival. Pese a que los años no perdonan, la calidad inmensa del killer culé siempre reluce. Enorme partido de Marcelinho Huertas (15 puntos, 5 rebotes, 7 asistencias para 20 de valoración) un playmaker realmente polivalente que va ganando en regularidad cada temporada.