El Madrid visitaba al Baskonia en uno de los clásicos de la Liga. Los imparables blancos frente a unos vitorianos que andan entre dos aguas en la competición liguera y siguen luchando en el Top 16. El duelo comenzó con un afilado Sergio Llull que conectó tres triples consecutivos y le dio la primera ventaja a los blancos. Respondía en el duelo en OK Corrall Nocioni, un hombre de sangre caliente que se activa cual microondas en los partidos grandes. La orgía de puntos inicial se fue decelerando con las primeras rotaciones. Tanto Laso como Scariolo se preocuparon por ajustar mejor las marcas y los dos conjuntos bailaron un chotis con alternancias en el electrónico.

El Madrid fue el primero en llegar al bonus de personales y ser castigado por los tiros libres. A ello respondían los merengues con más fuego pesado desde la larga distancia. Rudy Fernández se unía a la fiesta del perímetro y Scariolo tuvo que pedir inmediato tiempo muerto, intentando amarrar el partido a toda costa. El Madrid seguía castigando a los vascos con otra entrada a canasta de fantasía de un Llull en estado de gracia. El Madrid estaba dominando claramente los uno contra uno, pero no terminaba de romper el duelo. Chacho salió a pista cuando el primer parcial ya agonizaba, pero apenas le dio tiempo para mostrar su magia. Final del cuarto 21-16.

Baskonia se aferra al partido

El segundo parcial amanecía con otro triple de los blancos, esta vez firmado por Sergio Rodríguez, que estaban asaeteando al Baskonia a base de misiles. El Madrid estaba muy acertado en los tiros, pero bastante espeso en las transiciones de balón, perdiendo balones absurdos y permitiendo que el Laboral Kutxa se aferrara al marcador. De hecho, hubo varios fallos en la defensa en zona de los merengues que permitieron canastas fáciles del rival. Al rescate volvió la figura imperial de Llull. El Aeroplano de Mahón volvió a conectar otros dos triples supersónicos consecutivos y sacaba a los suyos del pozo notador.

Impresionante la primera mitad de Llull que alcanzaba 5/8 en triples. Cada vez que los blancos se marchaban ligeramente en el electrónico, Scariolo saltaba cual resorte y convocaba a los suyos a la banda. Laso optó por poner un equipo muy bajo pero rápido con tres bases: Chacho, Llull y Draper. Curioso experimento con un cinco descompensado y volcando los balones interiores al gigante Mejri, que metió un mate monstruoso posterizando a Nocioni. El Chacho conectaba asistencias con una facilidad pasmosa, demostrando que tiene retrovisores para ver a sus compañeros. Pero el pundonor del Baskonia y un triple de Causeur desde la esquina cerraron la primera mitad 37-42. Partido abierto.

Zarpazo blanco

La segunda mitad comenzó con otro recital desde el perímetro de los merengues. Tanto Llull como Rudy volvieron a ajustar a la perfección su mira telescópica y bombardearon al Baskonia. El terrible arreón terminó de dinamitar la barrera psicológica de los diez puntos. Acuciados por el marcador desfavorable, los vitorianos comenzaron a endurecer la defensa en exceso, un ejemplo fue la primera antideportiva que le pitaron a un caliente Nocioni. El Madrid se notaba mucho más cómodo en pista y comenzaron a trazar jugadas de ensueño como el pick&roll perfecto entre Rudy y Bourousis. El escolta mallorquín se desató con canastas de ensueño.

En medio de la tensión y con el partido marchándosele por segundos, Scariolo perdió los papeles y fue descalificado. El técnico italiano abándono el duelo cruzando la pista y pidiendo explicaciones a los árbitros. El partido se convirtió en una locura de correcalles y a Rudy también la pitaron antideportiva. Cuando todo parecía perdido para los locales, los triples consecutivos de Hanga y Causeur permitieron al Baskonia reengancharse un tanto. Final del tercer cuarto con 50-68, una ventaja muy jugosa para los blancos que prácticamente sepultaba el partido.

Clara victoria y protagonistas

El Baskonia tiró de orgullo para maquillar un tanto el resultado, pero sin posibilidades reales de remontada. Fueron minutos para ver jugadores poco habituales como Limane Diop, center africano de inmensa envergadura que hizo mucho daño en la pintura merengue. Pero cuando hubo el primer atisbo de reacción apareció Sergio Rodríguez para dar la puntilla a los vitorianos. Carrusel final de tiros libres que ralentizaron un duelo sin mucha historia en los compases finales. Llull cerró el partido como lo había comenzado, con otro triple mortal. Final del encuentro con un contundente 74-90. El Madrid alcanza el inmaculado 19-0 en Liga Endesa y sigue batiendo récords de imbatibilidad en la competición casera.

El mejor del partido fue un excelso Sergio Llull (27 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 7/10 en triples, 26 de valoración). El Aeroplano de Mahón fue una auténtica ametralladora desde el perímetro y machacó a los vitorianos durante numerosas fases del partido. El balear se encuentra en un estado de forma privilegiado, asesino desde el 6.75 y más protagonista que nunca tras ser el héroe de la Copa del Rey.

Gran encuentro de Rudy Fernández (17 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 2 robos, 4/4 en libres, 20 de valoración), como siempre muy polivalente y destilando calidad por los cuatro costados con canastas preciosistas. Mencionar también a Sergio Rodríguez (10 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias, 3 robos) que se va de sus rivales con una facilidad pasmosas, y en los compases iniciales del segundo cuarto rompió definitivamente el partido. Por último, mencionar al gigante tunecino Salah Mejri (12 puntos, 4 rebotes, 6/6 en libres) muy sobrio y dominador en la zona, aprovechando al máximo los minutos que le da Laso.

Por el Laboral Kutxa destacó Andrés Nocioni (14 puntos, 8 rebotes, 18 de valoración). El Chapu no estuvo bien en los porcentajes de tiro y se metió en todas las peleas, pero siempre aporta tirando de calidad. En segundo plano Fernando San Emeterio (11 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 17 de valoración), Fabien Causeur (13 puntos, 5 rebotes) y Hodge (13 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias). Los vitorianos aguantaron durante el primer parcial, pero no defendieron bien los tiros exteriores del Madrid y tampoco dominaron el rebote, por lo que fueron cayendo inexorablemente en el pozo de la derrota.