Excelente ambiente en un abarrotado Palacio de los Deportes para recibir el segundo duelo de la gran final. Después de la gran sorpresa con victoria de los culés en el primer partido, los blancos se la jugaban a cara de perro, y la afición pareció entenderlo desde el comienzo. Repetición de los quintetos iniciales de ambos conjuntos, con Pablo Laso en muletas y un asiento especial después de romperse el tendón de Aquiles en un momento de efervescencia. Así comenzó un duelo un tanto alocado en las transiciones, con los dos equipos pecando en exceso del tiro desde el perímetro.

El Madrid se mostraba más serio en defensa, uno de sus grandes déficits durante los playoffs (está recibiendo 15 puntos más por partido que en la regular). Marcando con el culo pegado al suelo y cerrando mejor el rebote los blancos fueron abriendo una ligera y trabajada ventaja. Además, Tomic se cargaba con su segunda falta y el Barcelona llegaba ya al bonus de personales. Bourousis estaba haciendo daño en la pintura y el parcial merengue llegaba al 10-0. Tiempo muerto de Xavi Pascual. Con la rocambolesca canasta del gigante tunecino Mejri sobre la bocina el primer cuarto culminó 24-14.

El Madrid defiende y domina

Vista la deriva negativa de los primeros minutos, Xavi Pascual introdujo gran cantidad de cambios y los hombres del banquillo le respondieron. Sada, Abrines y Oleson reactivaron a los suyos y redujeron las diferencias de manera significativa. Los blancos seguían intensos en su zona 3-2, pero comenzaron a errar demasiado los tiros de campo. Debido a su ceguera desde la larga distancia, las figuras merengues decidieron entrar en la zona culé percutiendo y buscando personales de tiro. Buen trabajo de pick&roll en el que se mueve a la perfección Felipe Reyes.

Los porcentajes de tiro seguían decreciendo, incluso alguna canasta fácil se salía de dentro del aro. Entre los dos conjuntos sumaban un hediondo 4/23 en triples, estadística impropia para profesionales de este calibre. En medio de la electrocución del tiro exterior brillaron los hombres interiores como un híper activo Mejri, que no paraba de intimidar y meterla para abajo de manera insolente. Respondía otro ogro de la pintura como el musculoso Dorsey con un espectacular alley-oop. Los tiros libres dieron otro comodín a los merengues, que pasaban la barrera de los diez puntos con un Mejri titánico en los tapones. Final de la primera mitad con 40-30.

Se reaviva la lucha

Tras la reanudación el Madrid volvía a salir muy enchufado a pista. Grandes minutos de Tremmel Darden, que no sólo estaba dando equilibrio en las marcas, sino que encaraba a su defensor y anotaba con soltura. Pese a ello el Barcelona no se iba del partido. Bostjan Narbach anotaba sus primeros puntos de todo el partido. Después de ser uno de los protagonistas en el primer duelo el esloveno estaba desaparecido en combate. Las distancias se mantenían en torno a los diez puntos, pero los merengues no terminaban de romper el duelo, mermados por su nefasto encuentro desde el 6.75. Los balones perdidos comenzaban a cobrar importancia, y los culés tenían las manos muy blandas en esta faceta.

El partido entró en una fase de brillantes y espectaculares canastas. Auténtico duelo en el OK Corral entre los cañoneros de lujo Rudy Fernández y Navarro. A la fiesta se sumaban Marcelinho y Lorbek, por fín viendo aro desde el perímetro. No todo eran puntos, y también se pudo disfrutar del tremendo gorro de Bourousis a Dorsey, dibujando un not in my house en todo lo alto. Pero a los blancos les atacaron dos malas noticias: Rudy se torcía el tobillo mientras que se secaba su grifo anotador. Con buenas transiciones elaboradas de memoria, los blaugrana apretaron el marcador y cerraron el tercer cuarto 58-51.

Empatando la serie

El último parcial comenzó de manera frenética. Después de haber zozobrado desde la larga distancia durante todo el encuentro, los merengues se reactivaron en esta faceta con tres misiles consecutivos. Dos de ellos los firmó Sergio Rodríguez, que levantó al público de sus asientos y obligó al tiempo muerto de un contrariado Xavi Pascual. Llegaban los minutos de la verdad y el mínimo error se pagaba muy caro. El Barcelona aguantaba en el partido gracias a un asesino Brad Oleson, que se apuntaba al festival del triple y enchufaba sin piedad. Los dos conjuntos estaban muy afilados y se sucedió un carrusel de grandes canastas.

Rudy volvía a pista recuperado de sus problemas en el tobillo al tiempo que los catalanes llegaban al bonus de personales. Después de una ligera caraja blanca y gracias a los puntos interiores de Reyes, los merengues volvían a poner la diferenciua en los diez puntos. Transcurrían los minutos y a los blaugrana se les estaban acabando las opciones de remontar. El triple de Nachbar dio algo de emoción a los compases finales, pero los tiros libres y el 2+1 marca de la casa de Reyes sellaron la victoria del Madrid 87-78. Los de Laso empatan la serie 1-1 tras haber mejorado en defensa y marchan al Palau con la necesidad de ganar al menos un partido allí.

Protagonistas

Anotación y brillantez muy repartida entre la plantilla blanca. La clave de la victoria es que los madridistas jugaron como bloque, destacando Rudy Fernández (17 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias) que volvía a ser el máximo anotador de los suyos. Partido muy sobrio y compensado del gigante heleno Ioannis Bourousis (12 puntos, 7 rebotes, 6/6 en libres, 6 faltas recibidas, 23 de valoración). También en la pintura estuvo colosal Salah Mejri (11 puntos, 7 rebotes, 2 tapones) muy intimidador gracias a sus brazos kilométricos.

Cierran la actuación coral un clarividente Sergio Rodríguez (12 puntos, 8 asistencias) una vez más excelso repartiendo juego y encontrando a sus compañeros en la mejor situación para la canasta. Tremmel Darden (12 puntos, 3 rebotes, 2/4 en triples) sumó acierto en los tiros a su incansable y habitual trabajo de intendencia 24 horas.

Por el Barcelona destacar sobremanera a Brad Oleson (17 puntos, 6 rebotes, 3/4 en triples) que erupcionó en la segunda mitad y se echó el equipo a las espaldas. Gracias a él los blaugrana tuvieron alguna opción en el último cuarto. No le fueron a la zaga el eterno capitán Juan Carlos Navarro (15 puntos), que ya es el máximo anotador histórico de las finales, y Marcelinho Huertas (11 puntos, 7 asistencias). El brasileño no estuvo brillante en los tiros, pero su ritmo frenético y visión de juego son loables.