Apenas 48 horas después de perder la final de la Euroliga contra el Maccabi, los blancos volvían a un Palacio con pobre entrada para afrontar el penúltimo duelo de la temporada regular. Los merengues visiblemente afectados por la dura derrota europea y con las bajas de Rudy (fractura en un dedo de la mano derecha) y Draper recibían a unos guipuzcoanos que no se jugaban más que el honor, puesto que ya están fuera de los playoffs. Con estas premisas, arrancó un enfrentamiento plagado de transiciones rápidas, por momento aceleradas, lo que propició muchos fallos en el tiro y escueto marcador.

Debido a las bajas. Laso tuvo que recomponer el quinteto, poniendo en pista a Carroll y Slaughter. Mirotic estaba convocado, pero con la cabeza más pendiente de su inminente paternidad. Llull parecía resarcirse de su pésimo partido en la final europea (no anotó ni un solo punto) y sumaba al tiempo que robaba lanzando a sus compañeros en las contras. Precisamente, a base de velocidad, los blancos abrieron la primera ventaja del partido, pero poco les duró, puesto que Winchester y Neto salieron al rescate anotador de los vascos. Final del primer cuarto con 19-16.

Dominio sin sentencia

Con poca intensidad, iban transcurriendo los minutos. Era evidente que los de San Sebastián no se jugaban nada. El Madrid necesitaba apuntalar el primer puesto, pero se estaba tomando el encuentro con mucha calma, rotando más que nunca para dar refresco a sus castigados jugadores. La entrada en pista de Sergio Rodríguez siempre da un plus de calidad a los blancos, lo que materializó con circenses entradas a canasta y pases a los exteriores libres, bien aprovechados por Darden desde el perímetro.

Los dos equipos estaban más acertados de cara al aro, por lo que se pudo ver un espectacular intercambio de canastas fomentada por la excesiva defensavisión en las marcas. Un caliente Raulzinho Neto (recientemente recuperado de lesión) se empeñaba en que el Gipuzkoa no se fuera del duelo y pasaba de los dobles dígitos ofensivos a base de cañonazos. Los de Sito Alonso se cargaron de faltas y llegaron antes al bonus, lo que aprovechó el Madrid para romper la igualdad imperante. Ello, sumado a un triple de Carroll al más puro estilo recibir y lanzar, permitió que se fueran a vestuarios 40-33.

Trabajada e importante victoria

Tras la reanudación, el Madrid salió lanzado e impuso un parcial de 7-0. Carroll estaba calentando la muñeca, demostrando que está totalmente recuperado y puede ser un factor clave en las eliminatorias. Gracias a ello, los blancos rompían con holgura la barrera psicológica de los diez puntos, con un supersónico Llull como abanderado. Un codazo de Doblas a Bourousis calentó un tanto el partido, mientras que desde organización informaban que Mirotic tampoco iba a jugar más en el partido. Se dijo que tenía un golpe, pero lo cierto es que va a ser inminentemente papá por primera vez. Tras un carrusel de tiros libres y un triplazo sobre la bocina del raza blanca tirador Anthony Winchester, el tercer parcial culminó 59-46.

El último cuarto amaneció con un David Doblas intenso en la pintura. El cántabro siempre da la cara y sumó buenos puntos para los suyos. Paso a paso, los donostiarras se estaban acercando en el electrónico de manera furtiva. Tras la canasta de Neto, que apretaba el marcador, Pablo Laso pidió un inmediato tiempo muerto. La sangría blanca continuaba y, en medio de la caraja merengue, llegó el triple de Salgado, que ponía las diferencias en más 6 con un 67-61. Tremendo acercamiento del Gipuzkoa, en parte propiciado por el bajón de juego de los blancos.

Todo ello fomentó unos minutos finales más interesantes de lo esperado. Y cuando las cosas estaban algo apretadas salió el pundonor del capitán Felipe Reyes. Espartaco lo está pasando mal tras perder la segunda final europea consecutiva, único título que le falta en su excelso palmarés. Falló algún tiro libre mostrando que está tocado, pero también metió canastas de gran mérito en la zona. Ello, sumado a la magia del Chacho cerró en el encuentro con 81-72. El Madrid ya es matemáticamente el campeón de la regular.

Protagonistas

Varios jugadores del Madrid destacaron sobremanera. Sergio Llull (18 puntos, seis de ocho en tiros de dos, seis faltas recibidas, 22 de valoración) se quitó el mal sabor de boca tras una finakl europea que se salió muy mal y aún perdura en su memoria. Sergio Rodríguez (14 puntos, seis asistencias) volvió a ser un factor clave que rebienta los partidos desde el banquillo y destila clase por los cuatro costados.

Felipe Reyes (13 puntos, cuatro rebotes, seis faltas recibidas) se partió una vez más la cara en la zona y fue decisivo en los compases finales. Jaycee Carroll (14 puntos, tres asistencias) va recuperando su modo asesino paulatinamente. Por último Tremmel Darden (10 puntos, cuatro rebotes, tres de cinco en triples), un trabajador incansable no exento de talento.

Por el aguerriro Gipuzkoa Basket destacar en primera plana al brasileño Raulzinho Neto (17 puntos, cinco rebotes, cinco sistencias, 20 de valoración), que demostró su calidad desde varias posiciones de tiro con canastas de fino estilista. También enorme el trabajo del capitán David Doblas (11 puntos, ocho rebotes), que aún estando negado de cara al aro siempre aporta a base de coraje. Cierran los destacados el cañonero Anthony Winchester (16 puntos, cuatro de cuatro en triples), demostrando que es una torreta humana pero falta de otros recursos. Javier Salgado (12 puntos, ocho asistencias) un líder natural que ve a la perfección el juego.