Sergio Rodríguez ha ganado oficialmente el Bwin MVP Trophy, el mayor galardón individual que puede alcanzar un jugador en el Viejo Continente. La campaña del playmaker canario no ha pasado desapercibida para nadie. Apenas hace unas fechas se conocía que formaba parte del mejor quinteto de la Euroliga junto a su compañero de equipo y selección Rudy Fernández, Sonny Weems, Keith Langfort y Ante Tomic. Ahora la organización le pone en el primer peldaño tras demostrar su brillantez y calidad en todos los partidos.

El Chacho es el líder del Madrid tanto en puntos como en asistencias (13.5 puntos, 5 asistencias por partido), a lo que suma un asesino porcentaje de aciertos en triples (48.8%) y en tiros libres (89%). Clarividencia en los pases, ritmo demoledor, manejo de balón preciosista y muñeca venenosa han sido las credenciales de presentación de este magnífico jugador que vive su mejor momento deportivo.

Su actuación se encuentra reforzada por el hecho de ser el único jugador entre los más destacados que siempre ha salido desde el banquillo. Debido a las amplias rotaciones de Pablo Laso, el playmaker canario nunca ha sido titular ni en Liga ni en Euroliga. Ello le exige salir híper concentrado para poder cambiar el ritmo de los partidos. Sin duda, y a tenor de este prestigioso premio, lo ha hecho a la perfección.

Rodríguez ha promediado 16 puntos de valoración por partido en los apenas 23 minutos que permanece en pista, por lo que también sería el segundo mejor de la competición en valoración proyectada en minutos (27.7 de valoración en 40 minutos jugados). Además el de La Laguna ha sumado algún récord del madridismo en la presente campaña europea, como ser el jugador blanco que más asistencias europeas ha dado en el S. XXI en un mismo partido (llegando a 11), o cosechar el mayor número de triples consecutivos sin fallo (con 6 aciertos desde el perímetro).

Esta es la cuarta temporada del Chacho en el Real Madrid, después de su aventura en la NBA, la cual no fue demasiado exitosa, pero si le ha permitido ganar en experiencia, resistencia física y velocidad de balón. Desde su llegada cada año ha ido implementando sus estadísiticas y protagonismo hasta llegar a lo que muchos ya vaticinaban desde su época en Estudiantes: ser el mejor jugador de Europa.

El madridista sustituye en el galardón a Vassilis Spanoulis. En anteriores ediciones también lo atesoraron monstruos de la talla de Kirilenko, Teodosic, Navarro, Siskauskas, Papaloukas o Parker.