Comienzo de la segunda vuelta del Top 16 con un Madrid co-líder del Grupo F junto al CSKA, único equipo que le ha vencido en toda la temporada. Los de Laso afrontaban el duelo con las bajas de Draper (rotura de dedo) y Carroll (recientemente operado de la rodilla derecha), por lo que los merengues han tenido que reforzar la plantilla con canteranos. En frente un joven Partizan casi sin posibilidades de clasificarse, aunque con la jugosa incorporación del ex-NBA Sasha Pauvlovic. Con esas premisas comenzó un duelo anómalo, profundamente dominado por los visitantes.

En menos de cinco minutos los serbios habían puesto en 0-11 en el electrónico, una marca totalmente anómala, propiciada por el fuerte impulso inicial de los bálcánicos y la inmensa caraja con la que los merengues salieron a pista, aunque más bien se ausentaron en pista. El primer tiempo muerto del duelo junto a los inexorables gritos de altos decibelios que dedicó Laso a los suyos, propiciaron una reacción en toda regla. Vuelta de tornas a base de baloncesto rápido y certero que cerró el inestable primer parcial con 22-17.

Pisando el acelerador

Tras unos minutos iniciales realmente deleznables, el Madrid tomó el toro por los cuernos y lo hizo de manos de un pletórico Sergio Llull. El Aeroplano de Mahón está en un momento de forma insultante, y todo lo que toca lo convierte en oro. Gracias a su muñeca caliente los blancos abrían diferencias, mientras el menorquín enchufaba desde la larga distancia (llegaba al 3/3 en triples) y aumentaba su espectacular racha de aciertos en el perímetro. Los serbios intentaron reajustar la defensa de una zona 3-2 a un marcaje más individual, pero les estaban saltando las tuercas.

A pista entraba de nuevo la insolente segunda unidad del Madrid, algo contenida en el parcial anterior, pero mucho más incisiva según avanzaban los minutos, aprovechando las faltas rivales y los desajustes en estático. Tanto Sergio Rodríguez como Felipe Reyes por fin reinaban en sus respectivas facetas y abrían definitivamente el resultado, superando la barrera psicológica de los diez puntos. Los dos playmakers del Madrid marcaron la diferencia y permitieron a los blancos marchar a vestuarios con na cómoda ventaja de 46-27.

Regularizando el dominio

La reanudación amaneció con las primeras canastas del talentoso Mirotic, que en la primera mitad había estado desaparecido en combate. Los blancos se habían asentado en una ventaja demoledora que rondaba los 20 puntos ajustando a la perfección las marcas defensivas y moviendo las transiciones ofensivas con enorme clarividencia. Los balcánicos se mostraban como un muñeco desdibujado en sus manos, y muchas posesiones terminaban con un cuatro esquinas y pase extra al hombre libre. Gracias a ello el implacable Llull firmaba su cuarto triple sin fallo, con un acierto alienígena.

Cuando los blancos se encuentran cómodos en el partido, todo su engranaje se mueve a la perfección, y ello se plasmó en cancha con el preciosista alley-hoop culmiando por Marcus Slaughter, o los continuos robos de balón en defensa con las manos largas de un híper activo Rudy Fernández. Con la defensa bien asentada y superior en los uno contra uno, los robos blancos eran cada vez más frecuentes, y las contra mortíferas. Llull se seguía lucrando de su velocidad supérsonica para cerrar el tercer parcial con un incendiario 63-43.

Venciendo con la cantera

Ya con todo prácticamente sentenciado se disputaron los minutos finales del duelo. Pauvlovic seguía haciendo la guerra por su cuenta, en un modo excesivamente individualista y, ante todo, desacertado. El Madrid trabajaba en bloque, aprovechando al máximo las rotaciones pese a las ausencias puntuales, y poniendo en pista jugadas diseñadas en la pizarra, como el habitual pick&roll buscando la continuación del hombre alto, o el doble bloqueo interior para que el hombre exterior reciba sin oposición para armar el brazo.

Nuevo paseo imperial de los merengues, que comenzaron literalmente dormidos el encuentro, pero se fueron reponiendo de manera exponencial, como el microondas que se enchufa a la corriente. Los dos bases blancos se repartieron más minutos debido a la ausencia de Draper, pero los aprovecharon con solvencia y brillantez, siendo los mejores del duelo. Con el Chacho en modo killer y ya todo decidido, debutaba el brillante junior gallego Jonathan Barreiro un escolta de 2.04 y promesa brillante para el futuro que entró para anotar. Él junto a Dani Diez y Alberto Martín se dieron un pequeño homenaje. Final del duelo con 80-57.El Madrid alcanza el 7-1 y sigue co-liderando el grupo F junto al CSKA.

Protagonistas

Sergio Llull (19 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias, 4/7 en triples, 25 de valoración) se ha abonado a esta categoría, y repite jornada tras jornada actuaciones insultantemente espectaculares. El balear permanece afilado desde la larga distancia con una racha que roza lo divino, mientras que corre la pista en modo supersónico. Le sigue el juego Sergio Rodríguez (19 puntos, 4/5 en triples, 25 de valoración) para cerrar una actuación brillante y paralela. Los dos playmakers son una auténtica tortura para toda defensa rival.

El Partizan comenzó como un tiro, pero se fue desdibujando de manera exponencial. Los balcánicos se despiden de manera casi matemática de la competición, y se dejaron llevar de manera preocupante en los compases finales. Destacar levemente a Bojan Bogdanovic (10 puntos, 7 rebotes), que no tuvo un duelo especialmente brillante pero, pero tiene una calidad y pundonor fuera de duda. El recién llegado Pauvlovic (10 puntos, 4 rebotes) se mostró profundamente individualista y falto de forma. Dejan Musli (8 puntos, 6 rebotes) puso pundonor pero poco más.

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Sobre el autor
Carlos de la Rosa Llano
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Derecho por la UNED. Redactor jefe del Real Madrid de baloncesto en VAVEL, corrector y editor de la revista literaria El Mar de Tinta, experiencia previa en grandes empresas como Cadena SER y RNE. Doctorando especializado en Redacción periodística, Abogado, Master en Derecho Privado, miembro del ICAM y la Asociación de la Prensa de Madrid desde hace 10 años.