Segundo duelo en el Top 16 de Euroliga en el que los imparables blancos recibían a un renovado Galatasaray. Los turcos han pasado una travesía por el desierto los últimos años, pero vuelven a ser el equipo dominante en la liga otomana y se han metido en la segunda ronda por méritos propios. Con esas premisas comenzó un duelo dominado por el Madrid gracias al juego interior comandado por Bourousis, definitivamente recuperado de su delicada lesión en el pómulo. Gracias al poderío del gigante heleno, los merengues tomaron una ligera ventaja desde el inicio (14-7), lo que exigió el tiempo muerto del coach turco.

El base puertorriqueño y ex-NBA del Galatasaray Carlos Arroyo intentó imprimir un ritmo extra al encuentro, consciente de que los blancos tienen una inmensa potencia de fuego. Gracias a su buen manejo del balón y aportación de puntos ofensivos, los otomanos redujeron un tanto la diferencia. Dos triples consecutivos del Galatasaray reseteaban el encuentro, demostrando que los turcos saben como reaccionar. Final de un igualado primer cuarto con 20-19, y los dos conjuntos enseñándose los dientes.

Marcando el ritmo

Con las primeras rotaciones en pista se reanudó el segundo parcial. Los dos equipos seguían bailando un chotis en el electrónico, mientras que las posesiones eran rápidas, por momentos un tanto atropelladas. El recientemente renovado Sergio Rodríguez imprimió claridad a los ataques blancos, con asistencias de lujo apoyadas en buenas transiciones de pick&roll. Ello, sumado a la clarividencia desde la larga distancia del asesino mormón Jaycee Carroll, permitió que los locales volvieran a abrir una ligera brecha. Pero el Galatasaray seguía trabajando en bloque y no se descomponía del todo.

El Chacho entró en modo martillo pilón desde el perímetro y concatenó dos triples casi consecutivos, demostrando que su mira telescópica está más enfocada que nunca. Ante el insultante acierto del playmaker canario, el entrenador turco Ergin Ataman volvía a convocar a los suyos al banquillo. En este caso el que respondía al fuego merengue era el ala-pívot Macvan, que conectó varias canastas de mérito. Gracias a los tiros libres de Felipe Reyes el Madrid rompía la barrera psicológica de los diez puntos casi al filo del descanso. Con bastante trabajo pero a base de perseverancia, la primera mitad terminó con la máxima diferencia merengue (45-33).

Neutralizando al rival

Tras la reanudación los turcos salieron con fuerzas renovadas y muy enchufados al partidos. Carlos Arroyo seguía llevando los mandos de la nave con mucho criterio, mientras que desde el perímetro el serbio Zoran Erzeg le estaba haciendo un auténtico roto a los merengues y ya sumaba su cuarto triple. Con ello las diferencias se reducían sobremanera. La única forma de enderezar esa deriva negativa era defender con mayor crudeza, y los madridistas lo hicieron adecuadamente, pero en la faceta ofensiva los tiros no estaban entrando con la misma fluidez que en la primera parte. Lucha de guerrillas en ambas zonas.

Las diferencias se fueron restableciendo de manera paulatina gracias a que los merengues reajustaron mejor las marcas y encontraron a Slaughter en ataque, un hombre que no aporta demasiados puntos, pero es un factor importante cuando los compañeros no ven aro. Gracias al de California y el trabajo incansable de Felipe Reyes, los merengues sellaron la zona y se lucraron de segundas oportunidades propiciadas por preciosos rebotes ofensivos. Con el insultante triple de Sergio Rodríguez sobre la bocina el cuarto finalizó 66-52. El Madrid es mortal aunque parezca dormido.

Reñido final

De nuevo los del Galatasay salieron mordiendo en el último cuarto, muestra de que es un equipo aguerrido que nunca se rinde. Las malas noticias para ellos es que el Madrid es un equipo total en estado de gracia que responde los golpes con mazazos todavía más duros. Pese a los reiterados intentos de los otomanos por acercarse, el marcador siempre se mantenía por encima de la barrera de los diez puntos. Los blancos tienen una plantilla terriblemente amplia, y sus eternas rotaciones van minando al rival de manera inexorable. Pero los de Ataman parecen tener un gen especial y nunca se ponían nerviosos.

Jugando a las cuatro esquinas, madurando las posesiones y buscando al hombre libre para enchufar de manera quirúrgica desde la larga distancia, el Galatasaray remontó con pundonor en los compases finales y se puso a tan sólo cuatro puntos del Madrid. Pablo Laso pidió un inmediato tiempo muerto en el que esta vez no reprendió a los suyos, sino que se centró puramente en incidir en los puntos flacos. Encomiable la resistencia de los turcos y final muy ajustado que se llevó el Madrid por un escueto 89-84. Pese al relativo sufrimiento final los blancos ponen el 2-0 en el Top 16 y aumentan su imperial racha de victorias consecutivas hasta el 28-0.

Protagonistas

En un enfrentamiento duro y físico como el que plantearon los otomanos destacaron los jugadores de intendencia del Madrid. Magnífico el partido de Tremmel Darden (13 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias, 3/4 en tiros de dos, 2/3 en triples para 24 de valoración). El Predicador es un trabajador incansable que da un balance ataque-defensa realmente saneado en todos los encuentros, destacando puntualmente en las estadísticas. En su misma línea de trabajo gris pero terriblemente necesario estuvo Marcus Slaughter (14 puntos, 9 rebotes, 8/9 en tiros de campo para 20 de valoración). Otro obrero incansable y productivo que aprovecha las grietas en las defensas rivales para matar en las contras.

También gran partido del eterno Felipe Reyes (14 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias para 17 de valoración) ayudando a que el juego interior de los blancos fuera una vez más decisivo, factor que es un salto de calidad evidente en relación a otros años. Desde la larga distancia aparecieron tanto Sergio Rodríguez (14 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 2/3 en triples para 17 de valoración) como Jaycee Carroll (15 puntos, 3/4 en triples) para cerrar el partido con su habitual erupción en los tiros.

Por el terriblemente combativo Galatasaray destacar sobremanera a Zoran Erzeg (24 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias, 4/8 en triples para 30 de valoración). El escolta serbio estuvo on fire en varias fases del partido y llegó a poner a los suyos muy cerca en el marcador. También gran esfuerzo el de Milan Macvan (12 puntos, 11 rebotes) un armario empotrado en la zona no exento de calidad que se partió la cara en la pintura blanca. Cierran el grupo de grandes gladiadores el veterano de mil batallas Carlos Arroyo (14 puntos, 4 rebotes, 10 asistencias) y Cenk Akyol (16 puntos, 4/6 en triples), que lo dieron todo.